Intertoto: el sueño de Karl Rappan
Seamos claros: la Intertoto no tiene la fama, ni la litugia de otras competiciones. Que haya hasta once finales sin un claro ganador y que se clasifiquen equipos sin atender demasiado a sus resultados en la liga, tampoco ayuda. De hecho, su último fin es ser la puerta trasera para ingresar en la Copa de la Uefa, los jugadores y los clubes la toman como un mal menor (o como un castigo a una mala campaña) y para muchos aficionados es una forma más para que los que están en el negocio hagan caja. No les falta razón, como veremos; pero tampoco olvidemos que estamos ante unas de las competiciones europeas más antiguas y que, como todas ellas, fue fruto de un sueño por unir el fútbol del Viejo Continente.
La Intertoto oficial, amparada por la Uefa, es de una fecha bien reciente, 1995. Pero para encontrar el origen de la Intertoto real debemos irnos bastante más atrás en el tiempo, a 1961. Y como en toda historia de pioneros, siempre hay un soñador y un tipo que sabía oler el negocio. El soñador era Karl Rappan, un ex jugador y entrenador vienés, que tenía en mente una suerte de liga europea. No fue su única contribución a la historia del fútbol: el señor Rappan fue nada menos que el inventor del cerrojo suizo, el antecedente del catenaccio, con el que irónicamente Suiza goleó a Italia en el Mundial del 54. El avispado de la pareja era el suizo Ernst Thommen, también organizador de la Copa de Ferias. Thommen, tesorero de la federación de su país y director de las apuestas deportivas suizas, estaba muy interesado en que se disputaran partidos de fútbol de interés durante el parón de verano, para que el negocio de las casas de apuestas de mantuviera vivo. Y con esa intención, algo materialista, nació la competición. De hecho, "toto" es la palabra alemana para lotería y quiniela.
La primera edición se disputó, como hemos dicho, en 1961, aunque para esa época se conocía como Copa Rappan o tomaba el aséptico nombre de Copa Internacional de Fútbol. A la Uefa no le hacía mucha gracia el fin lucrativo de la criatura, pero pronto la apadrinó con la condición de que no jugaran en ella los equipos clasificados para las otras competiciones europeas. Hasta 1967, el torneo se disputó bajo el formato clásico de fase de grupos y eliminatorias hasta la final (el primer campeón fue un Ajax que todavía no era un grande de Europa). A partir de ese año, sin embargo, empezaron a faltar fechas en el calendario, por lo que se abandonó la fase eliminatoria final. Desde 1968, por tanto, dejó de haber un único campeón de la Intertoto, siendo premiados (económicamente antes y luego con un pase a la Uefa) los campeones de grupo.
La competición siguió existiendo durante las décadas siguientes, pero, lejos de convertirse en un referente europeo, pronto entró en un claro declive del que no se recuperó hasta 1995, año en el que la Uefa decide hacerse cargo de la organización y otorgar el premio de la clasificación para su segunda competición. Eso sí, sin eliminar la seña de identidad de los campeones múltiples. La primera edición conoció dos ganadores finales, pero dado el tremendo éxito del Girondins, que alcanzó la final de la Copa de la Uefa, a partir de 1996 se conocieron tres campeones de Intertoto. Poca cosa comparado con los ¡once! ganadores finales que se dan desde el año (si bien se ha convenido que el campeón sea el equipo que más lejos llega en la Uefa).
A pesar de su larga historia y de haber conseguido un espacio en los corazones de los aficionados, el sueño de Rappan termina este año, principalmente por el recorte de equipos participantes en la Copa de la Uefa. Así que disfrutémosla como nunca: ¡sólo pueden quedar once!
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