El fin del fútbol, tal y como lo conocemos

Todo tiene un principio y un final, nada es eterno.

Estas reglas inmutables, afectan a todas las creaciones humanas. Reyes, monarquías, países, civilizaciones, religiones…se suceden, una tras otra, a pesar de su inherente deseo de perpetuarse hasta el fin. Incluso Roma cayó aunque nosotros podamos aun proclamarnos, orgullosamente, herederos de su espíritu y sus obras.

Pero no solo los imperios mueren y se desintegran. Costumbres, comidas, hábitos de vida o juegos han ido cambiando, transformándose a lo largo de los milenios.

Ya no existen gladiadores (aunque resucitaran por breve tiempo en el siglo XXII), ni torneos de caballería, incluso el Boxeo, que si parecía permanecer incólume a través de las eras, vio como era eliminado de la escena (aunque siga practicándose en tugurios oscuros y prohibidos) tras las leyes contra la brutalidad de mediados de la tercera década.

Era por tanto inevitable que algún día, mas temprano que tarde, el deporte que fue rey durante varios siglos, el fenómeno de masas por excelencia en las sociedades industriales y postindustriales del comienzo de la era atómica, se viera afectado por este sino.

No fue, claro esta, cosa de un año para otro. Ni el auge de las sociedades Neopuritanas de mediados del XXI, ni los disturbios globales que sacudieron la civilización tras la caída del imperio de la Coca Cola pudieron con el. Adaptable, se transformó poco a poco, pero estando siempre presente.

Lo primero fue el final de las ligas menores. La creación de la liga europea, fue conduciendo, poco a poco, a la extinción de grandes cantidades de clubes, primeros reducidos al amateurismo primigenio, luego simplemente desaparecidos. El futbol de clubes, en medio siglo, pasó a ser cosa de menos de medio centenar de equipos, más grandes empresas ya que sociedades deportivas.

Lo siguiente fue el fin de los estadios. Aunque fue casi un siglo lo que duro el proceso, se veía venir desde hacia mucho. Las televisiones primeros, y después los sistemas visuales mucho mas avanzados que le sucederían, hacían de la presencia en el campo para seguir los partidos algo obsoleto, ¿para que sufrir incomodidades, falta de visión y agobio entre las multitudes, cuando en casa podías disfrutar de un sonido y una visión perfecta, incontables repeticiones y un sillón deliciosamente mullido?
Poco a poco la asistencia fue decreciendo, hasta que un día, casi por inercia, los grandes medios decidieron el inicio de lo que podríamos llamar “El Fútbol virtual”.

La tecnología había avanzado de tal modo que todo podía ser reproducido. Ahora los equipos disputaban sus choques en estudios de filmación, pero en la emisión el escenario podía ser escogido al gusto de cada espectador, ¿Dónde querías ver hoy a tus ídolos, en Wembley, Maracaná, o cualquier otro estadio de los viejos tiempos?

Solo que…inevitablemente, todo esto seguía encaminándonos al único final previsible. Una vez eliminados los espectadores, los factores climáticos e incluso los estadios…solo quedaba dejar de lado al último elemento que nos unía con el pasado.

La Corporación (CFU, corporación de futbol Universal, la sucesora de la FIFA), fue quien introdujo la idea a debate. Su presidente, Blatter XIII, clon replicante de uno de los últimos presidentes de la antigua FIFA, fue claro. ¿Para que aguantar los caprichos y veleidades de los jugadores, sus bajos estados de formas o la posibilidad de que se lesionaran, cuando la tecnología permitía ahora evitar todos esos inconvenientes?

Y así, casi a la entrada del Siglo XXIII, del futbol desaparecían los jugadores humanos. El resquicio final que aun lo convertía en deporte, o al menos en una actividad humana, desaparecía, solo quedaba el espectáculo…y el espectáculo, como todos los que han existido o existirán, esta sujeto invariablemente a los caprichos de las modas. Apenas unas décadas después, los obsoletos y repetitivos “partidos virtuales”, desaparecían de las multipantallas de todo el planeta, la gente había perdido el interés.

Este fue, como aparece escrito en las crónicas, el fin histórico del fútbol, pero…recientes teorías pretenden cambiar esta visión maximalista, de cambios procedentes desde arriba, explicando la caída del antiguo deporte rey desde otra óptica mucho más humilde…

A principios del XXI, la gente, y en especial las nuevas generaciones, comenzaron a abandonar las calles. Los juegos de toda la vida, los partidos entre amigos, fueron sustituidos poco a poco por Internet o las consolas. Los niños no jugaban ya sobre campos embarrados, ni en el asfalto, solo se encontraban en partidos online. Así, poco a poco, casi sin darse cuenta, es como de verdad, según esta escuela de historiadores, desapareció el fútbol, abandonado por sus practicantes, victima de las nuevas costumbres de una sociedad más cerrada en si misma, individualista, y con tendencia a la introspección. No, para ellos el futbol no cayó victima de sus dirigentes, cuando murió de verdad, fue cuando desaparecieron sus practicantes…

Posdata

Ayer en la madrugada, hablando con Garrincha y Chimo, les comenté que tenia pensado un cuento, o mejor, un nombre para un cuento, pero del que no había pensado ni conocía su contenido. Esta mañana, decidí ponerme a ello, y entre las nueve y las nueve y media, de carrerilla, surgiendo sobre la marcha, nació esto. Ojala os guste.

8 comentarios:

cityground dijo...

Me ha gustado, ahora los niños juegan demasiado en casa con las videoconsolas y solos sobre todo en las ciudades.

Muy bueno lo de Blatter XIII.

kipzy dijo...

el otro dia fui a jugar al futbol al club y note que todos los pibes de 9/10 años hablan sobretodo de futbol internacional, lo cual es culpa claramente de los medios y los videojuegos

Garrincha dijo...

Yo no quiero ver ese final. Me mataría, pues considero que en el fútbol se esconde la esencia de la vida. A muchos les sonará a locura (posiblemente algo de ello habrá), pero quien lo ha vivido intensamente, quien ha llorado de emoción (ya sea buena o mala), quien de verdad lo ha sufrido, se ha ilusionado, ha festejado o lo ha podido experimentar de una u otra manera sabe de lo que hablo.

De hecho, hoy he jugado al fútbol con mis amigos unas semanas después. Me parecieron siglos. Hemos perdido, pero poder celebrar con rabia y alegría alguno de los goles que anoté me colman como muy muy pocas cosas en la vida. Quizá, más que ninguna de las otras cosas. Quizá soy un enfermo .... me alegro de ello :D

Marco dijo...

Y da para novela!

Muy bueno!

Brito dijo...

Siempre van a existir los renegados, que como nosotros amantes del fútbol "cafetero", vamos a mantener a nuestros pequeños clubes de manera activa. Y cuando la gente se aburra del fútbol virtual, irán a la cancha a ver el fútbol old-fashion y ahí estarán nuestros pequeños clubes para acogerlos y por consiguiente serán los grandes de esa lejana generación.

Después, el ciclo se repetirá y se repetirá y se repetirá...

Atzin dijo...

Martín:
Excelente relato cargado de certeras reflexiones visionarias. Sin embargo, yo lo hubiera finalizado rescatando a los renegados a los que ha hecho alusión Brito en el mensaje anterior. Aunque tal vez eso quisiste sugerir con la última foto de tu post.
Y es que soy de los que creen (confían) en que siempre habrá algunos con alma rebelde que son quienes sostienen en sus espaldas la esencia de lo humano; en este caso, el fútbol como un espacio de renovación de valores y esparcimientos de la humanidad.
Un saludo.

Martín dijo...

@Atzin: En parte es asi, con la última foto lo que pretendí mostrar es que es el futbol en realidad, y a quien pertenece, el fútbol no es, o no debe ser un megacontrato, o una estrella, el fútbol son unos chicos corriendo tras un balon, aunque este no sea el reglamento. Por eso el cuento termina asi, al fútbol no lo podran matar los dirigentes, al verdadero fútbol, solo sus aficionados, si dejan de jugarlo.

Federico dijo...

muy bueno, te felicito capo

exelente!