Egipto, más cerca de la meta
Mohamed Aboutreika |
Entre aquellos que seguimos más de cerca desde siempre el fútbol internacional tenemos cierta querencia por una serie de selecciones nacionales, normalmente por el potencial que atesoran y del cual nos gusta disfrutar ya sea en sus propias competiciones continentales o en el gran espectáculo global que representa la Copa del Mundo. Desde hace algún tiempo somos muchos los que disfrutamos con la prometedora generación de Bélgica (que busca romper de una vez su maldición), con la divertida Colombia, un equipo que apasiona, o yendo más allá en el infrafútbol la Uzbekistán de Djeparov, la Panamá de Blas Pérez... o la selección de Egipto, siempre competitiva en las Copas de África, siempre insinuante ante la indudable calidad de su plantel, y siempre decepcionante cuando de ellos se espera que den el paso adelante que los lleve al Mundial.
Quizá sea por su rica historia, por los atrayentes éxitos del Al Ahly o por la excelsa calidad de sus jugadores, pero Los Faraones llaman siempre la atención. Diría que comencé a seguirlos más de cerca a raíz de la Copa de África de 2006. Por fortuna la televisaron (¿fue en Eurosport?), los norteafricanos llevaban un muy buen equipo y ya desde el principio demostraron que iban a por todas, disputando una ilusionante fase de grupos en la que golearon tanto a Libia como a Costa de Marfil, con un empate sin goles ante Marruecos. Hassan Shehata dirigía magistralmente desde un banquillo que ocupó en todo el gran ciclo exitoso que estaba por comenzar. Aboutreika, mi jugador favorito, demostraba tanto su mando sobre el césped como su calidad en cada encuentro. El mito Hossam Hassan tenía sus momentos e incluso se permitía anotar algún que otro gol, como en cuartos ante RD Congo. El Hadary se mostraba inconmensurable bajo palos, y ¿cómo olvidar el torneo realizado por Amr Zaki o Emad Moteab? Aquel era un combinado formidable que derrotó a Costa de Marfil en una final agónica, que sin embargo falló en el momento decisivo quedándose a las puertas del Mundial de Alemania en 2006.
La CAN 2008 confirmó la supremacía egipcia, manteniendo el mismo bloque la corona tras exhibiciones ante Guinea, Costa de Marfil o Camerún, a la que goleó en la fase de grupos para volver a derrotarla en la final. La Copa Confederaciones al año siguiente dejó excelentes sensaciones, gustándose a ojos del mundo con partidazos como la derrota 4-3 ante Brasil o el gran triunfo ante Italia, si bien decepcionaron ante Estados Unidos. ¿Y en 2010? Para variar, nueva decepción de la mejor selección del continente, cumpliendo así dos décadas desde su última presencia mundialista. Por cierto, ese año volvieron a proclamarse campeones continentales, logrando una triple corona cuyo recuerdo aún guarda ese regusto agridulce por los fracasos en las fases clasificatorias a Alemania y Sudáfrica.
Las dos siguientes ediciones de la CAN, tanto en 2012 (Gabón & Guinea Ecuatorial) y éste año (Sudáfrica) vieron las sorprendientes eliminaciones de Egipto camino de un campeonato que nunca alcanzaron. Aquella generación se apagaba. Ya no estaban la mayoría de los integrantes de la generación de oro, ni si quiera el recordman Ahmed Hassan. Ya no está Shehata en la dirección técnica, sino el norteamericano Bob Bradley. Pero sigue Aboutreika, incombustible, que persigue su sueño, que ha seguido ganando con Al Ahly tanto en Egipto como a nivel internacional, y que a sus 34 años no quiere retirarse sin jugar un Mundial. Parece que esta vez puede lograr su objetivo, la meta de todo el fútbol nacional. Hoy un solitario gol del prometedor Mohamed Salah (que ayer cumplió 21 años) ha valido para vencer a Mozambique a domicilio, confirmando la victoria en su grupo que les permitirá disputar la última eliminatoria africana previa al Mundial, la más dura, pero también la que les puede llevar al anhelado sueño del retorno a un Mundial por primera vez desde Italia 1990. Ya ha llovido.
Comentarios
A veces lejos de la victoria
A veces, no muy lejos de perdida