México: ganar para recuperar la dignidad

¿Será esta 'la buena'
El ambiente anda revuelto en el seno del Tri. En apenas un mes se han sucedido mayor cantidad de acontecimientos de los que un equipo suele ser capaz de digerir. Con la Copa de Oro ya iniciada cinco jugadores del plantel dieron positivo por clembuterol, entre ellos el arquero Ochoa (que llegará al Ajaccio francés). El equipo hizo piña, se sobrepuso al contratiempo realizando un gran torneo e incluso se permitió el lujo de remontarle a Estados Unidos en territorio yankee para alzar su sexto entorchado, proclamándose rey absoluto de la zona centro-norte del continente americano. Pero poco duró la alegría, ya que hace unos días se supo que ocho futbolistas tuvieron un encuentro con prostitutas en el propio hotel donde se alojaba el combinado azteca. Ahora, todos ellos se han quedado sin Copa América a solo una semana del pitazo inicial, aparte de la reprimenda que se han llevado del seleccionador, la Federación y el rechazo de la hinchada (multa económica añadida, por supuesto).

Todo ello viene a cuento porque una de las selecciones nacionales llamadas a dar el salto definitivo de calidad en este nuevo siglo es el combinado de México. Prácticamente desde mediados de los 80’ aparecen en esa terna que los da por encima de la media pero aún un par de escalones por debajo de los grandes del fútbol mundial, unos peldaños que España ha sabido subir los últimos años pero en los que todavía se atascan los aztecas. Son capaces de derrotar a cualquiera como han demostrado ya bastantes veces, pero a la hora de la verdad por unas u otras razones salieron derrotados.
Quizá La Roja es el espejo ideal sobre el que mirarse, no ya por la calidad de sus jugadores sino por la persistencia en una idea y en un estilo. Cuando todos “van a una” remando en una misma dirección, siguiendo una disciplina y con un carácter humilde de grupo pero que no se achanta frente a nadie, es más sencillo lograr los objetivos, paso a paso pero sin obsesionarse.

Por ello la Copa América, ambiente que ya conocen desde hace tiempo (llevan siendo invitados a todas las ediciones desde 1993), se presenta como oportunidad idónea para seguir creciendo. Dos subcampeonatos y un montón de buenas participaciones (su peor puesto son los cuartos de final, habiendo alcanzado al menos las semifinales en 5 de sus 7 presencias), además del reciente trofeo acreditado en Pasadena por una generación prometedora son suficiente aval para presentarse en Argentina como digno aspirante ante la propia albiceleste, el talento joven de Brasil y la renacida Uruguay, favoritos de antemano.

Opino que, ¿qué mejor manera que limpiar el nombre del futbolista mexicano que logrando su primer título importante fuera de sus tierras? La Copa Confederaciones obtenida en 1999 supuso un buen envión de moral, aunque nada por ahora como el Mundial sub17 obtenido de forma brillante en 2005 con Gio Dos Santos y Carlos Vela como abanderados.

Equipo hay, aunque de una juventud que asusta. Los chicos de Luis Fernando Tena (uno de los técnicos asistentes de José Manuel de la Torre) forman la base de la selección sub22, a la que se unen 5 jugadores que sobrepasan la edad con el objetivo de hacer crecer la competitividad y cohesión de la escuadra de cara a los juegos panamericanos, así como las olimpiadas del año próximo. ¿Suficiente para plantar cara a las grandes potencias del cono sur? Los aguerridos mexicanos no entienden de miedo, por lo que serán uno de los equipos más interesantes de seguir una vez eche a rodar el balón. Eso sí, muchos echaremos en falta al Chicharito Hernández, que se ha ganado un merecido descanso tras enlazar Mundial, temporada inglesa (llegando siempre lejos con el United) y Copa de Oro, en la que dejó su sello siendo máximo anotador para lograr el título. ¿Será suficiente impulso? En pocas horas empezaremos a saberlo.

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