Nadie quiere entrenar al Madrid
Hoy tenemos a un invitado especial. Juan Yagüe, acérrimo amante de la Champions League, madridista de corazón e hijo adoptivo de Liverpool, donde se debate entre Toffees y Reds, disfrutando mientras tanto de toda la historia, singularidad y maravillas del fútbol a orillas del Merseyside.
La musa de siempre, el presidente del Siglo XXI, ¿el técnico del futuro? |
El título parece una utopía. Pero dado el contexto y el
enclave temporal es una total realidad. El equipo que ha ganado la Copa de
Europa las tres últimas temporadas no tiene entrenador y todos sus candidatos
desechan la posibilidad de serlo por unos motivos u otros. Suena descabellado
pero con una síntesis todo empieza a ganar sentido.
El banquillo del Santiago Bernabéu es un monstruo que lo
devora todo. Llegar ahora es una temeridad. Hay poco que ganar y mucho que
perder. No hay ningún proyecto al no haber entrenador ni una previsión de ese
mismo hecho. Las estrellas del vestuario de Chamartín aguarda la llegada de un
nuevo comandante para decidir si siguen en el ejército blanco o parten rumbo a
otro escuadrón.
La disyuntiva es singular para Florentino Pérez. Siempre ha
querido entrenadores dóciles para la presidencia e inflexibles para la
plantilla. Y esto es ciertamente complicado. Dada la repentina salida de
Zinedine Zidane como técnico del club, lo más importante es preservar la
continuidad del grueso de la plantilla. Y más aún sin ninguna política de
fichajes que tratar o cumplir. La llegada de un nuevo entrenador acarreará
altas y bajas, por supuesto. Pero un proyecto tan ganador no puede sufrir una
absoluta revolución de una temporada a otra contando con la marcha del
entrenador. Sería un error de bulto.
Por si fuera poco, las grandes adquisiciones que pudiera
acometer el Madrid, serían, muy probablemente, desde Inglaterra. Y el mercado
inglés, desde la temporada que se avecina, cerrará su mercado de fichajes antes
de que empiece la Premier League. Es decir, esta temporada, antes del diez de
agosto. Tres semanas antes de que cierren el resto de mercados importantes. Una
vez suceda, será prácticamente imposible sacar a alguna gran estrella de los
equipos ingleses. Por si fuera poco el obstáculo económico (por el torrencial
potencial de la liga inglesa) y la absoluta incertidumbre con el nuevo
inquilino del banquillo.
Dada esta serie de hándicaps, lo más oportuno sería apostar
por un hombre de la casa. Con ello, se garantizaría la estadía de la mayor
parte del plantel y se daría, en cierto modo, continuidad a lo creado por
Zinedine Zidane. Una gran revolución de
la mano de un nuevo y reputado técnico conllevaría, inevitablemente, cambios
sustanciales en la gestión de la plantilla, el trato humano con el grupo y todo
lo generado por el astro francés. Que ciertamente es algo homogéneo y difícil
de descifrar, pero que generó el clima adecuado y funcional para el vestuario más
complicado del mundo del fútbol.
Es entendible que técnicos del perfil de Massimiliano
Allegri no quieran renunciar a su puesto actual por llegar a la casa blanca. La
pretemporada ya está configurada. Y todo lo demás ha quedado en stand by por la
salida de Zidane. Recalar en el Madrid supone un estado de lo que iba a pasar
por la voluntad del predecesor que lo ganó todo y las decisiones del sucesor.
En caso de trastocar cualquier cosa y perder, supondrá ser señalado. En caso de
inacción para dar continuidad a lo ya establecido y fracasar, también dejará en
evidencia al elegido. Y en caso de triunfar, quedará relegado al éxito anterior
del entrenador francés. Pocos estímulos y reconocimiento.
Al Madrid le toca garantizar la continuidad de un proyecto
ganador. Y para ello no hace falta mucho ruido y sí mucha personalidad y
paciencia. Guti podría ser el perfil más adecuado a pesar de las dudas que
genera su inexperiencia. Muchos de los grandes entrenadores fueron
centrocampistas. Pep Guardiola, Diego Simeone, Luis Enrique, el propio Zidane.
Y el talentoso mediapunta siente y entiende como nadie la idiosincrasia el
sentimiento madridista. Siempre visto como un revulsivo y nunca como un actor
principal. Sí. Guti encaja en el perfil.
Quedan pocos días para conocer al relevo. Y muchos meses
para soportar una alargada sombra del último trienio. Retener a las grandes
estrellas y matizar el equipo en las zonas adecuadas. No es el momento de
grandes cambios. Es el momento de garantizar la grandeza y el éxito del Madrid.
De sostener lo que ya tiene. Eso es lo que se necesita en el Santiago Bernabéu
ahora.
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