Anecdotario: el Pipo Rossi
Inauguramos una nueva sección sobre anécdotas curiosas del mundo del fútbol, cuyo primer episodio tratará exclusivamente del peculiar Néstor Raúl Rossi, más conocido como "el Pipo" Rossi, que falleció el pasado mes de junio a la edad de 82 años, tras llevar como nadie el 5 de la albiceleste, River Plate, Millonarios de Bogotá (en el que coincidió con Di Stéfano) y Huracán.
Hay futbolistas que demuestran su jerarquía con la pelota y con la boca. Quizá el jugador que más representa esta doble manera de vivir el fútbol fue el Pipo Rossi, mediocentro del River Plate en los años cuarenta y cincuenta. Aquí van unos cuantos ejemplos de la personalidad que escupió más fútbol y más vaciles de la historia de este juego:
- Al debut de un agrandado como Rossi no podía faltar su lengua futbolera y vivaracha. Fue el 24 de Junio de 1945, y el River se medía a Racing de Avellaneda. Rossi agarró la pelota en el centro del campo y se marcó un eslalon que le puso en el área mano a mano con Milone, portero de Racing. Cuando iba a ejecutarlo, Solomón, capitán de Racing, le trabó por detrás. Labruna transformó el penalty y, camino del vestuario al finalizar el primer tiempo, Rossi tiró de chulería con Solomón: "eh, gran capitán, si no me hacés penalty que pasaba". "Calláte, mocoso insolente", le dijo enrabietado Solomón.
- Héctor Scandoli, un compañero suyo en River, hizo un mal control con el pecho y le dijo: "che, Pájaro, ¿por qué no te ponés un clavo en el pecho?".
- Jugando contra Estudiantes de La Plata en 1954, Federico Vairo, antes de despejar un balón, le avisó: "Tuya, Pipo". El pase se marchó al limbo y Rossi le pidió ayuda: "bueno, ahora tírame la escalera".
- Después de su paso por Millonarios de Bogotá, Rossi regresó a River Plate en 1955. Venini, que durante la ausencia de Rossi había sido el mediocentro de River, despejó un balón que impactó con fuerza contra la nuca de Rossi. Y el Pipo, que no soportaba el maltrato de la pelota, justificó la razón de su regreso a River: "¿Cómo no iban a querer que regresara si este era el mediocentro de River?".
- Jugando para Huracán, un compañero suyo achacó que sacó mal un córner porque desde la tribuna le habían tirado un gato. "Un tigre le tenían que haber tirado", repudiando ese defectuoso golpeo de balón.
- En una tortulia informal sobre la valía de un jugador, alguien se apresuró a decir: "Es un jugador muy limpio". Rossi, socarrón, espetó: "sí, sobre todo con la pelota. Porque nunca la toca".
- Como entrenador de River en 1974, le dio por mirar un partido ante Atlanta con un solo ojo. Passarella, aún imberbe, le preguntó por qué hacía esto. "Para que voy a verlo con los dos si no pasamos del medio del campo".
- Dirigiendo a Huracán, un delantero volvió a cometer el pecado capital del abecedario futbolístico de Rossi: un mal pase. Y claro, nunca se las callaba: "¿A quién se la diste? ¿Al hombre invisible?".
Hay futbolistas que demuestran su jerarquía con la pelota y con la boca. Quizá el jugador que más representa esta doble manera de vivir el fútbol fue el Pipo Rossi, mediocentro del River Plate en los años cuarenta y cincuenta. Aquí van unos cuantos ejemplos de la personalidad que escupió más fútbol y más vaciles de la historia de este juego:
- Al debut de un agrandado como Rossi no podía faltar su lengua futbolera y vivaracha. Fue el 24 de Junio de 1945, y el River se medía a Racing de Avellaneda. Rossi agarró la pelota en el centro del campo y se marcó un eslalon que le puso en el área mano a mano con Milone, portero de Racing. Cuando iba a ejecutarlo, Solomón, capitán de Racing, le trabó por detrás. Labruna transformó el penalty y, camino del vestuario al finalizar el primer tiempo, Rossi tiró de chulería con Solomón: "eh, gran capitán, si no me hacés penalty que pasaba". "Calláte, mocoso insolente", le dijo enrabietado Solomón.
- Héctor Scandoli, un compañero suyo en River, hizo un mal control con el pecho y le dijo: "che, Pájaro, ¿por qué no te ponés un clavo en el pecho?".
- Jugando contra Estudiantes de La Plata en 1954, Federico Vairo, antes de despejar un balón, le avisó: "Tuya, Pipo". El pase se marchó al limbo y Rossi le pidió ayuda: "bueno, ahora tírame la escalera".
- Después de su paso por Millonarios de Bogotá, Rossi regresó a River Plate en 1955. Venini, que durante la ausencia de Rossi había sido el mediocentro de River, despejó un balón que impactó con fuerza contra la nuca de Rossi. Y el Pipo, que no soportaba el maltrato de la pelota, justificó la razón de su regreso a River: "¿Cómo no iban a querer que regresara si este era el mediocentro de River?".
- Jugando para Huracán, un compañero suyo achacó que sacó mal un córner porque desde la tribuna le habían tirado un gato. "Un tigre le tenían que haber tirado", repudiando ese defectuoso golpeo de balón.
- En una tortulia informal sobre la valía de un jugador, alguien se apresuró a decir: "Es un jugador muy limpio". Rossi, socarrón, espetó: "sí, sobre todo con la pelota. Porque nunca la toca".
- Como entrenador de River en 1974, le dio por mirar un partido ante Atlanta con un solo ojo. Passarella, aún imberbe, le preguntó por qué hacía esto. "Para que voy a verlo con los dos si no pasamos del medio del campo".
- Dirigiendo a Huracán, un delantero volvió a cometer el pecado capital del abecedario futbolístico de Rossi: un mal pase. Y claro, nunca se las callaba: "¿A quién se la diste? ¿Al hombre invisible?".
Homenaje en La Pelota No Dobla: adiós a Pipo Rossi
Fuente: Libro "De la Naranja Mecánica a la Mano de Dios" de Julio Maldonado
Comentarios
Un personaje que da para mucho por cierto, es Di Stefano, también era fino con la boca...
Me gusta esta sección, che ;-)
Buen post Garrincha, buene hemeroteca la tuya, sí señor.
Un abrazo.
Yo esto ya lo conocía, creo que el libro que mas veces he leido en mi vida, a parte de la guia marca, es el de maldini jejeje.
saludos