El retorno del Cosmos de Nueva York

Uno de los primeros recuerdos que me vienen cuando revisito mis recuerdos de fútbol son conversaciones sueltas con mi padre en las que yo le preguntaba quién había sido el mejor de la historia, si Pelé o Maradona. Con el paso del tiempo descubrí que el Olimpo no solo estaba reservado para ellos dos, pero sin embargo en aquellos días el reduccionismo convertía el mundo en algo más certero, y sobre todo en algo más fácil de comprender.

Recuerdo como mi padre afirmaba sin ningún tipo de dudas, aún hoy lo hace, que el mejor futbolista que ha pisado nunca un campo de césped respondía al nombre de Edson Arantes do Nascimento, Pelé, y que además no solo era el mejor sino que no dudaba en compartir la gloria con sus compañeros, fueran del Santos, de la Canarinha, o del Cosmos.

¿El Cosmos? le replicaba yo, casi exigiéndole más información sobre ese nombre. Uno conocía al Real Madrid, al Milan,al Manchester, a la Juventus, como grandes equipos del mundo, pero jamás había oido un nombre así para un equipo, ni siquiera suponía que un equipo pudiese llamarse de ese modo. Y entonces él me contaba como había existido un equipo en Nueva York al que habían ido a jugar sus últimas temporadas jugadorazos de la talla de Beckenbauer, Carlos Alberto, o el propio Pelé.Yo imaginaba que aquello debió ser fabuloso.No en vano, aquel equipo logró varios campeonatos, algo que siempre supone un aval para cualquier institución, aunque se tratará de un país con poca tradición futbolística como es Estados Unidos.

Siempre he pensado que el mundo te ofrece guiños a lo largo de tu vida. Y la semana pasada recibí una invitación de Umbro para acudir a un evento, y al abrirla mi teoría volvía a corroborarse.

Resulta que el Cosmos, vuelve. Y lo hace dándole la mano a la marca británica,que se encargará de equipar al conjunto neoyorkino. Me acordé al instante de una charla vía twitter con el grandísimo Menottinto y con el no menos grande Borja Barba, de DDF, en la que el bueno de Meno nos había contado como había adquirido recientemente la camiseta del conjunto blanco.Otro guiño.




Asi que el jueves por la tarde, en representación de la familia cafetera acudí al evento en el que se hizo un repaso a la historia tanto del Cosmos como de la propia Umbro. Pero antes de todo ello, considero casi necesario remarcar cómo tuve la suerte de coincidir con gente como Felipe, de "El diván del fútbol", el periodista Paul Giblin y el gran Sergio Cortina, de los imprescindibles Diarios de Fútbol y Pisalo. Y entre los cuatro nos pusimos a departir, como diría Woody Allen, sobre lo horrible y lo miserable del mundo del balompié. Es solo una manera de hablar, conste, puesto que la conversación fue tan fluida que los temas iban virando libremente: desde entrenadores, futbolistas, analistas, tertulianos de programas de televisión, equipos, incluso equipaciones, iban saliendo a la palestra. Todo un placer charlar de fútbol de ese modo con gente como la que aludíamos un par de líneas arriba.

Acto seguido llegó el evento en si, primero con el responsable de Umbro España haciéndonos una presentación que continuó con la proyección de un par de videos sobre la marca y sobre la historia del Cosmos, dándonos algunas pinceladas de por donde podrían ir los tiros respecto al equipo más veterano de la ciudad que nunca duerme. De momento, solo podemos publicar que un personaje histórico como Eric Cantoná se hará cargo de la dirección deportiva y que tienen cosillas entre manos en lo que se refiere a jugadores. Tras el acto, y el sorteo de un viaje a Nueva York que, cosas de la mala suerte (!) no nos tocó a ninguno de los cuatro de "nuestra cla", se nos ofreció un ágape a los asistentes a quienes comenzaron a sumarse gente no exclusivamente del fútbol sino también de la televisión como por ejemplo la guapísima Carla Nieto, de la serie "Ángel O demonio". Aqui teneis un video sobre el evento:



Al rato decidimos poner punto y final a nuestra presencia allí puesto que estaba a punto de comenzar el Oporto-Villareal de semifinales de Europa League. Y ya que el Cosmos del fútbol nos había llevado hasta allí, ¿qué menos que agradecérselo invitándole a una caña, verdad?