El equipo del fin del Mundo

Nuevamente volvemos con la entrega semanal de la serie sobre heráldica balompédica, realizada en colaboración con el Enganche. Allí podéis encontrar la versión final, aquí la del director, con las escenas extras.

Hay equipos de grandes ciudades. Otros de pueblos. Algunos situados en zonas montañosas, muchos en villas a la orilla del mar.

Pero de quien vamos a hablar hoy, reside en un lugar mucho más especial…

En el fin del mundo ingles.

Allí esta Cornualles (llamada Cornwall en ingles y Kernow en el original idioma de la región), esa estrecha península situada en el suroeste de Gran Bretaña, y que finaliza en los acantilados de Land´s End.

En el condado de su mismo nombre, que ocupa la parte mas occidental de dicha lengua de tierra, encontramos el hogar de una de las seis llamadas “Naciones celtas” (Gales, Escocia, Irlanda, Bretaña y la isla del Man son las otras cinco). Y es que allí, hasta el XVIII, se habló por parte de una minoría el Cornico, una de las seis lenguas celtas, medio resucitada a lo largo de este siglo, mas como ejercicio nostálgico que otra cosa, pues apenas 300 personas la hablan con algo de fluidez.

La última hablante (monolingüe) del cornico fue, según la tradición, Dolly Pentreath, que a su fallecimiento, allá por diciembre del 1777, habría pronunciado la siguiente frase:

"Me ne vidn cewsel Sawznek!" (Yo no quiero hablar ingles).

Esta condición asumida por muchos de ser “célticos”, no anglosajones, mas su aislamiento geográfico, es lo que hizo que se desarrollara un cierto movimiento autonomista, que pretende crear allí otro “País”, el quinto del reino unido, diferenciado de Inglaterra.

Por cierto, que existe un llamado Ducado de Cornualles, tradicionalmente asociado al heredero de la corona británica, compuestos entre otras cosas por más de 500 kilómetros cuadrados de fincas (aunque la mayoría estén situadas fuera del condado del mismo nombre). Para que os hagáis una idea de ciertas costumbres medievales, al acceder al título Carlos, recibió las siguientes ofrendas:

“Un par de guantes blancos, dos galgos, una libra de pimienta y de comino, un par de espuelas doradas, 100 chelines de plata, un arco, una lanza, y leña”. Ahí es nada…

La capital de esta calida región (para los estándares británicos claro) es la pequeña ciudad de Truro, de apenas 20.000 vecinos, cuyo equipo representativo es el Truro City FC, equipo fundado en el lejano 1889, pero con una andadura de muy escaso brillo (por ser benévolo), hasta los últimos años, donde ha experimentado una notable mejora en su rendimiento, subiendo varios niveles, incluido el ascenso del pasado año, hasta situarse en uno de los grupos de octava división (si, de tan bajo hablamos, y gracias…), donde ocupa ahora mismo un meritorio segundo puesto. Un equipo en alza, y capaz de ganar en el 2007 la FA Vase, lo que podríamos llamar la Copa de la liga de los pobres , porque la disputan en teoría los equipos por debajo de las cuatro categorías profesionales ingles…aunque hoy por hoy, solo entran en ella los que juegan mas allá del octavo nivel, ya que los situados desde la conferencia nacional a la octava división juegan el llamado FA Trophy.

La final del torneo vencido por el Truro, disputada en Wembley reunió a más de 36000 espectadores (record de la competición)…si, nada mal para un choque entre equipos de novena división…Ese titulo fue el primero que a nivel nacional conseguía un club cornico en futbol. Por cierto, que hablamos de una copa donde esta temporada han participado más de 500 equipos, lo que da idea de lo difícil de su consecución, aunque se trata de una competencia entre equipos de tan baja categoría.

Pero no nos detengamos mas en la historia del equipo, y pasemos a lo que verdaderamente nos llevo a el, su escudo.



Esta bonita insignia esta compuesta por varios elementos. En el círculo exterior, aparece el nombre del equipo y su fecha de fundación.

En el interior, debemos diferenciar entre el fondo y el primer plano, con ese característico edificio.

Se trata de la Catedral de la Bienaventurada virgen Maria, el principal edificio religioso de la población, y que a pesar de lo que pueda parecer, no es precisamente demasiado antigua…de hecho, comenzada en 1880, no fue terminada hasta 1905, o sea, que el equipo de fútbol puede presumir de mayor antigüedad. Se trata de una de las tres únicas catedrales inglesas con tres agujas.



Con la fundación de la diócesis (anglicana) de Truro (en 1876), la ciudad necesitaba una catedral, y en lugar de habilitar para ocupar tal función a alguna de las iglesias existentes, lo que se hizo fue construir una de nueva planta, en el mismo lugar que ocupaba una parroquia anterior (de hecho, parte de la misma aun existe, integrada en el moderno edificio). El estilo en el que esta construido es el propio de la época, ese Neogótico que tanto gustó en el país de Ruskin (basta ver el Parlamento británico para comprobarlo)... Eran los años de la revolución industrial, del maquinismo, y mientras el progreso y los cambios en la sociedad se producían a un ritmo difícil de seguir, muchos miraban atrás en busca de inspiración, a periodos más ricos en espiritualidad…y se dijeron ¿y que mejor que revivir el gótico, el estilo que más cerca del cielo estuvo?

Yo admito que a pesar de ser el gótico mi estilo preferido, y que ante esa elevación y su luz sobrenatural no puedo evitar sobrecogerme, no soy demasiado partidario de estas segundas versiones, cada estilo esta unido a la época en la que nació, por lo que este tipo de movimientos Neo no suelen ser mas que malas copias de un original, se puede copiar las líneas, el exterior, pero hacerlo con el espíritu que las envuelve…es algo muy distinto. Puede ser hermoso, pero carecer al tiempo de alma. Otra cosa es en lugar de copiar un estilo, inspirarse en el para crear algo nuevo, original, nuevo, algo como lo que Gaudi pudo hacer inspirándose en ocasiones en el mismo estilo.

Pasemos al elemento que nos queda el fondo del escudo, esa cruz blanca sobre campo negro.



Se trata de la bandera de San Piran, un santo seguramente irlandés de los primeros siglos del Medievo, patrón oficioso del condado y a la vez de los mineros del estaño, durante milenios (siglos antes de cristos fenicios y Cartagineses llegaban hasta aquella zona y las vecinas islas sorlingas en busca de este metal, que aleado junto al cobre producía el tan preciado bronce) una de los principales productos de la zona.

De hecho, la leyenda dice que la bandera representa el blanco mineral saliendo de la negra roca donde esta oculto durante el proceso de fundición. Con casi toda seguridad es un mito (como la mayoría de los relacionados con esta clase de símbolos, al fin y al cabo), pero no se puede negar que hermoso…

Hoy en día, a pesar de su falta de oficialidad (ya que los condados de Inglaterra no tienen banderas oficiales), es de uso común entre los cornicos, habiendo perdido las connotaciones políticas (nacionalistas) que algunos pretendieron darle, siendo adoptada por la mayoría como símbolo identificativo de la región (al estilo de la usada por los neozelandeses con la hoja de helecho sobre fondo negro).

Por cierto, que dicha bandera aparece también en la insignia de equipo de rugby de la ciudad, el Cornish Pirates, lo que da idea de su aceptación.

Con esto, nos despedimos por hoy, deseando suerte al Truro en su sueño de ir escalando divisiones hasta llegar a la liga de futbol (total, soñar es gratis…por ahora).

Meur ras, Dyw genes