Brasileirão: ¡Carnaval en Río!

Llegó a su fin el campeonato nacional sudamericano más emocionante no solo del panorama continental del cono sur, sino probablemente de los últimos años en el país de la samba, la caipirinha y como no el mejor balompié (pese a los castigos a los que nos somete Dunga con la Verdeamarela). La fiesta se trasladó a Río, donde todos sus grandes celebraron algo: Flamengo un campeonato 17 años después, Botafogo y Flu la salvación y Vasco el retorno al lugar que le corresponde. São Paulo y Porto Alegre sintieron la decepción pero tendrán plaza en la Libertadores, mientras en Curitiba la estupidez humana se hizo presente otra vez para protestar por el descenso de su equipo. Quizá no sepan que todo el mundo del fútbol es el que protesta por la estupidez de los actos de estos inadaptados que sobran en todos lados:

Flamengo, club con más seguidores en el país y uno de los que más apoyo popular recibe en el mundo, cerró con brillantez un terrible periodo de sequía a nivel nacional que se inició cuando en 1992 logró su anterior entorchado en la época final de Júnior, que pronto cedería su testigo a jugadores de nueva generación como Sávio Bortolini. Muchos torneos cariocas cayeron desde entonces, así como posteriores frustraciones cuando había que competir contra los clubes del resto del país, mayormente paulistas, mineiros o porto-alegrenses.

Pero en esta ocasión la historia ha sido distinta pese a que durante gran parte de la campaña todo iba encaminado a la misma resolución de siempre: remontada de São Paulo culminada en título y esperar un año más la oportunidad para el Rubro-Negro. Sin embargo, fueron los cariocas los que esta vez llegaron desde atrás sin hacer ruido para tomar el liderato a una fecha del final otorgándose la chance de proclamarse campeones en el abarrotado Maracaná ante otro de los grandes, Grêmio de Porto Alegre, invitado de excepción que dio batalla y llevó la incertidumbre a un graderío que no explotó de alegría hasta el final de la contienda:

 

Los Adriano (sublime en su vuelta a casa), Petkovic (increíble su reaparición), Leo Moura, Aírton, Kléberson y compañía lograron la sexta corona para Flamengo (que los iguala lo alto del palmarés con el Tricolor Paulista) en una tarde sufrida que los devuelve al primer plano, con el objetivo de pelear la Libertadores de 2010 con uno de sus rivales más íntimos que pretende festejar a lo grande su Centenario: el Corinthians de Dentinho, del retornado Roberto Carlos, del torcedor del Mengão Ronaldo y quien sabe si también del argentino J.R.Riquelme.

En el estado de São Paulo, aunque suene feo decirlo, se sienten los grandes derrotados tanto el conjunto homónimo como Palmeiras, que por momentos en los últimos meses tuvieron prácticamente ganado el campeonato pero desperdiciaron increíblemente las muchas chances de las que gozaron para sentenciar el mismo. El Tricolor, líder en toda la recta final, hubo de conformarse con la tercera plaza tras Internacional (otro que acabó muy bien y llegó a liderar al comienzo) y el nuevo campeón. Para Palmeiras es aún peor, pues la derrota ante Botafogo (que selló así su sufrida permanencia) les deja fuera de la Libertadores del año próximo a favor de Cruzeiro, que a igualdad de puntos les arrebató la plaza en la ronda previa. Junto a ellos irá Corinthians como campeón de la Copa do Brasil, lograda el pasado mes de Junio.

A la Sudamericana acudirán además de Palmeiras otros como Avaí (sensacional su temporada en el retorno a la élite), At.Mineiro (su desastrosa recta final lo apartó de título y Libertadores), Grêmio, Goiás, Grêmio Barueri, Santos y Vitória, quedándose a las puertas de lograr boleto tanto Atlético Paranaense como Fluminense (subcampeón hace unos días de la última edición).

 
El descenso se decidió en 3 choques donde todos tenían algo que jugarse. Quien más complicado lo tenía era Santo André, que necesitaba ganar fuera a Internacional además de sendas derrotas de Curitiba y Botafogo, que peleaban por lo mismo pero contaban con ventaja en la clasificación además del factor local. Ambos puntuaron, condenando al humilde plantel paulista a un descenso ya anunciado pero falto de la confirmación que le dieron los 4 goles que les infligió Internacional, en busca de un título que nunca llegó.

De este modo, Santo André acompañó a Náutico y Sport Recife (terrible decepción) a la Serie B. Pero, ¿no eran 4 los que debían bajar de categoría? Así es, acompáñenme a Curitiba, escenario del drama de la temporada en suelo brasileño: la barbarie vivida sobre el césped a la conclusión del envite no merece mención alguna, solo el deseo de que los inadaptados desaparezcan de este deporte de una vez por todas. Antes de todo ello, hubo un partido de fútbol que resultó en empate entre el conjunto local y el Fluminense, que condenó a los verdiblancos pero salvó al Fluzão, que de haber cedido hubieran sido los descendidos en lugar de su contrincante.

¿Y la imagen festiva que acompaña estas palabras? Son los jugadores de Botafogo, quizá el más modesto de entre los grandes (en todos los aspectos), que hubo de sufrir hasta el final por su irregular torneo. Sin ser un equipo eminentemente perdedor, su nefasta cantidad de empates los mantuvo abajo toda la temporada, logrando la salvación postrera a costa de la gloria de un Palmeiras que no recordará con entusiasmo este 2009. El objetivo del Fogão las próximas semanas será salvaguardar lo bueno que hay en el equipo para de una vez por todas intentar ganar el Estadual (3 veces subcampeones los últimos años) y hacer un buen papel en el Brasileirão.

Sin más dilación, deseamos buena ventura a los que se van (Santo André, Náutico, Curitiba y Sport Recife) así como saludamos con regocijo a los que vuelven a la máxima categoría: Vasco da Gama, Guaraní de Campinas, Ceará y At.Goianiense.