El equipo del rrioba


Por mucho que el formato de liga y la crisis del fútbol argentino deparen tantas sorpresas y tantos nombres que no son ni los de Boca ni los de River, pocos esperaban que La Paternal estuviera de fiesta grande en esta época del año. Pero sí, al final, el fútbol no atendió tanto al nombre o al palmarés previo y, por encima de un buen Estudiantes de La Plata o Independiente de Avellaneda o de un Banfield o un Vélez que también tuvieron sus opciones, premió con el título del Clausura 2010 a Argentinos Juniors: al equipo del barrio de La Paternal, al semillero del mundo, al Bicho colorado. Tres apodos para en antiguo equipo de Maradona, que, por supuesto, no son nada casuales y encierran varias claves de la historia de este club centenario.
Siendo puntillosos, Argentinos no nació en La Paternal, sino en el vecino barrio de Villa Crespo (hablamos siempre de la zona centro -geográficamente- de la ciudad de Buenos Aires) y nació como Asociación Atlética y Futbolística Argentinos Unidos de Villa Crespo (obviamente, por cuestiones económicas y de eficiencia -no cabía el nombre en los sellos de caucho- no tardaron demasiado en cambiar su nominación). Y, técnicamente, el estadio se sitúa en el barrio Villa General Mitre. Pero eso son cuestiones meramente nominales: Argentinos Juniors es consustancial a La Paternal como pocos otros clubes lo son con sus respectivos barrios. En esa zona residencial y tranquila, popular (en realidad, ya la palabra barrio tiene esa connotación), de casas bajas y varias calles adoquinadas, en el corazón de la Ciudad, pero lejos de cualquier imagen de urbe caótica y masificada, el estadio de Argentinos, ya todo de cemento, se levanta tímidamente, casi sorprendiendo al que pasea cerca de sus calles. Tan tímido que, como en Vallecas, una cancha tan parecida en estructura y espíritu, falta uno de los fondos.

Su condición de semillero del mundo es más conocida. De su cantera salieron Maradona, se sabe, pero también los Cambiasso, Borghi, Coloccini, Cáceres, Pekerman, McAllister, Nico Pareja, Redondo, Sorín, Riquelme... un lujo (¿o un premio al buen trabajo?) para un club tan modesto y a la vez campeón de la Libertadores, que perdió la Intercontinental con la Juve sólo por penalties.

Y colorado, porque a diferencia de otras camisetas cuyos colores fueron fruto del azar, el rojo fue elegido a conciencia por sus fundadores, mayoritariamente socialistas. Hoy lo ideológico no tiene especial relevancia en la identidad de este equipo, más allá de ese carácter popular de sus vecinos, pero sí lo fue en sus inicios: el cambio de los iniciales colores verdiblancos al rojo que todavía perdura se dio, no sé si por coincidencia o como homenaje, en el mismo año en el que era elegido Alfredo Palacios, el primer diputado socialista en Argentina. No sólo eso: uno de los clubes que en su fusión dio lugar a Argentinos se llamaba Mártires de Chicago, en homenaje a la famosa huelga de 1886 (que hoy se conmemora el 1 de mayo) y hasta el hecho de constituirse como Asociación Atlética (y no como club) ya denota cierto poso ideológico diferente al resto. En realidad, hasta el mismo nombre de Argentinos tiene su historia y su sentido y hablaba de una identidad y un origen diferente al de otros clubes, como nuestro querido Quilmes, de ascendencia inglesa: de hecho, uno de sus apodos, ya en desuso, era el de criollos, ya que sólo jugaban nacionales en el club.

Algunos dicen que el equipo desaprovechó una oportunidad histórica tras el dinero conseguido con el traspaso de Maradona a Barcelona y el ciclo que lo llevó a lo más alto en el continente. Ahora, parece, nace una nueva posibilidad. De momento, el bichito vuela más allá del barrio.

2 comentarios:

cityground dijo...

Enhorabuena Argentinos Juniors, un club que tiene una libertadores no es un cualquiera.

kipzy dijo...

jugaron al futbol durante todo el torneo y no resignaron puntos haciendolo, merecidos campeones