Elevando catedrales

Mas alto, mas grande, mejor. La competencia por hacer siempre algo distinto, diferente, ya sea por su belleza, tamaño o algún otro elemento, de lo que otros tienen, alguna obra que permita que se conozca o recuerde determinado lugar por los siglos de los siglos(amen), que perdure, mucho después de su muerte, la memoria de los responsables de la misma, ha sido muchas veces , junto con la fe religiosa(elemento que desdeñamos ahora, pero que tenia una importancia capital en otras épocas, alguna no tan lejana), la responsable de autenticas carreras competitivas arquitectónicas, como las protagonizadas en lugares como Francia durante el gótico. Lo malo es cuando en pos de conseguir esto, se traspasan unos límites, se pretende superar a la técnica del momento, se quiere construir sin que ni los materiales ni los conocimientos de la época estén a la altura. Al hacer eso, la catástrofe es inevitable.

Los habitantes de la pequeña ciudad de Beauvais, a unos 90 kilómetros de Paris, estaban decididos a pasar a la posteridad con la edificación de su catedral. Así que pusieron manos a la obra, para construirla lo mas alta posible. Desgraciadamente, este empeño ocasionó que durante la construcción, debido a que los pilares que tenían que sostenerla eran demasiado frágiles (a causa de que se hicieron excesivamente esbeltos), la bóveda se derrumbara en dos ocasiones, en 1247, a comienzos de la obra, y en 1284.

Para esa época ya se había terminado el impresionante coro, el más alto del mundo.
Pero ahí no terminó el asunto. Sin escarmentar por lo sucedido, imbuidos del espíritu de los míticos constructores de Babel, continuaron con su particular fiebre de las alturas, por llegar más cerca del cielo que ninguno de sus vecinos. Y como la catedral de Amiens tenía una flecha de piedra, elevada sobre el crucero, de 111 metros de alto, ellos decidieron que su aguja iba a llegar a los 150. Y llegó.

Esta que tenéis al lado es la vista de la catedral cuando se terminó, un vertiginoso rayo pétreo que desnivelaba la visión de la Catedral y provocaba que los incrédulos visitantes elevaran su vista, dirigiéndola al cielo, admirando la proeza y el atrevimiento de quienes la realizaron. Pero...la ambición de la empresa fue excesiva, y la aguja, como podéis comprobar viendo la fotografía de la ciudad actual, ya no existe, desde hace mas de cuatro siglos, desde exactamente 1573, cuando la etérea estructura se derrumbó, causando un ingente numero de muertos.

Para alguna seria el justo castigo por la soberbia de sus constructores, para otros, una triste muestra de los límites de las fuerzas humanas, sin embargo, yo al menos no puedo evitar sentir admiración, por ellos y por la raza humana en su conjunto, somos el único animal que erramos y volvemos a hacerlo. La constancia, el no cejar, el volver a intentarlo por encima de todo, es uno de los grandes valores que la humanidad tiene.

Pero…lo que hay es que pensar bien por que causas merece perseverar, proseguir en el intento, y en cuales esto no es mas que cabezonería absurda, ya que si algo falla, es porque igual no es bueno, esta mal. Claro que, si supiéramos diferenciar cuando merece la pena seguir y cuando la renuncia es la mejor elección, tal vez no seriamos hombres...

El Fútbol no es ajeno a esto, como no lo es a nada de lo humano. Hemos asistido a lo largo de los años a las actuaciones megalómanas de ciertos directivos, que si bien en algunos casos (ni siquiera en todos) han elevado durante un tiempo el nivel de sus equipos, en la mayoría de ellos han terminado por dar con sus clubes en segunda, en bancarrota o peor aun, desintegrándose y desapareciendo. Crecimientos sin bases sólidas, endeudándose a costa de futuros ingresos, viviendo muy por encima de sus posibilidades…crean castillos en el aire, gigantes con pies de barro y mandíbula de cristal a los que una mala racha, deportiva o económica, derriban como si nunca hubieran existido.

Y sin embargo…cuando Santiago Bernabeu decidió edificar el estadio que ahora lleva su nombre, muchos lo tomaron por loco. Parecía un proyecto desquiciado, ciclópeo, sin visos de llegar a buen puerto. Ni el fútbol era lo que es ahora, ni el Real Madrid lo que posteriormente se convirtió. ¿Sin esa decisión tan arrojada en su momento, hubiera llegado a ser el “mejor equipo del Mundo”?

Riesgo asumible. De eso parece tratarse, de saber cuando apostar, y saber hasta que punto. Es algo que estamos cansados de ver en nuestras divisiones inferiores, equipos de segunda B o tercera que de repente gastan muy por encima de sus posibilidades, esperando ascender y con ello incrementar sus ingresos pero…que si fallan, prácticamente se condenan económicamente…y muchas veces, también incluso si no fallan, ya que para muchos equipos su tumba ha sido ascender a categorías que su estructura social y demográfica no podía asumir.

También están esos otros equipos que suben a la cima a lomos de algún patrocinador o benefactor (algo que reconozco que en la mayor parte de los casos me huele mal, porque creo poco en la generosidad altruista…y mas conociendo la carrera de muchos de estos “mecenas”), gastando un dinero que no generan (y por tanto, al menos en mi opinión, ejerciendo una competencia desleal hacia el resto de equipos, un poco al estilo de los equipos que no son Sociedades anónimas en la liga española) y terminando quien sabe como, en el momento que este se aburra, o las cosas vayan mal, o la justicia le llegue…y ya tenemos algún caso, como el del Parma.

¿Merece la pena perder identidad, o incluso en el peor de los casos la existencia, a costa de unos cuantos años de gloria? Porque tal vez para muchos, la respuesta sea si, mejor elevarse hasta el sol, aunque este termine achicharrándote, que vegetar bajo la sombra, olvidado de todos…

El motor del progreso es la ambición, el ansia por mejorar, el no conformarse con lo que se tiene. Sin ello, aun estaríamos navegando a vela, subidos en burros o escribiendo sobre tablillas…y en el Fútbol, sin esas altas miras de algunos, sin ese propósito de mejora, de querer ser mejor que ayer pero peor que mañana, estaríamos inmersos en un aburrimiento total, en una especie de eterna e infinita liga escocesa, digamos, siempre con los mismos protagonistas… Sin embargo, también es importante meditar, y pensar si ese crecimiento es sostenible, si tiene cimientos sólidos, si no será más que una hermosa flor que crezca hermosa, pero se marchite sin apenas haberse mostrado al mundo…

De todos modos, no esperéis que yo os de la respuesta de que esta bien y que mal, si la supiera, no estaría aquí con vosotros…

En fin, os dejo, que me estoy poniendo demasiado metafísico…pero para despedirme, nada mejor que una cita de mi escritor preferido, que viene muy al hilo de lo que hemos tejido aquí…todos tuyos Terry:

No se puede hacer a la gente feliz por ley. Si le dijeras a un puñado de gente hace doscientos años: "¿Serías feliz en un mundo en que los cuidados médicos fueran ampliamente disponibles, las casas estuvieran limpias, te trajeran la música, las vistas y las comidas de todo el mundo a casa a bajo precio, viajar incluso 200 Km. fuera fácil, el nacimiento no fuera normalmente fatal para la madre o el niño, no tuvieras que morir de caries y no tuvieras que hacer lo que te dice el cura", pensarían que estabas hablando de la Nueva Jerusalén y dirían: "Sí"...

1 comentario:

kipzy dijo...

Desde unos años a esta parte hablar de hacerse de abajo y perseverar, ser constante, inevitablemente me suena a que estan hablando de Ricardo Caruso Lombardi. Por mas que haya sido con dinero turbio, el puso a Tigre en donde esta hoy con casi nada de recursos, y ejecuta el mismo plan en todos los clubes, jugando un futbol horrible y vendiendo humo, pero funciona y lo quieren en todos lados. Para mi, cambios drasticos en la plantilla por ejemplo, tienen que ir acompañados de un cambio integral en el resto de la estructura, que pueda ser sostenido, pero siempre son los jugadores de renombre los que deben dar el primer paso. Tiro Federal aqui invirtio muy buen dinero para llegar a la segunda categoría de nuestro futbol, lo que despues le permitio tener sus fuerzas básicas compitiendo en AFA y a partir de eso obtener el dinero suficiente como para renacer como club social dentro del barrio mas pobre de la ciudad y a su vez nutrir al primer equipo como sucederá este año, apostando a futuras ventas. Pero bueno, tambien estamos hablando de un club raro, sin hinchas y con una organizacion excelentemente ejecutada por un mafioso local que no necesita vaciar el club, ya que este no existia antes de su llegada, es todo una creación de el (?).