De la oreja de Jenkins a la Oreja de Reilly
Uno de los múltiples conflictos que a lo largo de los siglos han enfrentado a británicos y españoles tiene el curioso honor de poseer el tal vez más extraño nombre dado a un enfrentamiento bélico, “La guerra de la Oreja de Jenkins”.
Tal denominación le fue dada porque entre los motivos más o menos formales de la declaración de guerra, el principal “casus belli” fue el tratamiento recibido por un contrabandista ingles.
Este, el capitán Robert Jenkins, fue apresado por un buque español, cuyo comandante le castigó con el corte de su pabellón auditivo, al tiempo que le fustigaba verbalmente con la siguiente frase: «Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve».
Mas tarde, Jenkins fue presentado ante el parlamento inglés, donde contó su versión de la forma mas dramáticamente posible…oreja en mano.
La cámara, escandalizada y conmovida (y espero que algo asqueada), se decidió a apoyar la beligerancia…
De todas formas, debemos entender que todo esto no fue más que un pretexto, y que los verdaderos motivos tenían mucho más que ver con el dominio colonial y del mar, y las concesiones comerciales. Basta para comprender lo dudoso de la indignación inglesa, que el incidente de la oreja tuvo lugar en 1731, y la exposición en el parlamento y la declaración de guerra…en 1739. Algo lentos de reflejos, cuanto menos.
Dos siglos y medio después, otra oreja britanica se dispuso a competir en popularidad con la de melodramático Jenkins…
1984. En las semifinales de la copa inglesa, se enfrentaban el Watford, modesto equipo que de la mano de Elton John y Graham Taylor estaba protagonizando por esos años una vertiginosa ascensión (que ya le llevara la campaña anterior al subcampeonato liguero), y el Plymouth Argyle, equipo por entonces de los de la zona baja de la tercera división y autentica revelación de la competición.
El enfrentamiento, disputado en el Villa Park de Birmingham, concluyó con la victoria por la minima del Watford, con gol del escocés George Reilly. En la final, el Everton derrotaba a los amarillos, que de nuevo se quedaban a las puertas de un título.
2003. Reilly, al que no le debieron durar en exceso los ingresos recopilados a lo largo de su carrera, estaba trabajando como albañil en la construcción de una casa, en Corby, el mismo lugar que le vio nacer como futbolista en el equipo local.
De repente, sin mediar palabra, otro de los trabajadores de la obra le ataca, le derriba al suelo, y allí, con fuerza, muerde su oreja derecha, para posteriormente susurrarle, como toda explicación: “Plymouth”.
El conmocionado George declaró con posterioridad, tras serle cosida la oreja: “No puedo creer que alguien pudiera guardar rencor tras tanto tiempo, se que la gente tiene lealtades fuertes, pero esto es ir demasiado lejos…”
2007. 23 años después del partido de Birmingham, y cuatro del orejicidio, en el sorteo de los cuartos de final de la copa inglesa, los hados vuelven a enfrentar a los dos clubes, que no se habían vuelto a ver las caras en dicha competición.
Como no dudareis ,les falto tiempo a los medios ingleses para recordar el “incidente auditivo”, denominando el encuentro como “La batalla de la Oreja de Reilly”.
El Watford volvía a ser el equipo de mayor categoría (terminaría descendiendo como colista de la premier esa misma temporada), pero esta vez el Plymouth se encontraba solo una división por debajo (siendo el único de los ocho cuartofinalistas de fuera de la premier league).
Lleno completo en Home Park, el estadio del Plymouth (ciudad con el dudoso y poco agradecido privilegio de ser la más grande de Inglaterra que no disfrutó de fútbol de primera, tras el ascenso del Hull, el anterior poseedor del título), para la revancha…y nueva derrota por la minima.
En semifinales (ironías del destino, también disputada en Villa Park), el Watford caía contundentemente ante el Manchester United.
Si, de nuevo el Watford le sopló la oreja al Plymouth…que siempre es mejor que masticarla.
Ah, la ultima vez que se han visto las caras, esta vez en liga (ambos disputan la championship), a mediados de septiembre…el resultado, 0-1 para el Watford. No se porque no me sorprende…
Espero volver pronto con Reilly (y Dario G), esta vez conectándolo con la música..ya veréis.
Tal denominación le fue dada porque entre los motivos más o menos formales de la declaración de guerra, el principal “casus belli” fue el tratamiento recibido por un contrabandista ingles.
Este, el capitán Robert Jenkins, fue apresado por un buque español, cuyo comandante le castigó con el corte de su pabellón auditivo, al tiempo que le fustigaba verbalmente con la siguiente frase: «Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve».
Mas tarde, Jenkins fue presentado ante el parlamento inglés, donde contó su versión de la forma mas dramáticamente posible…oreja en mano.
La cámara, escandalizada y conmovida (y espero que algo asqueada), se decidió a apoyar la beligerancia…
De todas formas, debemos entender que todo esto no fue más que un pretexto, y que los verdaderos motivos tenían mucho más que ver con el dominio colonial y del mar, y las concesiones comerciales. Basta para comprender lo dudoso de la indignación inglesa, que el incidente de la oreja tuvo lugar en 1731, y la exposición en el parlamento y la declaración de guerra…en 1739. Algo lentos de reflejos, cuanto menos.
Dos siglos y medio después, otra oreja britanica se dispuso a competir en popularidad con la de melodramático Jenkins…
1984. En las semifinales de la copa inglesa, se enfrentaban el Watford, modesto equipo que de la mano de Elton John y Graham Taylor estaba protagonizando por esos años una vertiginosa ascensión (que ya le llevara la campaña anterior al subcampeonato liguero), y el Plymouth Argyle, equipo por entonces de los de la zona baja de la tercera división y autentica revelación de la competición.
El enfrentamiento, disputado en el Villa Park de Birmingham, concluyó con la victoria por la minima del Watford, con gol del escocés George Reilly. En la final, el Everton derrotaba a los amarillos, que de nuevo se quedaban a las puertas de un título.
2003. Reilly, al que no le debieron durar en exceso los ingresos recopilados a lo largo de su carrera, estaba trabajando como albañil en la construcción de una casa, en Corby, el mismo lugar que le vio nacer como futbolista en el equipo local.
De repente, sin mediar palabra, otro de los trabajadores de la obra le ataca, le derriba al suelo, y allí, con fuerza, muerde su oreja derecha, para posteriormente susurrarle, como toda explicación: “Plymouth”.
El conmocionado George declaró con posterioridad, tras serle cosida la oreja: “No puedo creer que alguien pudiera guardar rencor tras tanto tiempo, se que la gente tiene lealtades fuertes, pero esto es ir demasiado lejos…”
2007. 23 años después del partido de Birmingham, y cuatro del orejicidio, en el sorteo de los cuartos de final de la copa inglesa, los hados vuelven a enfrentar a los dos clubes, que no se habían vuelto a ver las caras en dicha competición.
Como no dudareis ,les falto tiempo a los medios ingleses para recordar el “incidente auditivo”, denominando el encuentro como “La batalla de la Oreja de Reilly”.
El Watford volvía a ser el equipo de mayor categoría (terminaría descendiendo como colista de la premier esa misma temporada), pero esta vez el Plymouth se encontraba solo una división por debajo (siendo el único de los ocho cuartofinalistas de fuera de la premier league).
Lleno completo en Home Park, el estadio del Plymouth (ciudad con el dudoso y poco agradecido privilegio de ser la más grande de Inglaterra que no disfrutó de fútbol de primera, tras el ascenso del Hull, el anterior poseedor del título), para la revancha…y nueva derrota por la minima.
En semifinales (ironías del destino, también disputada en Villa Park), el Watford caía contundentemente ante el Manchester United.
Si, de nuevo el Watford le sopló la oreja al Plymouth…que siempre es mejor que masticarla.
Ah, la ultima vez que se han visto las caras, esta vez en liga (ambos disputan la championship), a mediados de septiembre…el resultado, 0-1 para el Watford. No se porque no me sorprende…
Espero volver pronto con Reilly (y Dario G), esta vez conectándolo con la música..ya veréis.
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