El Valencia CF ha sacado esta noche un buen resultado en Stamford Brigde, quizá mejor de lo que los merecimientos de unos y otros han mostrado. A las muchas bajas que ya arrastraban los chés había que sumarles las de Marchena (por sanción) y Morientes (por lesión), lo que arregló Quique colocando a Albiol en el centro del campo junto a Albelda, con Moretti y Ayala como centrales. Arriba Silva ejercía de mediapunta con Villa con jugador mas adelantado.La primera parte estuvo bastante igualada con el Valencia contrarrestando las embestidas londinenses con las entradas por las alas de Vicente y Joaquín. Sin embargo sería Silva el que pondría en franquía al conjunto levantino con un zurdado desde la esquina izquierda del área que entró por la escuadra derecha de Cech. La tónica del encuentro no cambió hasta el descanso.
Ya en la 2ª mitad el Chelsea encerró al Valencia en su parcela a base de empuje más que de calidad. Pero por desgracia para el equipo español, el definitivo tanto del empate, obra de Drogba, llegó antes de lo que cabía pensar tras un error de Ayala que dejo vendido a Cañizares para que el genial delantero costamarfileño batiese a placer de cabeza la portería ché. De ahí al final más de lo mismo, con un Valencia que no me gustó por echarse demasiado atrás, llegando a poner el resultado en peligro en algunas ocasiones. Solo en los últimos minutos consiguieron zafarse del dominio local para crear algunas jugadas sin demasiado peligro.
Para finalizar, la nota negativa fue la lesión de Vicente, en lo que parece ser una rotura de fibras que por ahora desconocemos cual sera su alcance.
La Roma toma ventaja
El otro encuentro de la noche se resolvió con victoria local en el Olímpico de Roma, aunque con un resultado quizás corto para lo que pudo lograr la escuadra capitalina.
Salió el equipo giallorroso mucho más enchufado que los afamados red devils, con Totti como jugador más adelantado (ejerciendo de falso delantero centro) y los Mancini, Perrotta, Taddei y compañía llegando desde atrás como aviones. Por su parte el United no se encontraba a gusto, algo que exteriorizó especialmente Paul Scholes, que se hizo expulsar tontamente tras varias entradas más violentas de la cuenta, además de innecesarias por la zona del campo en la que se produjeron, lo cual acabó acarreándole una expulsión que dejo a los suyos con uno menos desde el minuto 30. Este hecho lo aprovecharon los romanistas para pisar el acelerador y conseguir el 1-0 gracias a un tanto de la conexión brasileña formada por Mancini (asistente) y Taddei (ejecutor), justo antes del descanso.
A la vuelta de vestuarios la Roma bajó el ritmo haciendo ver que les valía el resultado, algo que nunca entenderé de los equipos italianos: ¿por qué pudiendo machacar a un rival en inferioridad tanto tiempo no aprovechan para al menos intentar sentenciar el partido o incluso la eliminatoria? Cualquiera que de veras ame este deporte seguro que acaba queriendo que quede eliminado el equipo que se sirve de esa filosofía, que casi siempre es el italiano. Merced a ello, en una internada del omnipresente Cristiano Ronaldo el esférico llegó a Wayne Rooney, que se deshizo de su marcador e hizo el gol del empate. Valiosísimo tanto para el United, festejado a base de bien por los miles de supporters desplazados a la capital italiana. Lástima para ellos que la alegría les duraría poco porque tras una gran jugada individual del C.Ronaldo, en la que pudo adelantar a su equipo, llegó una contra que Vucinic (que había entrado apenas unos minutos antes) transformaría en el 2-1 tras recoger un mal despeje de Van der Sar, que no fue capaz de hacer nada mejor con el chutazo de Mancini que desviar para el medio. Incomprensible error de portero novel, solo que este ya lleva bastantes años de trayectoria.
A partir del 2º tanto la Roma buscó con mas ahínco un tercer gol que les hubiera dado mayor tranquilidad de cara al encuentro de vuelta en Old Trafford, pero tras unos minutos de mayor intensidad volvieron a bajar el ritmo, algo que agradeció el Manchester pues ambos se conformaban con un resultado que ya no se movería hasta el final.
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