Dov'è la vittoria?: históricos malos resultados italianos
Ni el más pesimista lo habría predicho, alguna casa de apuestas se tiene que estar viendo en apuros, pero sí, ocurrió: Italia no fue capaz de superar a Nueva Zelanda (sí, Nueva Zelanda) y todavía debe dar gracias por haber logrado el empate con un penalty pitado de una forma muy rigurosa. Podríamos estar hablando de la gran sorpresa del Mundial, si no fuera por otros resultados como el empate a nada entre Inglaterra y Argelia o la derrota de la favorita España ante los suizos. O podríamos hablar de la mayor catástrofe de la historia de la azzurra, si no fuera porque los italianos han jalonado su trayectoria con derrotas o partidos sonrojantes ante equipos de teórico menor nivel.
Ya forma parte de la leyenda aquel Corea del Norte-Italia de 1966 jugado en Middelsborough, que acabó con un 1-0 que dejó fuera a gente de la talla de Facchetti, Rivera y Mazzola en la primera ronda. Cierto que faltaban hombres como Burgnich y que pronto el equipo se quedó pronto con diez por lesión de Bulgarelli en una época en la que no existían las sustituciones, pero la derrota ante los norcoreanos supone todavía la derrota más vergonzante para los italianos y elevó al autor del gol, Pak Doo Ik, a leyenda nacional.
Tras un buen papel en México 70 (en el que no faltó tampoco un empate a 0 ante Israel en la fase inicial), el Mundial de Alemania 74 fue de nuevo trágico para los italianos, incapaces de superar a sus rivales de grupo, Polonia y Argentina. Y que no nos engañe el resultado de su debut, la victoria por 3-1 contra Haití: los italianos sufrieron para llevarse los dos puntos ante unos caribeños, remontando en el segundo tiempo el gol de otro mito para su país, Emmanuel Sanon (que, por cierto, rompía así el récord de imbatibilidad en selecciones que todavía mantiene Dino Zoff).
En 1982, ante la mirada de Naranjito, Italia levantó el trofeo, en medio de escándalos como el de Rossi, de críticas generales a Bearzot y después de una nefasta fase de grupos en la que sólo consiguió tres empates ante Polonia, Perú y Camerún.
Tras el brillante Mundial de 1990, una fase de grupos aceptable en 1994 (con derrota ante Irlanda y empate contra México), la penúltima debacle italiana es conocida por todos: la derrota en octavos ante Corea del Sur en el Mundial de 2002, con gol de oro en la prórroga para el 2 a 1. Claro que entonces nadie acusó a Trapattoni, ni a Buffon, sino al árbitro ecuatoriano Byron Moreno, que todavía hoy no puede pasarse por el Foro romano tras pitar un penalty contra Italia a los cuatro minutos y expulsar rigurosamente a Totti.
Visto así, sacar un punto contra los kiwis no está nada mal.
PD: Gracias a Sergio Cortina, de Diarios de fútbol por la inspiración para este artículo.
Ya forma parte de la leyenda aquel Corea del Norte-Italia de 1966 jugado en Middelsborough, que acabó con un 1-0 que dejó fuera a gente de la talla de Facchetti, Rivera y Mazzola en la primera ronda. Cierto que faltaban hombres como Burgnich y que pronto el equipo se quedó pronto con diez por lesión de Bulgarelli en una época en la que no existían las sustituciones, pero la derrota ante los norcoreanos supone todavía la derrota más vergonzante para los italianos y elevó al autor del gol, Pak Doo Ik, a leyenda nacional.
Tras un buen papel en México 70 (en el que no faltó tampoco un empate a 0 ante Israel en la fase inicial), el Mundial de Alemania 74 fue de nuevo trágico para los italianos, incapaces de superar a sus rivales de grupo, Polonia y Argentina. Y que no nos engañe el resultado de su debut, la victoria por 3-1 contra Haití: los italianos sufrieron para llevarse los dos puntos ante unos caribeños, remontando en el segundo tiempo el gol de otro mito para su país, Emmanuel Sanon (que, por cierto, rompía así el récord de imbatibilidad en selecciones que todavía mantiene Dino Zoff).
En 1982, ante la mirada de Naranjito, Italia levantó el trofeo, en medio de escándalos como el de Rossi, de críticas generales a Bearzot y después de una nefasta fase de grupos en la que sólo consiguió tres empates ante Polonia, Perú y Camerún.
Tras el brillante Mundial de 1990, una fase de grupos aceptable en 1994 (con derrota ante Irlanda y empate contra México), la penúltima debacle italiana es conocida por todos: la derrota en octavos ante Corea del Sur en el Mundial de 2002, con gol de oro en la prórroga para el 2 a 1. Claro que entonces nadie acusó a Trapattoni, ni a Buffon, sino al árbitro ecuatoriano Byron Moreno, que todavía hoy no puede pasarse por el Foro romano tras pitar un penalty contra Italia a los cuatro minutos y expulsar rigurosamente a Totti.
Visto así, sacar un punto contra los kiwis no está nada mal.
PD: Gracias a Sergio Cortina, de Diarios de fútbol por la inspiración para este artículo.
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