Final Copa del Rey: de vuelta del fashback




Cuando Atlético de Madrid y Sevilla salten esta noche al césped del Camp Nou comenzarán a poner el punto y final a una de las temporadas más convulsas de ambos conjuntos en los últimos años, para el imaginario de sus aficionados y de los seguidores del fútbol en general. Ambas trayectorias han estado salpicadas de giros argumentales, altas, bajas, sonrisas, llantos. Si Carlton Cuse y Damon Lindelof, los productores de Perdidos, estuvieran sopesando la opción de comenzar a trabajar en una serie deportiva de intriga ahora que la celebérrima (y estupenda) Lost se aproxima a su final, la trayectoria de colchoneros y sevillistas durante este curso 2009-10 se acercaría a las cotas de emoción requeridas.

Aunque aquí los misterios no se refieren a la existencia de un humo negro aterrador o la presencia de osos polares. El misterio se centraba en el resultado de la temporada para ambos y en cómo tratar de superar campañas que han resultado mediocres respecto a las expectativas de ambos en el torneo de la regularidad.

Siguiendo con el símil de Perdidos, la trayectoria del Atlético de Madrid sería comparable a la de Jack Shepard a lo largo de la serie. Si el cirujano comenzó siendo un hombre de ciencia para acabar convirtiéndose en un hombre de fe, el Atlético comenzó la temporada con dudas respecto a sí mismo, alternando resultados mediocres en la liga y encontrándose fuera de la Champions League apenas con los primeros compases de su melodía de violines. En aquel momento los colchoneros, o gran parte de ellos, veían la Europa League como un consuelo menor. El equipo se tambaleó en las competiciones domésticas, pero como dice el refrán, el que tropieza y no cae, avanza dos pasos. Y así el Atlético llegó a Mayo con los pies en sendas finales. Y de repente se produjo el flashback. En Hamburgo, y de la mano (pie derecho más bien) de Forlán y sus dos goles, el Atlético se plantaba frente al espejo y se mostró a si mismo como campeón. No solo como campeón, sino como único equipo español capaz de levantar dos trofeos esta temporada. Una catarsis en toda regla. La alegría, y la fe, eran esto.

Durante esos meses, el Sevilla mantenía el tipo en la liga, se clasificaba para los octavos de la Champions, y se regalaba a si mismo, como regalo de reyes, la eliminación del Fútbol Club Barcelona, equipo que se presumía como una muralla infranqueable hasta ese momento. Sabiendo sufrir, imponer sus armas, luchando cada segundo, aguantando el temporal, el Sevilla comenzó a labrar su camino hacia la redención por una liga demasiado irregular. Pero tras la caida en Champions ante el CSKA de Moscú, el panorama comenzó a ennegrecer en liga, acumulando hasta siete partidos sin vencer, en un proceso duro, como reconoció el propio Kanoute en la entrevista que nos concedió a Café Fútbol hace cerca de un mes. La llegada de Antonio Alvarez no supuso un cambio radical, pero al menos el equipo comenzó a entonarse poco a poco, llegando a la última jornada dependiendo de si mismo para volver a escuchar los violines en Nervión. Y cuando todo parecía encaminarse hacia la no consecución del objetivo de la Champions, el joven canterano Rodri cazaba un balón en el área. Otro flashback, otra catarsis: seguimos siendo grandes, aunque a veces se nos olvide.

Y así, pletóricos de moral, saltaran ambos conjuntos esta noche al verde, sabiéndose merecedores de tan preciado trofeo, conscientes de su propia dimensión. Pero como en la isla, no todo puede ser un final feliz.

Namasté.

3 comentarios:

Martín dijo...

" Ya está en el aire girando mi moneda y que sea lo que sea..."

Garrincha dijo...

Final de difícil presagio. No soy tan negativo como Martín respecto a su Sevilla pues creo que tendrá opciones como gran equipo que es, aunque preferiría ver al Atleti levantar el trofeo.
Ojalá se vea un gran encuentro con 3-2 para los colchoneros :)

Un saludo!

cityground dijo...

Tengo ganas de ver el partido, las finales de Copa siempre son especiales y esta final me motiva bastante, sobre todo porque no están Madrid y Barca y los finalistas me caen bien.

Cuando gano al Atleti la Europa League me decantaba por el Sevilla porque los colchoneros ya tenían un titulo pero después de escuchar las declaraciones de Del Nino (buen presidente pero un tanto bocazas) y el "injusto" indulto a Negredo me decanto un poco por los rojiblancos, aunque lo primero espero que sea un buen partido