Nada es eterno
Nada es eterno. El entender esto es uno de los pasos que obligatoriamente debe dar el ser humano en su proceso de crecimiento. Y casi siempre se trata de un paso triste, porque suele venir relacionado con el adiós a algún familiar querido.
En el fútbol, que no deja de ser un trasunto de la vida, pero con una pelota de por medio, inevitablemente también existen las despedidas. De hecho, en nuestro frenético fútbol actual, donde media plantilla puede cambiar cada temporada, hemos perdido en la mayoría de los casos el efecto sorpresa, la capacidad de entristecernos por un adiós, el derecho al recuerdo a una larga y brillante trayectoria…entre otras cosas porque lo de que sea larga casi se convirtió en ciencia ficción. Que un jugador pase casi toda su vida deportiva en un equipo se antoja un milagro, y los aficionados ya aprenden a no idolatrar en exceso a ninguna figura, no sea que dentro de unos meses la veas luciendo una elástica enemiga. Ya no se pide(o no se debería) pedir amor a la camiseta, basta con que al menos se la porté con dignidad, con profesionalidad…aunque sea fríamente, sin motivos personales.
Por eso, si al hecho, extraño ya, de que un jugador de club, de un club, en el sentido mas visceral del termino, deje el mismo, le unimos la importancia de la trayectoria del futbolista, lo que significó durante años, y el reconocimiento que tuvo su figura, tanto entre amigos como entre rivales, la despedida del siete madridista, por esperada que fuera, no es una simple anécdota que olvidar, sino uno de esos momentos que deben perdurar en el recuerdo. Y mas entre gente que, como yo, ha vivido al completo su carrera deportiva, con plena consciencia de ello, desde aquel debut en Zaragoza, hace ya 16 años.
Escribo esto desde una cierta neutralidad, desde el momento en el que ni soy madridista ni uno de esos raulistas irredentos que aun creen que debería estar en la selección o de titular en el Madrid. Seguramente son esos seguidores fanáticos los que más daño han hecho a la figura del capitán blanco, inmensa en su conjunto, al provocar en ocasiones un cierto rechazo a su imagen (y mucho más en los últimos años, cuando su luz se fue consumiendo, lenta pero inevitablemente).
Y es injusto, es injusto porque durante muchos años, muchos mas que otras estrellas de mas clase pero menos entrega, el siete blanco ha estado en la Elite, luchando con los mejores de tu a tu (incluso sobrepasándolos en muchas ocasiones), logrando goles, títulos, y sobre todo, al menos en mi caso, respeto. Respeto y admiración porque si algo valoró, muy por encima del talento, es la entrega, el respeto a lo que haces. Si eres un 10 pero sueles parecer un 6, por pasotismo o dejadez, solo se te puede compadecer o despreciar. Si eres un 7, pero rindes como un 9…en estos casos siempre recuerdo ese refrán que decía “Dios da Pan a quien no tiene dientes”, A Raúl, mientras le duró el físico, no le hicieron falta unos incisivos demasiado afilados, siempre se ganaba merecidamente el pan.
Quien solo recuerde o quiera recordar al Raúl de sus últimos años de decadencia (una decadencia entre comillas), estará o bien equivocándose con lo que representó a lo largo de muchos años, o bien, si lo hace conscientemente, siendo extremadamente ruin. Si no se valora lo que fue, no solo en el Madrid, sino en el fútbol español durante mas de una década (¿Cuántos jugadores hemos conocido o conoceremos capaces de algo similar? Pocos, muy muy pocos), no se entenderá lo que su adiós significa. Podemos discutir sobre si se debía haber producido antes o sobre si nunca se debiera haber producido, sobre cuantas temporadas hace que debería haberse marchado, o sobre si aun debería ser titular (aunque me temo que esta postura ya no cuenta con apenas defensores), pero me niego a creer que hoy por hoy, y sin dejarse llevar por partidismos u odios personales, puedan discutir la carrera y los méritos del que seguramente ha sido uno de los futbolistas que mas recordare de mi vida. Y si algo me entristece de los éxitos que logró la selección, es que el no estuviera presente...aunque también creo que no debía estarlo, una lastima que su plenitud no coincidiera con estos momentos.
Por eso, y deseándole la suerte que se merece, creo que como mínimo le debiamos estas escasas líneas en el café. Porque tras tanto tiempo, y mas aun tras tantos debates entre raulistas y antiraulistas (el que existan ambos clanes da idea de la importancia de su figura, por otro lado), la liga ya no será la misma, sin el que durante mucho tiempo fue, en boca de uno de sus mas fieros defensores, “El siete de España”. Ojala “siga sin hacer nada” haya donde vaya…
Posdata: Si, también se despide Guti…pero al igual que no puedo dejar de admirar a Raúl, Guti, a pesar de reconocerle una cierta genialidad, no es de esos futbolistas que pueda despertar en mi demasiado cariño. Y aunque a los jugadores de su clase los considero necesarios (aunque solo sea para darle un poco de picante al fútbol), soy incapaz de sentir tristeza por su marcha. Eso si, también creo que en muchas ocasiones ha recibido mucho más de lo que merecía no por como jugara o lo que luchara, sino por la melena que lucia. No creo que ningún futbolista pudiera durar tanto en un equipo como el Madrid si no tuviera algo…y Guti, sin duda, lo tenía…aunque muchas veces fuera demasiado remiso a mostrarlo.
Ah, y quiero recordar hoy un artículo escrito hace largo tiempo…pero que conecta directamente con este adiós…Melancolia.
En el fútbol, que no deja de ser un trasunto de la vida, pero con una pelota de por medio, inevitablemente también existen las despedidas. De hecho, en nuestro frenético fútbol actual, donde media plantilla puede cambiar cada temporada, hemos perdido en la mayoría de los casos el efecto sorpresa, la capacidad de entristecernos por un adiós, el derecho al recuerdo a una larga y brillante trayectoria…entre otras cosas porque lo de que sea larga casi se convirtió en ciencia ficción. Que un jugador pase casi toda su vida deportiva en un equipo se antoja un milagro, y los aficionados ya aprenden a no idolatrar en exceso a ninguna figura, no sea que dentro de unos meses la veas luciendo una elástica enemiga. Ya no se pide(o no se debería) pedir amor a la camiseta, basta con que al menos se la porté con dignidad, con profesionalidad…aunque sea fríamente, sin motivos personales.
Por eso, si al hecho, extraño ya, de que un jugador de club, de un club, en el sentido mas visceral del termino, deje el mismo, le unimos la importancia de la trayectoria del futbolista, lo que significó durante años, y el reconocimiento que tuvo su figura, tanto entre amigos como entre rivales, la despedida del siete madridista, por esperada que fuera, no es una simple anécdota que olvidar, sino uno de esos momentos que deben perdurar en el recuerdo. Y mas entre gente que, como yo, ha vivido al completo su carrera deportiva, con plena consciencia de ello, desde aquel debut en Zaragoza, hace ya 16 años.
Escribo esto desde una cierta neutralidad, desde el momento en el que ni soy madridista ni uno de esos raulistas irredentos que aun creen que debería estar en la selección o de titular en el Madrid. Seguramente son esos seguidores fanáticos los que más daño han hecho a la figura del capitán blanco, inmensa en su conjunto, al provocar en ocasiones un cierto rechazo a su imagen (y mucho más en los últimos años, cuando su luz se fue consumiendo, lenta pero inevitablemente).
Y es injusto, es injusto porque durante muchos años, muchos mas que otras estrellas de mas clase pero menos entrega, el siete blanco ha estado en la Elite, luchando con los mejores de tu a tu (incluso sobrepasándolos en muchas ocasiones), logrando goles, títulos, y sobre todo, al menos en mi caso, respeto. Respeto y admiración porque si algo valoró, muy por encima del talento, es la entrega, el respeto a lo que haces. Si eres un 10 pero sueles parecer un 6, por pasotismo o dejadez, solo se te puede compadecer o despreciar. Si eres un 7, pero rindes como un 9…en estos casos siempre recuerdo ese refrán que decía “Dios da Pan a quien no tiene dientes”, A Raúl, mientras le duró el físico, no le hicieron falta unos incisivos demasiado afilados, siempre se ganaba merecidamente el pan.
Quien solo recuerde o quiera recordar al Raúl de sus últimos años de decadencia (una decadencia entre comillas), estará o bien equivocándose con lo que representó a lo largo de muchos años, o bien, si lo hace conscientemente, siendo extremadamente ruin. Si no se valora lo que fue, no solo en el Madrid, sino en el fútbol español durante mas de una década (¿Cuántos jugadores hemos conocido o conoceremos capaces de algo similar? Pocos, muy muy pocos), no se entenderá lo que su adiós significa. Podemos discutir sobre si se debía haber producido antes o sobre si nunca se debiera haber producido, sobre cuantas temporadas hace que debería haberse marchado, o sobre si aun debería ser titular (aunque me temo que esta postura ya no cuenta con apenas defensores), pero me niego a creer que hoy por hoy, y sin dejarse llevar por partidismos u odios personales, puedan discutir la carrera y los méritos del que seguramente ha sido uno de los futbolistas que mas recordare de mi vida. Y si algo me entristece de los éxitos que logró la selección, es que el no estuviera presente...aunque también creo que no debía estarlo, una lastima que su plenitud no coincidiera con estos momentos.
Por eso, y deseándole la suerte que se merece, creo que como mínimo le debiamos estas escasas líneas en el café. Porque tras tanto tiempo, y mas aun tras tantos debates entre raulistas y antiraulistas (el que existan ambos clanes da idea de la importancia de su figura, por otro lado), la liga ya no será la misma, sin el que durante mucho tiempo fue, en boca de uno de sus mas fieros defensores, “El siete de España”. Ojala “siga sin hacer nada” haya donde vaya…
Posdata: Si, también se despide Guti…pero al igual que no puedo dejar de admirar a Raúl, Guti, a pesar de reconocerle una cierta genialidad, no es de esos futbolistas que pueda despertar en mi demasiado cariño. Y aunque a los jugadores de su clase los considero necesarios (aunque solo sea para darle un poco de picante al fútbol), soy incapaz de sentir tristeza por su marcha. Eso si, también creo que en muchas ocasiones ha recibido mucho más de lo que merecía no por como jugara o lo que luchara, sino por la melena que lucia. No creo que ningún futbolista pudiera durar tanto en un equipo como el Madrid si no tuviera algo…y Guti, sin duda, lo tenía…aunque muchas veces fuera demasiado remiso a mostrarlo.
Ah, y quiero recordar hoy un artículo escrito hace largo tiempo…pero que conecta directamente con este adiós…Melancolia.
Comentarios
Por una parte, es innegable su trayectoria como futbolista del Real Madrid: su palmarés, su rendimiento y su esfuerzo sobre el campo. Y todo ello sin tener una técnica depuradísima, ni un poderoso disparo, ni una velocidad asombrosa, ni un gran remate de cabeza. Raúl ha sido el jugador que ha convertido el pundonor y, sobre todo, el oportunismo en una característica casi exigible para los delanteros de hoy día.
Pero en la misma virtud está parte del problema, veo yo. Esa necesidad de jugar sí o sí, cueste lo que cueste, pisando a quien haya que pisar...y al menos aparentar desde fuera en tantas y tantas ocasiones su titularidad por decreto, han sido su mayor enemigo, creo yo, junto a su nutrido número de palmeros dentro de los medios de comunicación, incapaces de disimular su fanatismo con el jugador. Cada verano hasta este nos encontrábamos con las mismas noticias (casi propaganda según el caso): “Raúl llega en mejor forma que nadie”, “Raúl el más completo en los test”, “El gran capitán sigue dando ejemplo”, pero curiosamente su aportación sobre el verde se iba mermando cada año. El mismo Higuaín se vio en su día perjudicado por la obligatoria presencia del capitán, y por su fama de fallón, más o menos justa según a quién se le pregunte.
Tampoco se ha disimulado nunca el, a mi juicio y desde fuera, excesivo poder del que ha parecido gozar dentro del club en determinadas ocasiones. Ni siquiera él o su representante, el Sr Carvajal, se han preocupado demasiado por disimularlo. O no lo han hecho excesivamente bien, al menos, si los aficionados llegamos a conocer -como así ocurrió en su día- por ejemplo el encuentro con Juande Ramos días antes de que este se hiciera cargo del Madrid tras la salida de Schuster como entrenador. Casualmente, ambos representados por el propio Carvajal.
Podríamos hablar de muchísimos jugadores que han salido del Madrid tras entrar en competencia por un puesto con Raúl, pese a tener mejores ratios de minutos/goles. Podríamos hablar de supuestos “toques de atención” a jugadores como Robinho tras su maravilloso debut en Cádiz, desde supuestamente un sector del vestuario. Podríamos hablar de tanta supuesta oferta que llegaba por él y de las que hoy no se sabe nada. Podríamos hablar de supuestas discusiones con Florentino Pérez para evitar la llegada de todo un fenómeno como Ronaldo Nazario porque perjudicaba a su amigo Morientes.
Y todo esos “supuestos” del párrafo anterior vienen porque yo desde luego no tengo constancia real de que ocurrieran, por mucho que lo haya leído/oido en más de un sitio.
(sigo)
Pero para mi, el mayor problema de todo, era la sensación que se transmitía de que el club era suyo, y él podía hacer y deshacer, y ojito con que los demás no le acompañaran. Y en ese sentido lo que consiguió Pellegrini el año pasado fue todo un logro. El primer entrenador de su carrera que supo darle con el tiempo el rol necesario dentro del equipo, consciente de que el Raúl –jugador totalmente decisivo- de hace años no tiene nada que ver con el actual. Siempre se habla del amor de Raúl por el Madrid, de su madridismo. No dudo de él. El problema viene cuando ese amor supone no saber dar el paso al lado para dejar paso a los que vienen mejor que uno. Y peor aún es que ese sentimiento sea sea el principal activo del jugador, en lugar de su rendimiento.
Hoy, me es imposible pensar que se le vaya a echar de menos en el Madrid como jugador, como no se echó de menos a Butragueño en su día, por ejemplo. He oído y leído opiniones en el sentido de que el vestuario queda huérfano por la salida de sus dos primeros capitanes, cosa que no comparto. La capitanía no es llevar más años en el club, aunque ese sea el modo de elección en el club blanco. Y aún así, el capitán de la vigente selección campeona del mundo será el que le reemplace. Junto a otro campeón del mundo como Sergio Ramos. Y en esa caseta, al menos eso parece desde fuera, hay más jugadores con madera de líder. Xabi Alonso, sin ir más lejos, o Cristiano Ronaldo, quien ya se echó al equipo varias veces a la espalda en su primera temporada.
También me es imposible no destacar todos los buenos años que nos ha dedicado a sus aficionados. Prefiero quedarme con el recuerdo del jugador decisivo al de los últimos años, titular o primer cambio por decreto. Porque aquel, fue un grande de verdad.
Estoy con Juampex con que tengo sensaciones contradictorias con Raúl. Sé lo que ha hecho, cómo lo ha hecho y durante cuánto tiempo lo ha hecho. Eso se merece mi respeto y la idea de que se merece un homenaje del copón. Pero hasta ahí, tampoco es, como estoy oyendo en otros sitios, el mejor jugador español de la historia...
Raúl no me parece un jugador que haya influído en la historia (con su juego, claro está) ni de España ni del Madrid. Lo considero un jugador fácilmente eclipsable cuando un megacrack llegaba al vestuario, pero también un jugador tremendamente inteligente capaz de marcar 24 goles en una temporada bastante pobre (porque me da igual lo que me digan, las últimas temporadas daba la sensación de que sólo marcaba desde dentro del área pequeña, pero eso sí, muchos goles).
No se, se que hay mucha publicidad y mandanga en torno a Raúl y que se está desmadrando a más no poder... y no se da cuenta de que eso le está haciendo más mal que bien.
Yo le veo al nivel de Puyol (salvando las distancias), un gran capitán, influyente (porque los grandes capitanes tienen que serlo), que lo ha dado todo por el club y que el club le debe más de lo que le ha podido dar... Pero ¿por qué no puede quedarse ahí la cosa en vez de construir becerros de oro?
Espero que le vaya bien en el Schalke 04, me parece una decisión valiente porque se podría haber ido a Qatar o a la MLS a ganar dinero como han hecho otros, va a un equipo y una liga muy competitiva, esta claro que el se ve para jugar.
Nunca he sido muy raulista, a veces muy critico cuando jugaba en la selección sin merecerlo en mi opinión pero creo que se merecía una mejor salida del Madrid.
Por lo menos se va a la Bundesliga, una competición que sigo mucho... lo malo, al rival de mi Dortmund jejeje.
Un saludo!
No creo que sea el mismo caso que Henry. El francés tuvo el hándicap de que aquí lo disfrutamos en su fase final, durante una temporada en la que muchos esperaban que su fichaje fracasase porque estaban deseando que Rijkaard y Laporta se la estampasen de una vez. Fue el gran punto débil indefendible que marcó el fin de la era Ronaldinho y sólo Guardiola impidió que se fuera por la puerta de atrás, sin la posibilidad de defenderse (como hizo en la temporada siguiente.
Si Henry hubiese despuntado desde siempre en España, no habría recibido ni la mitad de palos que ha recibido.
No, para mí Raúl sintetiza lo que he odiado del Madrid estos últimos años y lo que odiaba del Barça de mucho antes: El famoso entorno que hace de lo bueno algo magnífico, de lo magnífico algo histórico y de lo histórico algo a reverenciar, siempre que ese algo sea suyo, y de lo demás que no es suyo, pues lo desprecia o ignora a más no poder.
Raúl es grande, pero no es ni será Di Stéfano. Siempre lo he considerado a la altura de Butragueño (¡que no es poco!), un jugador al que sí considero responsable (junto con su quinta) de que se nos oyese hablar fuera de España y que, para mí, marca el renacer de la España futbolística, esa que no podía conformarse con un 12-1 en una fase de clasificación si quería aspirar a algo.
...Y, de repente, Raúl es el no va más. Es la quintaesencia, el abanderado, la definición del talento... ¡¡¡Agggghhh!!! ¿Los demás jugadores de su talla no existían o que? Me duele, porque la culpa de que odie a Raúl no la tiene él (en su totalidad, al menos ya he explicado en el otro post la imagen que yo tengo de él). ¡Raúl es un grande, si! ¡Pero ni Raúl se parece a Raúl! Lo que se ha dicho de Raúl durante tanto tiempo se acercaba tanto a la realidad como los chistes de Chuck Norris...
Por poner un ejemplo sangrante con otro jugador que está en el ocaso de su carrera, que de cada vez se le notan más los años y que ya están intentando retirarle, sería Puyol. Seguro que dentro del vestuario tiene un poder brutal, ha ganado todo lo ganable, es de la casa, nadie jamás le ha podido quitar el sitio... Pero no tiene esa imagen endiosada que no necesita y que muy pocos merecen (y entre los que no se encuentra).
No, Puyol no es 'el nuevo Beckembauer', ni es la quintaesencia del defensa, ni es un jugador que no volverá a salir jamás nadie mejor en su puesto... Ese es Sergio Ramos...
Aunque posiblemente yo esté influenciado porque hace tiempo que no leo la prensa de Barcelona... También puede ser.
No se, ¿de verdad os parece que esta tan subido por encima de su nivel, que no ha sido grande, muy grande, durante muchos años en el Madrid? ¿tanto ha borrado su figura sus ultimos años, o es que tengo una vision distorsionada?
Puede que si, pero en la comparacion Butragueño-Raul no tengo dudas, prefiero un raul a dos butragueños, como jugador.
Es como dijo el Nano Serrat en una de sus imperdibles conferencias de prensa acá en Buenos Aires: cuando le preguntaron qué sentía después de que Figo se fuera del Barça al Real contestó "sentí que se cagaba en mi álbum de figuritas".
Salud al gran Raúl que hizo mucho por este presente de España campeón del mundo.
como hincha del schalke 04, no puedo sino preguntar en que forma esta raul actualmente
asi como bien de pequeño todos crecimos viendo a batistuta y luego a romario, tambien hay que decir que Raul marco una epoca en nuestras juventudes, donde no eramos muchos los que nos fijabamos en la redonda o al menos eso creiamos, y grandes cracks como este marcaban nuestro camino
"Los idolos son lo que a cada uno le parece"
Un saludo desde: Futbolgol: Raúl: el Balón de Plata.