Celebrando el aniversario(I)

Mañana, dos de Abril, se cumplirán dos años de la presencia de este pequeño cubil de pseudofrikis en la red. Aprovechando este momento para felicitar desde aquí a otros dos proyectos que se iniciaron casi a la par , La Pelota no Dobla y No, gracia a vo, y dado que no hace mucho ya celebrábamos otra efemérides , la de los 1000 artículos, queríamos en esta ocasión hacer algo distinto. Decidimos, como conmemoración, que cada redactor cafetero, enviara un pequeño y breve ensayo sobre el fútbol y su relación con el, bien fuera en general, o sobre algún hecho o anécdota remarcable.

Pues eso es lo que podéis ver aquí, en la primera parte de este “especial aniversario”, que mañana volverá a vuestras pantallas. Disfrutad, o al menos, sed tolerantes con estos vuestros viejos amigos, ya se sabe, la edad nos alcanza a todos, sin tener que perseguirla…

Juampex

EL FUTBOL Y YO

Nos presentaron de pequeños. El primer recuerdo que tengo es ver a mi padre saltando por un gol tras otro en un partido cuando yo tenía poquísimos años. Siempre he tenido la sensación que aquel partido tuvo que ser el España-Malta del célebre 12-1, por fechas o por sensaciones que se vivieron en el salón de mi casa. Aunque, siendo sinceros, nunca se lo he preguntado.

Después de eso, vienen a mi mente rápidos fogonazos, recuerdos como jugar con mi padre al balón mientras esperábamos que mi hermana saliera de ballet y verle diciéndome como había que pasar el balón al compañero, acariciándolo más o menos fuerte con el interior del pie. Otros fogonazos son recuerdos de mis partidos con el equipo del colegio, con nuestra camiseta color verde claro y pantalones blancos. Recuerdos dulces, como ganar un partido por 25-0, o amargos, como perder una liga en el último partido, después de haber liderado el campeonato desde el principio hasta la penúltima jornada. Después de eso, el fútbol y yo nos dimos un paréntesis. Yo entré al instituto y salvo algún encuentro ocasional, no coincidíamos mucho. Francamente, nos evitábamos el uno al otro, aunque manteníamos las formas: yo veía algún partido por televisión, y Él tampoco insistía mucho en que yo volviera a jugarlo salvo en muy puntuales ocasiones.

Hasta que algo comenzó a cambiar poco a poco. En pleno final de la adolescencia, un grupo de amigos comenzó a recordarme viejas sensaciones adormecidas respecto a aquello del balón. Cada vez veía los partidos con más frecuencia, e incluso volvía a recordar aquello de que el cuero había que entregarlo al compañero, no arrojárselo como el que se quita un problema. Y luego la confirmación. Formamos nuestro propio equipo. Y aquello no fue como un matrimonio reconciliándose, fue más bien un flechazo con alguien que coincidiste una vez y de pasada. Y que, para colmo, te corresponde.

Mis amigos me enseñaron que el fútbol no es solo lo que ocupa los informativos y las televisiones, que había todo un mundo interesantísimo detrás de él. Amistad, compañerismo, rivalidades. El fútbol no solo era sentarse a verlo por televisión o en un estadio. Era la vida a escala y concentrada en dos mitades. Y de su mano fui dando pasos hasta convertirme en adulto. Después conocí a la que será mi esposa, reconocí a mis amigos para toda la vida, terminé la carrera, cosas que no ocurrieron gracias al fútbol, pero él siempre estaba a mi lado.

Y después, la escritura. Yo siempre había escrito, pero también desde siempre sentía que me faltaban cosas por contar, que aquellos amagos de cuentos estaban más o menos bien, pero les faltaba algo. Un día descubrí que era.

Era algo que me ha acompañado siempre en mi vida, desde que esperaba con mi padre a que mi hermana saliera de ballet, hasta que me tomé el primer café con Yolanda en un bar mientras que por la tele había un partido de la Copa de la Uefa.

Por mucho que hubiera una época que nos distanciáramos. Él seguía ahí.

Al fin y al cabo todos los partidos tienen un descanso.

Ariel

Planeta Fútbol

La globalización y el avance de las comunicaciones han transformado la concepción que se tenía del mundo. Otrora un lugar enorme e imposible de recorrer sin una gran dosis de paciencia, hoy el planeta tierra no es más que montones de puntos conectados en tiempo real gracias a las maravillas tecnológicas. Todo esto ha transformado la vida humana, y por consiguiente el fútbol.
Transmisiones multinacionales, sponsors reconocidos y costosas campañas publicitarias siguen empeñándose en hacernos creer que fútbol significa “veintidós millonarios corriendo detrás de una pelota en un campo de juego mientras multitudes los aplauden”. Puede ser que el deporte moderno tenga algo de esto, pero el espíritu del juego va mucho más allá de eso.

Sería necio dejar de disfrutar de las maravillas de Henry, Gerrard o Del Piero sólo por el hecho de estar en contra del carácter comercial del fútbol. Pero sería aún más erróneo pensar que todo lo que representa el mundo de la esférica gira en torno a unos pocos y afortunados profesionales, que increíblemente son idolatrados y ovacionados por gente que trabaja mucho más duro y gana muchísimo menos.
No dejará de ser extraño, pero para los que vemos el fútbol de otra manera cada partido tiene su valor en sí mismo, independientemente de lo que genere. Muchas veces los imponentes estadios de la Champions League dejan su lugar en nuestras primeras planas para dar paso a humildes campos caribeños o africanos, en los que no aparecen las cámaras, el periodismo ni los euros. Lugares marginales desde cierto punto de vista, pero interesantes para observar y compartir, ya que de otra manera nunca habrían entrado a nuestros pensamientos.
El fútbol nos acerca a mundos que difícilmente puedan interesarnos de otra manera. Nos hace aprender historia, geografía y hasta otros idiomas. Un humilde jugador africano, corriendo a la deriva en medio de la sabana, podrá no tener la misma repercusión mediática que Ronaldo, pero para nosotros ambos tienen el mismo valor. Y esa maravilla la genera apenas una pelota.

Mañana, la continuación…

2 comentarios:

Álvaro dijo...

Felicitaciones por los 2 años.
Saludos.

Álvaro dijo...

Felicitaciones por los 2 años.
Saludos.