Un Rayo de felicidad

“Felicidad es una golosina demasiado fina para algún paladar”. Pese a lo que dice la canción del enorme Ariel Rot, el Rayo Vallecano ha vuelto a probar el sabor de la alegría en cantidades industriales. Tal como lo anunciara Martín hace dos días, el conjunto de Vallecas está de vuelta en Segunda. El equipo más humilde y entrañable de Madrid vuelve al lugar del que nunca debía haberse ido. Para no dejar pasar la ocasión, y aprovechando mi condición de simpatizante, les dejo un repaso sobre lo que fueron estas sufridas temporadas en el tercer escalón del fútbol español, que por suerte han encontrado un final feliz.

Pasaron casi cuatro años desde aquel 19 de junio de 2004, cuando el Rayo caía 1-2 ante Las Palmas y se despedía de la Segunda División. Ese segundo descenso consecutivo era el desafortunado cierre a dos de las temporadas más nefastas de su historia, justo en el año de su 80º aniversario. Desde aquel momento, el sueño de volver a los tiempos dorados comenzó a alejarse cada vez más. Siempre empezando como candidato, el Rayo nunca supo cristalizar un buen rendimiento en las fases decisivas.

La estadía en el infierno comenzaba a transcurrir en la temporada 2004/05. El desafío era ascender en sólo un campeonato, tal como había sucedido en 1985, durante la que hasta ese entonces había sido la única excursión del equipo a ese enorme pozo llamado Segunda División B. Después de realizar una buena campaña regular, finalizando tercero en el Grupo I, los playoffs terminaron por sentenciar la suerte de los de Vallecas. El Real Unión de Irún se vistió de verdugo y eliminó al Rayo con un 1-1 en el estadio Teresa Rivero y un 1-0 en su campo.

En la temporada 2005/06, la presión ya era mayor, y así terminó siendo la frustración luego de terminar el campeonato en el quinto lugar, quedando fuera de combate por apenas cuatro puntos. La sentencia de un año más en la categoría era suficiente para generar tristeza y resignación entre los fanáticos.

Las ilusiones se renovaron para el torneo siguiente, y el equipo comenzó a responder mucho mejor. Clasificó segundo, escoltando al Pontevedra, y llegó a los playoffs entonado para buscar un nuevo ascenso. El primer escollo era el Racing Portuense, al que el Rayo no tuvo muchas dificultades para superar luego de un claro 2-0 conseguido en el partido de ida, jugado en campo visitante. La revancha terminó empatada en dos, pero el club volvía a estar a un paso del regreso.

Tras recibir al Eibar en Vallecas, el sueño estaba a punto de hacerse realidad. El gol convertido por Piti valía oro para los aficionados, que viajaron entusiasmados al Municipal de Ipurúa para presenciar el desenlace. Con mucha menos suerte que en el encuentro anterior, el Rayo perdió 0-2 y vio sus ilusiones volando en pedazos por el aire. Otro fracaso se había consumado.

Ya con poco margen para el error, el equipo arrancó la presente campaña decidido a encontrar el ascenso. Aún sabiendo que lo hecho en la temporada regular no vale demasiado a la hora de la verdad, el Rayo tuvo su mejor rendimiento en la categoría, sumando 70 puntos y ubicándose en el primer puesto de la tabla. No obstante, las expectativas entre los aficionados eran moderadas. El temor a vivir una gran decepción como la del año anterior frenaba todo tipo de celebración por una campaña que terminó siendo excelente.

Sin levantar demasiados comentarios, el Rayo despachó al Benidorm por la mínima diferencia tras un empate en uno durante el partido de ida. Así llegó a su segunda final consecutiva, buscando el ascenso que tanto se le escapaba. La victoria por 1-0 en campo del Zamora era el primer paso, aunque el fantasma de lo que había sucedido el año pasado seguía presente debido a la exigua diferencia conseguida. En un trámite que lo encontró como claro dominador, apenas un gol no representaba garantías.

Lejos de confiarse con mantener la ventaja, el equipo de Pepe Mel salió a buscar un gol que le diera tranquilidad, pero todos sus intentos se desvanecían en las cercanías del arco rival. Para colmo de males, el Zamora se replegaba, esperando salir rápido y empatar la serie. Cuando la preocupación comenzaba a crecer en las tribunas, apareció el héroe de la temporada: Pachón. El ex delantero del Getafe superó a Dani con un cabezazo y sentenció la serie. A cinco minutos del final llegaría el descuento de los visitantes, a cargo de Iván García, pero sólo serviría para adornar el resultado y poner algo de suspenso.

Luego del pitazo final, ya no quedaba más tiempo para pensar en fantasmas, frustraciones y dolores del pasado. Los fanáticos del Rayo invadieron el campo y soltaron un grito de alegría contenido durante cuatro años.

Señoras y señores, el Rayo es de Segunda nuevamente, y Vallecas seguirá siendo una fiesta.

Les dejo el video del gol de Pachón que valió un ascenso. Está grabado con una cámara personal y en las imágenes se interpone parte del alambrado, pero vale la pena situarse en ese momento:


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7 comentarios:

cityground dijo...

Enhorabuena Ariel, el Rayo es un club simpático que cae muy bien a mucha gente, os esperamos en el Alcoraz y espero ir a Vallecas.

chimoeneas dijo...

el rayito es que es patrimonio del fútbol español y merece mínimo la segunda división. ojalá pueda ver a mi elche en vallecas!

Anónimo dijo...

Otro desplazamineto cojonudo para esta temporada, junto con Huesca, Tarragona, Girona y San Sebastián.

Y encima es un equipo que me cae estupendamente.

Aupa Rayo y Aupa Zaragoza!

Luisi dijo...

Felicidades Ariel. A pesar de que mi Zamora no subió no me disgusta para nada que el premiado fuera el Rayo. Me caen simpáticos los River Plate de Madrid.

Un abrazo!

Mauricio dijo...

Felicidades Ariel. Bien por el Rayo ojala se mantenga un buen tiempo en segunda y si no es así, que sea para volver a primera.

Martín dijo...

A mi lo que me encanta es que justo el mas feliz por el ascenso del Rayo entre nosotroslos cafeteros, sea un argentino, igual que el año pasado cuando ascendió Tigre a primera el mas contento era yo...

Que grandes es el futbol :-)

Anónimo dijo...

Buenísimo. Me pone contento el ascenso del Rayo a Segunda, un sitio donde, como mínimo, merecen estar. Tremenda la afición, que hasta terminó haciendo caer las vallas en un partido. Eso es pasión. Además tienen la misma elástica que el GLORIOSO Club Atlético River Plate.

Abrazos!