Clasificación Euro 2024: Luxemburgo contra la historia

Ďuriš festeja el tanto eslovaco.

Uno de los factores que más determinan la vida de las personas es el lugar de nacimiento. Puedes ser alguien con una gran inteligencia, capacidades y/o talento, que tu destino será radicalmente distinto si has nacido en Estocolmo o en una aldea rural de Etiopía. Esto aplica también al fútbol, como bien saben genios que responden a nombres tan conocidos como George Weah, George Best o 'Mágico' González, amantes de su tierra, pero condenados al ostracismo en el fútbol de selecciones debido al bajo nivel de sus compatriotas. Al menos el ídolo salvadoreño pudo disputar el Mundial'82, uno de esos milagros que se dan de cuando en cuando en esto del balompié.

Extrapolándolo a la actualidad, si bien hace días hablamos de la ilusión venezolana por alcanzar su primer Mundial (la única sudamericana que todavía no ha acudido a uno), en Europa tenemos el más difícil todavía para estados minúsculos como Liechtenstein, San Marino, Andorra o Gibraltar, para los que todo punto obtenido supone una gesta. Ya sabéis, fontaneros, oficinistas, camareros, etcétera contra profesionales. De ahí precisamente trata de escapar Luxemburgo.

Invadidos en sendas ocasiones por Alemania en las dos guerras mundiales, este pequeño país situado entre teutones, belgas y franceses lleva mostrando un notable progreso futbolístico los últimos años. Si camino del Mundial 2018 lograron empatar en suelo francés, en los últimos tiempos han vencido a domicilio a rivales teóricamente muy superiores. Tales son los casos de Montenegro (2020), Irlanda (2021) o Bosnia (2023), amén de empates en sus visitas a Turquía e Islandia. Todo ello en partidos oficiales, algo inimaginable hace apenas una década.

Mucho menos cabía esperar que anoche fueran "favoritos" en su duelo ante Eslovaquia, un choque que podía acercarles mucho a su primera clasificación para un gran torneo de selecciones en caso de victoria. Si lo lograban, los luxemburgueses habrían adelantado en la tabla a su adversario centroeuropeo, pero Eslovaquia tiró de oficio y calidad para aguantar las embestidas locales, llevándose un triunfo decisivo con gol en el tramo final de Ďuriš. 



A pesar de continuar su innegable progresión, a Luxemburgo todavía le falta un poquito para poder codearse con selecciones de un escalafón superior. Anoche les faltó algo más de suerte, así como clarividencia en los últimos metros (suman 8 goles en 8 partidos de la fase). Todavía con chances, aunque escasas, intentarán vencer en casa a Bosnia, así como a Liechtenstein cuando les visiten en el último encuentro. Quien sabe si todavía habrá una esperanza a la que agarrarse, o si quizá el tercer puesto dé lugar a una repesca que otorgue una nueva ocasión. 

En todo caso, una de las selecciones europeas que jamás ha pisado una fase final sigue su lucha contra la historia. Ojalá un día contemos que lo han conseguido.

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