Sir Alex didn't learn the lesson (?)

De tratarse de un alumno de alguna de las prestigiosas facultades de Oxford o Cambridge, seguramente en estos momentos estaría recibiendo una dura reprimenda de algún reputado profesor… si es que no se la ha echado ya a estas alturas su padre Alexander, más que curtido chapista de la industria naval escocesa.

El caso es que el sempiterno manager mancuniano volvió a caer anoche en los errores que cometió dos años atrás, cuando el mismo Barça venció con demasiada facilidad al mismo Manchester United (15 titulares repitieron final entre ambas escuadras). Las intenciones iniciales parecían otras, pero apenas transcurridos unos minutos del comienzo su planteamiento se diluyó en la maraña culé. Su planteamiento no fue malo, pero sí un tanto indefinido ya que nunca se llegó a hacer dueño del balón al no tener capacidad para retenerlo de forma constante ni tampoco destruyó el juego de su rival con asiduidad.

Pareció buena idea colocar a Giggs en la media para aportar esa paciencia necesaria en los grandes momentos, reconvirtiendo al galés para tener algo el balón en el centro y abrir con criterio para las bandas que ocupaban Valencia y Park. Precisamente el surcoreano es el que despierta más recelo, siempre esencial en el esquema de Ferguson (especialmente cuando se trata de demoler) pero escaso de toque y diluido con el paso de los minutos ante el incesante toque-toque-toque de su rival.

Carrick una vez más dejó que desear, mostrando que no llegará a ser ese centrocampista que apuntaba no hace demasiado tiempo. Algunos aún nos preguntamos qué fue de Owen Hargreaves, cuyo papel en las semifinales de la 07-08 ante el propio Barça fue excelente.

Valencia se peleó con el mundo e hizo lo que pudo ante un recuperadísimo Abidal, o sea poco. Arriba, Chicharito Hernández corrió y luchó pero sin balones nunca pudo demostrar su habilidad rematadora, mientras Rooney fue quizás el mejor hombre de los suyos. El díscolo punta inglés jugó con libertad, cayendo de vez en cuando a la zona media para ayudar en la creación, iniciando el ataque que incluso a él le tocaba intentar definir, como en el único tanto de su equipo.

Respecto a los de atrás, poco que decir ya que aguantaron con dignidad el chaparrón culé, aunque una vez más se ha demostrado que la rigidez de Vidic y sobre todo Ferdinand no tiene nada que hacer en condiciones normales ante la movilidad de una delantera que toca a la velocidad de la luz y se mueve aún más rápido.

Triste retirada pues para Van der Saar, con dos Champions League en el zurrón pero con el sabor amargo de haber perdido las dos últimas finales ante el mismo rival, el único que se ha resistido a un Manchester United majestuoso ante todos pero plebeyo ante un Barcelona que ya es historia viva del fútbol. Supongo que lo mismo barruntará el diplomático Ferguson, el alumno testarudo que no quiso aprender.

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