Estadual Carioca: Fluzão-Fogão ardiente

Cuando todos los focos se centraban en el regreso de Ronaldinho a los terrenos de juego con la zamarra Rubro-Negra de Flamengo en un duelo menor ante Boavista, los verdaderos amantes del fútbol brasileño torcíamos la mirada al Engenhão para disfrutar del clásico más antiguo del país, un Fluminense-Botafogo que no solo tenía mucho en juego, sino que se convirtió en un auténtico partidazo que nos va a permitir a aquellos que lo pudimos disfrutar mantener un gran sabor de boca en recuerdo del mismo.

El choque, más allá de la rivalidad existente entre ambos grandes de Río, traía en la previa el morbo de enfrentar al vigente campeón nacional contra su homónimo carioca, con el objetivo compartido de evitar a Flamengo en el cruce de semifinales de la Taça Guanabara (1ª parte del estadual carioca). Pero tuvo muchísimo más: goles, remontadas, expulsiones, bronca, piques, penales y grandes dosis de emoción.

Partiendo de que al Fluzão le valía la igualada para lograr su meta, fue el Alvinegro el que salió a por todas desde el principio. De este modo, Renato Cajá clavó un tiro libre espectacular a los 20 minutos para colocar a los suyos por delante, dejando toda la presión del lado contrario. Pero incluso pocos minutos después el propio nº10 botafoguense disparó un gran zurdazo a la escuadra enemiga que solo el larguero pudo repeler, evitando un 0-2 que hubiera hecho justicia a lo visto hasta entonces sobre el verde.

Pero una de las máximas de este deporte se cumplió inexcusablemente acto seguido. Jefferson despejó con el pie a córner una internada de Mariano que casi acaba en gol. Un minuto más tarde Rafael Moura, una de las flamantes incorporaciones en el país brasileiro lograba su primer tanto en el Tricolor al cabecear el tiro de esquina para poner las tablas en el marcador.

Pero Cajá quería más. Anoche tenía esa finura que caracteriza a los grandes, y sabedor de ello hizo lo posible por aprovechar al máximo su buen momento. Fruto de ello casi clava en el minuto 36 otro magistral lanzamiento de falta.


Poco después se sumaría el único ingrediente que le faltaba al choque para aumentar su espectacularidad: el árbitro. A los 40’ expulsó a Valencia por su segunda amonestación previa pelea dialéctica con Abreu, que casi se marcha ahí también a vestuarios.

Fue la primera aparición del juez Guttemberg de Paula Fonseca, que tres minutos más tarde no dio como válido un tremendo trallazo de Renato Cajá (quien sino) desde el sector izquierdo, que tras superar la resistencia del arquero Diego Cavalieri botó dentro, aunque el tanto no fue concedido. Pero para desgracia de la Estrella Solitaria, en la siguiente jugada una falta botada trajo un cúmulo de desgracias en su zaga, permitiendo nuevamente a Rafael Moura batir a Jefferson, poniendo más difíciles las cosas para el Fogão.

Ahora todo estaba de cara para Fluminense, que no solo había remontado la contienda sino que veía como sus rivales se quedaban con uno menos por una inexplicable decisión arbitral al sacarle éste la roja directa a Marcelo Mattos antes del descanso por cortar inocentemente una contra en área contraria. El daño ya estaba hecho, pero aún faltaba mucho…

Pero al regreso de vestuarios Botafogo tiró de orgullo para darle vuelta a la contienda, no sin protagonismo una vez más del árbitro. Minuto 6: penalti sobre Abreu que el propio delantero charrúa se encarga de lanzar, como siempre. Pero por algo lo apodan El Loco: el globito conocido y Diego Cavalieri que lo espera plácidamente para detener sin problemas. Los seguidores de Abreu y Botafogo (entre los que me incluyo), se quieren morir. Joel Santana lo lamenta en la banda mientras Muricy Ramalho festeja a unos metros de él.

¿Tranquilidad tras la tempestad? Nada de eso, apenas 2 minutos más tarde nuevo penal para Botafogo, esta vez sobre Bruno Tiago, que como no Abreu se encargaría de lanzar. Loco, Loco, ¡LOCO! hay que estar para volver a repetir ejecución, esta vez sobre un costado, anotando el 2-2.

Por aquel entonces ya estaba sobre el tapete el argentino Germán Herrera, que primero asistió a su compañero charrúa para que casi completase la remontada, y luego se convirtió en el verdugo del Flu tras lograr la “virada, el regreso desde atrás para tomar otra vez la delantera en el marcador.

Nuevas ediciones del duelo entre Diego Cavalieri y Abreu nos trajeron los siguientes minutos, con el arquero tricolor manteniendo a los suyos con posibilidades. De vuelta a la otra área, sería Jefferson quién se erigiese como héroe al alejar con sus vuelos cada chance de Fluminense. En sus manos murió el partido, ya que se mostró inexpugnable hasta el final para delirio de la afición alvinegra y decepción de la tricolor.



En el pospartido quedó claro que el trencilla no dejó a nadie contento, coincidiendo en ambos bandos en lo lamentable de su actuación y el flaco favor que le hizo a los contendientes.

Respecto a nuestros protagonistas, si Botafogo se impone en casa a Macaé en la última fecha, mantendrá la primera plaza de su grupo. Anhelando un fallo, como ya sucediera la jornada anterior ante Bangú, estará un Fluminense que visitará a Madureira en Moça Bonita y querrá evitar el duelo fraticida ante Flamengo, aunque todo apunta a que así será y a que todos podremos disfrutarlo en breve. Es el espectáculo del fútbol brasileño. Disfruten, no ha hecho más que comenzar.

2 comentarios:

kipzy dijo...

vamos a terminar odiándolo a Abreu, por hacer esas cosas que solo se le pueden ocurrir a el

Estoja dijo...

Joder, ¡¡vaya árbitro!! Y pitó el final un minuto y medio antes de tiempo.

Y Abreu, jejejeje.....