Un despiste en Blanquiazul
Esta es una historia real.
O al menos lo es gran parte de la misma, todo lo que puede serlo un relato cuando lo que se conoce de el es una versión de segunda mano.
El protagonista, (o al menos la principal victima de los sucesos), el profesor de educación física que tuvo mi hermano (que fue quien me contó la historia) hace unos años en una academia de Ronda.
Los hechos debieron suceder hace al menos 25 años.
El lugar, Málaga (o alguna población cercana).
El padre de su profesor ( que por entonces era un chavalin de menos de 10 primaveras), decide hacerle un regalo al niño, que dentro de poco cumple años.
Pensando que ya era hora de avivar en su retoño el amor a los colores del club local, por entonces el CD Málaga, encarga a la madre de la criatura que le compre una camiseta del equipo.
Supongo que le diría algo así (lo que sigue es una versión libre del dialogo):
-“María, cómprale al niño una camiseta del Málaga”
-“¿y como es la camiseta Paco”?
- “Azul y blanca a rayas”
Dicho y hecho, la mujer, con toda su buena voluntad, se acerca a la tienda de deportes. Se pone a buscar camisetas de futbol, y… voilà, ahí esta, una casaca de futbol, a rayas blanquiazules. Esa es.
La coge, se la envuelven para regalo, la paga, y toda contenta vuelve a casa.
Pocos días después, tiene lugar la celebración del cumpleaños.
En medio de la fiesta, le acercan varios paquetes. El chico los va abriendo poco a poco, hasta que llega al que todos esperamos. Lo abre, saca lo que hay en su interior, y…
A partir de ahí, cambio su vida.
25 años después, aun tiene que sufrir por ello.
Pero por entonces, por su mente pasarían mas bien cosas parecidas a esta:
“Una camiseta de futbol, ¡ que guay¡ “
El chaval, encantado, sin mas se la coloca por encima, pero…entonces, su padre, se da cuenta.
No, no podía ser. En lugar de lucir la zamarra malaguista, su hijo portaba, bien orgulloso, la casaca del Español.
Y por supuesto, el daño ya estaba hecho. Viendo lo feliz que estaba el hijo, no había que pensar en devolverla. Solo quedaba esperar que todo se solucionara, tiempo al tiempo…
A sus 35 años, el profesor de mi hermano, malagueño de pura cepa, que en su vida vivió en Barcelona, es un hincha acérrimo del equipo perico. Nada de lo que su padre pudo intentar luego, devolvió a su hijo por el sendero trazado.
Sin comerlo ni beberlo, un error inesperado e involuntario, cambio su vida, le hizo convertirse en una especie de exiliado futbolístico en su tierra, en un naufrago en tierra extraña, uno de esos hinchas solitarios que viven toda su vida separados de la masa, amorfa pero también acogedora, de aficionados del equipo del que es seguidor (y yo al menos, puedo entender sin problemas como se siente…no es que la región de Murcia este llena de sevillistas o Cadistas precisamente…).
Vamos, que su madre, sin querer, le hizo una buena putada.
Aunque, para ser positivos, podía haber sido peor.
Podría haberle regalado la del Málaga (Va por ti Domin:-P).
O al menos lo es gran parte de la misma, todo lo que puede serlo un relato cuando lo que se conoce de el es una versión de segunda mano.
El protagonista, (o al menos la principal victima de los sucesos), el profesor de educación física que tuvo mi hermano (que fue quien me contó la historia) hace unos años en una academia de Ronda.
Los hechos debieron suceder hace al menos 25 años.
El lugar, Málaga (o alguna población cercana).
El padre de su profesor ( que por entonces era un chavalin de menos de 10 primaveras), decide hacerle un regalo al niño, que dentro de poco cumple años.
Pensando que ya era hora de avivar en su retoño el amor a los colores del club local, por entonces el CD Málaga, encarga a la madre de la criatura que le compre una camiseta del equipo.
Supongo que le diría algo así (lo que sigue es una versión libre del dialogo):
-“María, cómprale al niño una camiseta del Málaga”
-“¿y como es la camiseta Paco”?
- “Azul y blanca a rayas”
Dicho y hecho, la mujer, con toda su buena voluntad, se acerca a la tienda de deportes. Se pone a buscar camisetas de futbol, y… voilà, ahí esta, una casaca de futbol, a rayas blanquiazules. Esa es.
La coge, se la envuelven para regalo, la paga, y toda contenta vuelve a casa.
Pocos días después, tiene lugar la celebración del cumpleaños.
En medio de la fiesta, le acercan varios paquetes. El chico los va abriendo poco a poco, hasta que llega al que todos esperamos. Lo abre, saca lo que hay en su interior, y…
A partir de ahí, cambio su vida.
25 años después, aun tiene que sufrir por ello.
Pero por entonces, por su mente pasarían mas bien cosas parecidas a esta:
“Una camiseta de futbol, ¡ que guay¡ “
El chaval, encantado, sin mas se la coloca por encima, pero…entonces, su padre, se da cuenta.
No, no podía ser. En lugar de lucir la zamarra malaguista, su hijo portaba, bien orgulloso, la casaca del Español.
Y por supuesto, el daño ya estaba hecho. Viendo lo feliz que estaba el hijo, no había que pensar en devolverla. Solo quedaba esperar que todo se solucionara, tiempo al tiempo…
A sus 35 años, el profesor de mi hermano, malagueño de pura cepa, que en su vida vivió en Barcelona, es un hincha acérrimo del equipo perico. Nada de lo que su padre pudo intentar luego, devolvió a su hijo por el sendero trazado.
Sin comerlo ni beberlo, un error inesperado e involuntario, cambio su vida, le hizo convertirse en una especie de exiliado futbolístico en su tierra, en un naufrago en tierra extraña, uno de esos hinchas solitarios que viven toda su vida separados de la masa, amorfa pero también acogedora, de aficionados del equipo del que es seguidor (y yo al menos, puedo entender sin problemas como se siente…no es que la región de Murcia este llena de sevillistas o Cadistas precisamente…).
Vamos, que su madre, sin querer, le hizo una buena putada.
Aunque, para ser positivos, podía haber sido peor.
Podría haberle regalado la del Málaga (Va por ti Domin:-P).
Comentarios
Y qué gran historia, me gustó mucho.
Un saludo!
Además me siento identificado porque ser de la Real Sociedad en Huesca tampoco es lo mas común del mundo, aunque algún loco mas hay.
La elección de tu equipo preferido de fútbol es de las primeras decisiones "importantes" que se toman en la vida, hay mil razones para elegir uno u otro equipo, mi principal motivo fueron dos jugadores; Arconada y Lopez Ufarte.
P.D.: No hay nada peor que cambiarte de equipo porque el tuyo nunca gana nada (de esos hay muchos), para mi es un orgullo ser de la Real aunque estemos en 2ª y llevemos 22 años sin ganar nada.
lo mismo me pasa con el equipo de mi ciudad el Deportivo Roca que esta hace varios años en el argentino B, siempre arranca para ascender y terminamos con las manos vacias, pero bueno con el depo y la acade a muerte!!!!
La verdad es que hay que ponerse en la situación del padre. De tener a un hijo con el que compartir amor por un equipo a tener un hijo que se hace de otro equipo. Y todo eso, por un mínimo detalle.
:-D
Puestos a empeorar, si el padre hubiera sido merengue y la madre le hubiera llevado la sevillista .... o lo mismo con el Sporting y el Atleti jeje (que no se me ofenda nadie).
Un saludo!
Un saludo.
Si, cuantas historias como esas puede haber por ahi...por ejemplo, la de la camiseta de la Juve, que en parte, es algo muy parecido...