La irrelevancia de la Superliga



Desde que surgiera ya hace tiempo de modo público el proyecto de la Superliga Europea, uno de los argumentos más manidos de sus defensores es que todos los encuentros serían partidazos. Ajá, vamos a meterle mano a eso.

Plantearé varios escenarios para tratar el mínimo y el máximo posible de partidos entre dos clubes de un mismo país, siendo integrantes de la Superliga, en la misma temporada. La posible competición no tiene un formato definido, si bien se ha llegado a plantear que habría 16 participantes (¿y quizá varias categorías?), los cuales normalmente se dividirían en dos grupos de ocho equipos cada uno. De lo contrario, si todos compartieran grupo único (como sí sucede en la Euroliga de baloncesto), disputarían 30 encuentros solo de fase de grupos, es decir dos partidos ante cada rival. Si se dividen, ya serían 14 encuentros. 

Todo lo anterior contando, claro está, con la coexistencia con los torneos nacionales vigentes. Es decir, ligas, copas y supercopas. Evidentemente estos clubes no disputarían competiciones de la UEFA: ni Champions League, ni Europa League ni Conference. Independientemente de que haya o no un cisma con el organismo rector del fútbol europeo, directamente no habría espacio en el calendario para que, pongamos un Real Madrid, dispute 38 partidos de Liga, al menos 14 de Superliga (no supera fase de grupos), al menos 6 de Champions (no supera fase de grupos), al menos uno de Copa y al menos uno de Supercopa. Ya serían 60 partidos oficiales en un año malo en el que no avanzaría en ninguna competición. Absolutamente inviable. Y un coñazo supino, ya que hacernos a los hinchas reventar de fútbol nos va a acabar hastiando. Aunque como digo, si nace la Superliga o se acaba la Champions o se disputa sin los clubes participantes en la nueva competición.

Pero regresemos a los duelos entre clubes. Un escenario seguro nos arroja que dos equipos, digamos los dos de Milán, se enfrentarían con total seguridad dos veces en la campaña de Serie A. Si tomamos la vía conservadora, no volverían a chocar ni en Coppa Italia (uno o dos choques) ni en Supercoppa (un envite). Tampoco se cruzarían en la Superliga. Lo habitual casi todos los años.

Vamos ahora con el otro extremo. Aparte de los derbys milaneses de Serie A, se encuentran en semifinales de Coppa (dos encuentros, como en la 21-22), Supercoppa (uno), en fase de grupos de la Superliga (dos partidos)... y el colofón, en eliminatoria de la propia Superliga, es decir dos enfrentamientos más. Potencialmente serían 9 veces las que se encontrarían a lo largo de un curso. Difícil, mas no imposible. No siempre sería así, pero si recordáis a inicios de la pasada década Real Madrid y Barcelona coincidieron en un margen de 3 semanas el duelo de la segunda vuelta en Liga, las semifinales de Champions y la final de Copa del Rey. Durante un mes tan solo se habló de la Tormenta de Clásicos, de Guardiola, Mourinho, Messi, Cristiano, etcétera. 

Tantos duelos tan seguidos hicieron que unos fueran más importantes que otros. Por un lado, la final de Copa, en la que el Madrid pudo resarcirse y empezar a recortarle ventaja psicológica a la mejor versión histórica de su eterno rival. Eso sí, aunque los dos partidos de Champions fueron muy importantes (sobre todo el decisivo, el de vuelta), el choque liguero perdió toda la trascendencia que suele tener en condiciones normales. Fue un empate anodino que más o menos servía a ambos para sus objetivos en ese momento.

Por una vez, como excepción, se puede soportar. Es cierto que en aquel momento hubo cierto agobio por tratar el tan manido Clásico en todas las ruedas de prensa de ambos equipos durante un mes, obviando que estos clubes tenían más compromisos deportivos (los cuales eran ninguneados). Ahora imaginad esto prácticamente todo un año, o durante gran parte del mismo. No solo se haría insoportable y agotador, es que dejaría de ser especial. Del mismo modo que la Champions League ya no es lo que era hace 25 años, la Superliga nacería con el riesgo de caer en la irrelevancia. Lo que nos venden como "partidazos todos los días" puede convertirse en el enésimo "Clásico", o "derby della Madonnina", o en otro Bayern-BVB, como el mes pasado, y en dos semanas, y de nuevo tras el parón de selecciones... Que no digo que fuera a ser siempre así, pero es probable que, si la élite europea colma los cupos de la Superliga dejando fuera todo lo que para ellos es morralla, aumenten bastante las posibilidades de que se vean las caras estos equipos con mayor frecuencia incluso que la actual.

Pongo un ejemplo para que se aprecie mejor: 

Clásico liguero en septiembre
Clásico de Superliga en octubre (coinciden en el mismo grupo)
Clásico de Superliga en diciembre (segunda vuelta de su fase de grupos)
Clásico en Supercopa de España en enero
Clásico liguero en marzo
Dos Clásicos en Copa del Rey en abril (semifinales a ida y vuelta)
Clásico de semifinales de la Superliga también en abril (ida)
Clásico de semifinales de la Superliga en mayo (vuelta)

Es bastante improbable que esto suceda todos los años, pero dado el potencial deportivo y económico de ambos clubes (podéis cambiarlos por Juve, Inter, Milan, o por algunos grandes de la Premier), también es una posibilidad bastante factible que si no juegan 9 partidos algún año, si disputen 5 o 6 entre las diferentes competiciones. ¿No veis que deja de ser especial? Se vuelven choques intrascendentes muchos de ellos. 


Para mi, como hincha del Inter, fue lindo ganarles el curso pasado la semifinal de la Coppa Italia al Milan, con hattrick de Lautaro para acceder a una final en la que se derrotó a la Juventus. Pero esto fue una excepción, por eso el duelo era más significativo. Si tuvieran que jugar varias veces por temporada, probablemente los técnicos acabarían reservando a algunos jugadores importantes por varias razones: es un derby, pero es la ida de Coppa, o es de Serie A y hay mucha distancia entre ellos, mientras que el miércoles es el duelo decisivo ante el Manchester City. O no, reservan a jugadores de su duelo de Superliga porque o ya están clasificados matemáticamente para las eliminatorias, o bien ya están eliminados, por tanto es casi más importante el duelo del domingo ante la Salernitana para mantener el liderato de la Serie A. Total, si juegas innumerables veces contra el mismo adversario se va a acabar perdiendo el sabor que hace de ese envite algo único.

¿Cómo lo véis? Yo por mi parte espero que el Inter nunca deje de disputar Serie A y Coppa Italia. Me emociona que se enfrente al Chelsea o al Benfica en Champions, pero también que se bata el cobre en casa ante la Lazio o el Udinese.

La Alegría del Pueblo (YouTube)

¡Hola amigos!

Como anticipé hace poco, he acabado lanzándome a crear un canal de YouTube. Se llama La Alegría del Pueblo, tanto por mi admirado Garrincha como por el entusiasmo que provoca el fútbol entre sus amantes.

No puedo asegurar una periodicidad concreta, pero lo poco que llevo lo estoy disfrutando. Probablemente no siempre toque actualidad, sino también otros aspectos como libros, camisetas, debates históricos... pero también entrevistas. Por lo pronto ya tengo unas pocas confirmadas para un poco más adelante, una de ellas con un autor de un libro espectacular que verá la luz en breve, obra de uno de los mejores historiadores de fútbol en español.

Ahí os dejo un vídeo acerca de camisetas de fútbol, hablando sobre calidades, escudos, precios, recomendaciones, etcétera. Espero que os agrade, y si fuera el caso estaría muy agradecido a todo aquel que se suscriba.



Se acerca un final... y un nuevo comienzo

Fútbol callejero


Hola amigos, han pasado unos meses desde la última vez que aparecimos por aquí. Ya sabéis, la vida es dura, nos hacemos mayores y nos cuesta obtener tiempo para poder escribir. Siendo honestos, a veces también fallan las ganas. No sé qué tal se dará este texto que encaro. En mi mente llevan rondándome los últimos días un par de ideas que me gustaría exponer en nuestro querido Café Fútbol, siempre lugar de encuentro, aunque hoy día sea más íntimo que hace unos años.

Por un lado, una duda me asalta los pensamientos de forma cada vez más recurrente estas últimas semanas. Hace unos días cumplí 39 años. Me encuentro en forma, me siento bien, pero sé que no soy el mismo que hace tan solo 3 o 4 años. Estoy hablando en términos futbolísticos. Soy una persona de mediana edad, me cuido relativamente bien, haciendo ejercicio varios días a la semana y sin excesos con la comida o el alcohol. 

Los achaques se notan cada vez más. No te imposibilitan la vida, aunque son muy molestos. Hace tan solo dos días jugué con mis amigos. Hoy todavía tengo molestias en un tobillo, mientras el abductor de la pierna derecha me duele recurrentemente. Una putada faena porque soy diestro, así que la mayoría de mis disparos y pases son con esa pierna, que me molesta bastante también para correr. Ni si quiera calentando desaparece del todo el dolor, permaneciendo esa incertidumbre de una posible lesión si fuerzo más de la cuenta. Y eso que he llegado a parar semanas, estirar, ir al fisio... supongo que hasta que no me detenga durante unos meses no acabaré de sanar.

Más allá de ello, me pregunto si debería seguir arriesgando mi salud en una pista de cemento, a media hora de casa, desplazándome de noche mientras mi esposa e hijo me esperan en casa. Parece más dramático de lo que realmente es. Eso sí, si me detengo sé que perderé contacto con muchos buenos colegas, a algunos de los cuales conozco desde el colegio o el instituto. No es que vayamos a dejar de hablarnos, pero vivimos en poblaciones distintas, todos somos adultos de una edad parecida con muchas responsabilidades, y conociéndolos sé que si dejase de acudir probablemente muchos de ellos lo harían también. No porque yo sea nadie especial, no es el caso precisamente, pero los muy mamones solo se juntan si yo organizo todo, alquilo las pistas, preparo los equipos, llevo el material y estoy muy encima. Les quiero mucho, pero vaya cabrones. Aunque son mis cabrones.

No sé qué hacer, la verdad. No quiero colgar las botas pero el cuerpo no es el que era hace tiempo. Disfruto mucho cada encuentro, es un desahogo tremendo en el que me evado del día a día. Por lo pronto antes de final de año jugaré uno o dos encuentros más. Lo que sí me empieza a rondar la cabeza es dejarlo a finales de 2023. Ya os contaré.


Con mis amigos tras un partido

Por otro lado, y esto lo diré con la boca pequeña ya que hoy me apetece, pero veremos mañana, también estos días le he dado vueltas a crear un canal de YouTube sobre fútbol. ¿Otro más? ¡Los hay a patadas! Pues si señora (?), ya que servidor no suele tener mucho tiempo para documentarse y escribir, al menos ahí podré matar el gusanillo. 

No puedo prometer una periodicidad, ni buena edición, pero sí ganas de hacer algo que merezca la pena. De hecho, creo que con cada vídeo, o al menos aquellos que merezcan la pena, haré una entrada aquí. Varias ideas me rondan la cabeza: hablar desde la perspectiva del hincha (precios de inscripciones, entradas, camisetas, etcétera), realizar entrevistas tanto a personajes que deseen hablar de manera sosegada sin ningún tipo de sensacionalismo (aquí entran periodistas, técnicos y quizá algún jugador), comentar la actualidad (no un resumen de la jornada, sino temas importantes para el aficionado como las corruptelas de la FIFA o la Superliga europea) si bien también habrá espacio para hablar de literatura futbolera (recomendaciones y charlas con autores) o de camisetas de fútbol. Y de todo un poco. A ver si acabo de lanzarme.

Ahí lo dejo. Un abrazo mi gente de Café Fútbol.

Supervivencia en el abismo

El Auxerre festeja ante un incrédulo ASSE

Los últimos días hemos vivido un carrusel de emociones espectacular en muchos encuentros de divisiones inferiores de varias de las principales ligas europeas. Sirva este breve artículo para recoger algunos de los ascensos y descensos más llamativos de la pasada semana.

En Italia el Monza de Silvio Berlusconi necesitó de una prórroga para batir al Pisa, que soñaba con retornar a la élite tras demasiado tiempo alejado de la misma. Habían perdido 2-1 en el norte, pero con dos tantos tempraneros creyeron en sus posibilidades. El tiempo reglamentario concluyó con 3-2 para los toscanos, si bien el Monza le dio la vuelta para lograr su primer ascenso a Serie A. Seguro que el que fuera presidente tanto del AC Milan como de Italia no dejará a nadie indiferente la próxima campaña.

En España tanto Almería como Éibar partían como favoritos al ascenso. Los andaluces pudieron conquistarlo la semana anterior, pero pincharon, abriendo la puerta a un Valladolid que llegaba rezagado, aunque con opciones. El Almería llegó a ir dos veces por detrás en el marcador ante un Leganés que no se jugaba nada, pero logró arañar un 2-2. Por su parte, el cuadro pucelano cumplió al vencer sin problemas en casa por 3-0 ante un decepcionante Huesca. ¿Y el Éibar? El cuadro armero, que llegaba líder a casa del ya descendido y colista Alcorcón, era favoritísimo para lograr el billete de vuelta a Primera. Increíblemente acabaron perdiendo con un tanto en el tiempo de descuento, cayendo al tercer lugar para algarabía de almerienses y vallisoletanos. Ahora se la jugarán en el playoff, empezando ante el Girona. La otra llave es Tenerife vs Las Palmas, a doble partido. Los ganadores disputarán la plaza final en una eliminatoria doble.

En Francia el histórico Saint Étienne, club más grande del país junto al Olympique de Marsella (psg no existís), se jugaba la permanencia ante un Auxerre que quería regresar a Ligue 1. Tras el empate a uno de la ida, en el Geoffrey Guichard se repitió la historia, con un resultado que no se movió en el tiempo extra. Los penaltis dieron como ganadores a los visitantes, que mientras festejaban en el césped vieron como los imbéciles de siempre (demasiados, por desgracia) invadían el terreno de juego para mostrar su enfado retraso mental.

Inglaterra nos ha dejado uno de los regresos más esperados para los amantes de los clásicos. La final de ascenso en el incomparable marco de Wembley enfrentaba a dos cuadros con muchísima historia. De un lado el Huddersfield Town, al que el mítico Chapmann llevó a sus mayores cotas hace un siglo antes de dar el salto al Arsenal. Del otro, el Nottingham Forest, tan querido por las epopeyas europeas de Brian Clough y su curioso récord (el único con más Copas de Europa, 2, que ligas, 1). Se impusieron los reds por la mínima, llevando la algarabía a una hinchada que por fin regresa al lugar del que nunca debió irse.

Por su parte, en Alemania hubo una tensa final entre Hertha de Berlín y Hamburgo. En la ida, disputada en la capital, se impusieron por 0-1 los hanseáticos. Con todo a favor para regresar a 1.Bundesliga, el HSV dejó escapar su mejor oportunidad tras perder 0-2. 

Otro duelo de clubes de enjundia enfrentó al Dynamo Dresden con el Kaiserslautern. Tras el 0-0 de la ida, los diablos rojos vencieron 0-2 a los ex de la DDR, retornando por fin a 2.Bundesliga... ojalá para regresar pronto a la élite (esperemos que con el Hamburgo).

La traca final la dejamos para la final de ascenso holandés. Tras empatar 1-1 en Rotterdam, el ADO Den Haag recibía al Excelsior para dilucidar quien subiría a Eredivisie. Todo parecía resuelto cuando en el primer minuto tras el descanso los locales colocaron el 3-0, pero en los últimos minutos del choque los visitantes lograron empatar la contienda... prácticamente con cientos de ultras esperando en el lateral del césped para invadir la cancha. 

Hubo prórroga, más goles, expulsiones y drama, pero mejor disfrutad de este corto vídeo resumen:

Algunas divagaciones acerca de la Superliga

Foto: as.com
 

Entre el domingo 18 y la noche del martes 20 de abril de 2021 hemos vivido unas horas y acontecimientos históricos que marcarán el devenir del fútbol mundial los próximos años, quizá décadas. El proyecto de Superliga que pretendían llevar a cabo 12 de los clubes más poderosos de Europa, y por ende del mundo, ha nacido muerto debido a la inestabilidad de su discurso, de sus líneas maestras, quizá también de unos contratos entre sus fundadores, sponsors y demás jauría que quizá nunca conozcamos. Difícil darle credibilidad cuando la ECA se desmarcó de ellos, comenzaron los desmentidos, las declaraciones cruzadas, y se le pretendió poner luz en programas sin credibilidad periodística alguna como El Chiringuito.

Es increíble que Florentino Pérez se haya expuesto así. ¿Le han podido sus aires de grandeza? Siempre ha querido emular a Bernabéu, al cual si bien el contexto de aquel y de él mismo nunca les permitirá hacer exactamente lo mismo, creo que a estas alturas Florentino es ya reconocido como alguien casi tan importante como el de Almansa. Es lícito querer lo mejor para tu club, pero tanto él como los instigadores norteamericanos (ahora iremos con ellos) como todos los otros presidentes/propietarios vuelven a fracasar en su entendimiento más primario del fútbol.

Este deporte se trata de algo tribal, de identificación con una ciudad, colores y comunidad. Va del rito de ir al estadio con los amigos, de llevar a tu hijo a una edad temprana, como te llevó tu padre. De las leyendas de tu club, aquel mítico gol que permitió un ascenso, la goleada inolvidable en el derby a domicilio, la derrota que te alejó del título soñado o que te hizo llorar desconsoladamente por la pérdida de categoría. Dentro de su irracionalidad, el caos de sentimientos y costumbres del futbolero forman parte troncal de su vida. Muchos enlazamos momentos de la nuestra con episodios relacionados con nuestro club, o con aquel caluroso Mundial, con respecto a los estudios, la novia que teníamos entonces, el familiar que falleció o el país en que nos encontrábamos.

Todo eso no se puede empaquetar para convertirlo en un producto industrial. Por más que sepamos que las posibilidades son remotas, no se le pueden quitar los sueños a la gente. El fútbol, siendo reflejo de la vida, como tal nos permite proyectar esos sueños imposibles sobre nuestro equipo. Entre otras cosas porque aunque sepamos que cada vez es más difícil, hemos visto a lo largo de la historia del fútbol miles de historias que invitan a creer que sí se puede. Por ello el clasismo de una Superliga casi cerrada, a la que sabes que aunque el Preston North End ascienda a la Premier y gane todo durante años quizá no acceda, no tiene sentido

También sorprende que empresarios tan preparados, junto a su séquito en el que se presupone habrá de lo mejor de cada sector, no hayan reparado en lo dañina que puede ser la Superliga para sus clubes. Veamos varios ejemplos hipotéticos:

·        Temporada 2028/29. Los clubes de Superliga siguen disputando campeonatos nacionales. El Tottenham ha descendido pese a la gran inversión de los años anteriores. ¿Es increíble? No tanto, recuerden al Atlético de Madrid del cambio de siglo, al Manchester United de principios de los 70 (un lustro después de ganar la Copa de Europa), o al Milan del Totonero, que bajó dos veces. Distraídos con el gran torneo europeo, nadie en el Big 6 ha ganado la Premier las dos anteriores temporadas, siendo el vigente bicampeón el Blackpool. Sin embargo los Seasiders no han podido clasificarse para una Superliga que disputará por decreto el Tottenham, equipo de Championship. Muy coherente esto.

·        Cualquier temporada me vale para esto, así como cualquiera de los 12: sumemos 18 partidos de liguilla (en la Champions actual son 13 desde liguilla hasta la final) a los 38 de liga, más al menos uno de Copa. Partimos de un mínimo de 57 partidos oficiales en los que participará cada uno de los 12 superligos. Los clasificados a la siguiente fase, más los que jueguen Supercopa en sus países y/o avancen rondas en las copas nacionales, pueden sumar tranquilamente unos 6, 7 o 10 encuentros más. Y en Inglaterra tienen la Carabao Cup (copa de la Liga). Además las pretemporadas con sus consabidas giras y concentraciones. Ah, y los partidos de selecciones. Aparte de los megaplantillones necesarios, aparte de lo pésimo que sería esto para la salud de los futbolistas, ¿nadie piensa en el hastío del hincha que YA ACTUALMENTE tiene muchísimo fútbol prácticamente los 365 días del año? ¿De verdad creen que va a ser atractivo dos Milan v Juventus de Serie A, más otros dos de Superliga, más potencialmente otros dos si se encuentran en una ronda más avanzada, más puede que otro de Coppa (o dos si son semis) y quizá de Supercoppa? ¿Tan atractivo será ver a grandes clubes enfrentarse entre 4 y 8 o 9 veces al año? ¡Pero si ya es un coñazo ver el mismo Bayern – Real Madrid cada año en Champions! Sí, es un duelo espectacular, pero ha dejado de ser especial, como sucedió con los duelos entre Barça y Arsenal hace una década, o los propios culés ante el Milan. Y así con un buen puñado más.

·        Tenemos por tanto un calendario hipersaturado que quieren hipertrofiar más. ¿Se supone que eso será atractivo para el público? Yo, como amante del fútbol, hace años que escojo. De otro modo enloquecería, ya que no solo hay muchísimo donde elegir, aparte uno ha de vivir. Trabajar, pasar tiempo con la familia, hacer deporte, salir a cenar, dormir… No, no es nada atrayente tener un partido a las 14 h, otro a las 16:15h, otro más a las 18:30 h y otro a las 21 h. Me apiado de los periodistas, gremio del que formé parte, porque vaya putada les ha hecho el amigo Tebas. Y la misma jodienda viven también en otros países de nuestro entorno. Sin lugar a dudas era mejor cuando el grueso de la jornada se concentraba en la tarde del domingo, con 6, 7 u 8 encuentros disputándose simultáneamente. Era muy emocionante, y para los amantes de la radio una maravilla.

·        Por otro lado, la presión para estos clubes puede ser brutal. ¿Te vas a dejar ir en el campeonato nacional? A tus “seguidores” chinos (perdón por el reduccionismo) puede darles igual, pero el hincha de toda la vida va a apretar. ¿Jugar con los suplentes en Santander, Mallorca o Huelva? Puede salir bien, o mal, y quedarte descolgado en Liga… lo que tampoco asegura que los titulares estén ofreciendo un gran rendimiento en la Superliga. Y eso puede darse varios años, pues los 12 no pueden ganar a la vez títulos cada temporada, ni tendrán músculo económico infinito. Porque esa es otra: ¿alguien ha reparado en que los genios de JP Morgan contribuyeron decisivamente en la ruina que condujo a la última (y reciente) crisis global? ¿Saben los aficionados que ellos no dan el dinero sin esperar nada a cambio? ¿Ha pensado alguien que quizá las televisiones no paguen tanto por ligas sin estos equipos, o que aun incluyéndolos si éstos no se toman en serio el campeonato nacional las Tvs pierdan valor por su producto?

·        ¿Qué hay del desarraigo? El ejemplo más claro y evidente es el Madrid. Un club que durante la guerra civil ayudó logísticamente a la República, que vio como Franco apoyó de diversos modos a sus dos máximos rivales mientras amenazaba de muerte a directivos suyos o no les permitía construir un nuevo Bernabéu, un equipo que no solo fue el orgullo nacional por dar la cara por España en Europa y el Mundo sino que se ganó la simpatía de todo el país con sus giras por el mismo. Por todo ello el Madrid es el club más seguido en España, si bien muchos de estos detalles han quedado enterrados o tergiversados en la Historia. Hoy, en cambio, la imagen que dan es bien diferente, no llevando al neutral precisamente a tener a los blancos como una institución a la que darle su cariño en caso de duda. Y no es el único culpable, ya que Laporta y Cerezo & Gil Marín estaban en el mismo carro, pero su presidente ha sido el que ha dado la cara, y al que se la han partido. Veremos qué consecuencias tiene esto para ellos a nivel imagen, marca, ingresos, patrocinadores (ayer ya retiró la empresa Tribus su apoyo al Liverpool), afición… y a nivel Liga y Federación Española.

 

¿Qué se puede hacer? Lo que debería hacerse es imposible. O al menos eso creo, aunque ojalá no fuera así. Un fútbol con muchos menos encuentros, pero más emocionante, lo teníamos hasta finales de los años 80. Evidentemente no hablo de hooligans, malas instalaciones, etcétera, sino de mucha más igualdad, más equipos buenos en muchas más ligas gracias al reparto del talento, así como por el hecho de haber mucho menos dinero circulando y tan solo un equipo por país disputando la Copa de Europa, por supuesto con eliminatorias directamente desde la primera ronda y sin cabezas de serie. Animo a todo el mundo a imbuirse en plataformas como Footballia y disfrutar de aquellos magníficos años, incluyendo una Copa de la UEFA de un nivel impresionante y una bellísima Recopa que daba más sentido a las Copas nacionales.

¿Qué va a suceder? Que si bien nos hemos librado de la temida Superliga, la UEFA va a poner en marcha una serie de reformas en las competiciones europeas que claramente las van a empeorar. La guinda es que van a permitir que los PSG, Manchester City o Barcelona sigan saltándose a la torera el Fair Play Financiero, cuyo espíritu pierde pues todo su sentido.

Sí, los hinchas quizá hayamos ganado una batalla, pero no la guerra. Esa, sea ahora o en unos años, proseguirá entre los gigantescos clubes y las confederaciones supranacionales. Y perderemos los de siempre, hasta que un día digamos basta y no les demos donde más les duele: estadios vacíos, protestas en entrenamientos y sedes del club, así como no ver sus encuentros ni adquirir sus productos. Quizá así se den cuenta que el hincha del fútbol, en su inmensa mayoría, ama a su equipo más allá de la categoría en que se desempeñe, la competición nacional o internacional que dispute, y de los millones que hayan en la banca o que se lleve la estrella del fútbol.

 

Mientras esto vaya acerca de sentimientos el fútbol no morirá.


Maradona a contrapié

La noticia del fallecimiento de Maradona me pilló un poco a contrapié, como a casi todo el mundo. Era consciente que su estado de salud en las últimas semanas era muy delicado pero le habíamos visto superar tantos momentos similares a lo largo de su vida que pensaba que acabaría sorteando este del mismo modo que dejó atrás a sus rivales sobre el césped, con un gesto a mitad de camino entre la suficiencia del que se sabe mejor que el contrario y la naturalidad del que ya lo ha hecho en repetidas ocasiones. Pero no. Esta vez no pudo ser. Descanse en Paz. 

Seguramente soy el miembro de Café Fútbol menos apropiado para escribir sobre la figura de Maradona. Tenemos argentinos como Ariel o Devo en la plantilla, tenemos expertos en la historia de ese país como Chimo, tenemos a City, Mau o Estoja que podrían hacerlo de maravilla, tenemos una biblia como Domingo (Garrincha) que sabe de fútbol e historia de fútbol como pocos que yo conozca, y tenemos a Martín, que pudo disfrutar al Diego más que todos los demás, tanto por edad como por haberlo tenido en su Sevilla aunque fuera por un breve periodo de tiempo y en una versión algo menor. Pero algo me ha empujado a volver a escribir sobre fútbol tras cuatro años desde la última vez. 

Pertenezco a esa generación que llegó tarde a ver la mejor versión de Maradona. Mi primer recuerdo propio de él es en el mundial de Italia 90. Mi mejor recuerdo suyo es el gol que marcó en el mundial de USA 94, justo antes del último positivo. Y supongo que esto explica un poco mi relación con su figura mediática. Siempre tuve la sensación que los nacidos en los 80 no llegamos a ver al gran Diego en directo, sin ese filtro de grandiosidad de los vídeos de highlights seleccionados. Porque no es lo mismo ver una jugada mientras ocurre (aunque sea por TV) que cuando ya ha ocurrido. La segunda opción te lleva a la razón, al análisis más o menos profundo, pero nadie canta un gol mientras lo ve en las noticias. La primera opción es la que lleva a la emoción, al enamoramiento, a la devoción por la figura de un jugador. 

Siempre he pensado que mi generación fue a contrapié con el por ese simple motivo. Porque al verle esperábamos la quinta esencia que nos habian mostrado los vídeos de México 86 o de su paso por el Napoli, pero lo que recibíamos era talento puro en dosis cada vez más escasas y espaciadas, pero bañado en mil polémicas. Aunque era obvio que aquel hombre tenía, o había tenido, una importancia capital en la historia del fútbol, siempre había un pero. 

Mi amigo Raúl le tiene tanta devoción que su hijo se llama Diego. Y ayer estaba bastante afectado por lo ocurrido. A mi, unos años menor, simplemente me pilló a contrapié, y sin embargo aquí estoy escribiendo unas líneas de reflexión. Ayer descubrí que me hubiera encantado llegar a tiempo de paladear al mejor Maradona sobre el verde, y que quizá me daba rabia que esperaba ver talento puro pero encontraba más polémica que talento. Y que más allá de filias y fobias, en el núcleo de la figura mediática, vivía una persona que había cambiado para siempre la historia del fútbol. Y creo que para mejor. 

Gracias Diego. Descansa en Paz.