Italia sigue siendo una incógnita


Es difícil valorar a Italia, una selección que se mueve bajo parámetros muy especiales. ¿Jugó bien? No ¿Despejó dudas? Ninguna ¿El empate ante Paraguay es buen resultado? Nadie lo sabe. Para algunos, Italia habrá pinchado ante un rival con menos renombre; para otros, ha salvado una bola de partido ante el equipo más fuerte del grupo, sorpresa eslovaca mediante. No hace falta recordar tampoco las veces, ¿cuatro?, que la azzurra ha ofrecido un papel lamentable en fase de grupos para llevarse finalmente el campeonato.
El partido, al menos, sí se desarrolló según lo previsto: dos equipos bien armados tácticamente, casi gemelos en ese sentido; sin demasiados miramientos a la hora de elaborar juego en mediocampo y con buena predisposición para el contraataque. Así que no extrañó a nadie que todo se resolviera en detalles, en jugadas muy puntuales a balón parado. Llegando al descanso, Aurelio Torres lanzó una falta lateral que aprovechó Alcaraz para adelantar a los paraguayos: Cannavaro, en cambio, se lo tomó como si con él no fuera la cosa. En la mitad de la segunda parte, en el contexto de un corner, Justo Villar, portero guaraní, salió a por un balón que sólo él vio allí y esta vez fue De Rossi el que aprovechó el regalo.

Más allá del resultado, las lagunas de Italia se han hecho evidentes. Montolivo ha empezado a gran nivel en su tarea de regista y vice-Pirlo, lo que ha coincidido con los mejores momentos de su equipo, que salió al partido buscando la portería rival y ofreciendo una imagen lejana de su tópico: fresca, decidida, combinativa y con un gran Pepe encarando a cualquier paraguayo que se le pusiera por delante. El fuelle, sin embargo, le ha durado apenas 20 minutos a Montolivo y sin él Italia ha perdido la iniciativa y la chispa. Problema que se agrava viendo el banquillo con el que cuenta Lippi, que para esa posición sólo tiene como alternativas a Gattuso y Palombo: no es precisamente un alivio.
Junto con Marchetti, que sustituyó en el descanso a un Buffon con molestias, los revulsivos fueron Camoranesi y Di Natale. El italoargentino, como siempre, tuvo un efecto gaseoso: salió con ansia y al final tuvo suerte de no ser expulsado. Di Natale, en cambio, ofreció cosas nuevas en contraste con unos lentos Gilardino y Iaquinta, y combinó bien con su compañero Pepe.

Italia, pues, siendo optimistas, sigue siendo una incógnita que no ha resuelto las dudas sobre cómo va a generar juego. Ante ese mar de juego, nadie se lamenta de un empate ante un rival tan correoso y tan bien armado por Martino.

1 comentario:

cityground dijo...

El empate no es malo para Italia tal como se puso el partido, me gusto Pepe y creo que Di Natale debe jugar de inicio, ¿Iaquinta titular? no lo entiendo, a ver si Lippi le da alguna oportunidad a Pazzini, no saco ni mucho menos un equipo defensivo Lippi, pero ojo con Eslovaquia.

La defensa me parece mas floja que la del 2006 que fue una de las clave del éxito, eran un muro infranqueable.