La nueva dimensión Gunner

Hace apenas un lustro, en mayo de 2006, el Arsenal alcanzó su techo haciendo historia al clasificarse para la final de la Champions League de aquel año en la cual acabaría cayendo por 2-1 ante el Barcelona. Justamente ahí comenzó a gestarse su ya clásica desgracia permanente (y mala suerte), siéndoles imposible ganar nada por más esfuerzo que hicieran. Vencían pero tenían un hombre menos, siéndole imposible mantener la ventaja para caer ante los Ronaldinho, Eto’o, Deco y compañía.

Un año antes ganaron su último título, estando todavía reciente en la memoria colectiva aquel equipo invencible que ganó la Premier en la 2003-04 sin perder un solo encuentro. Pero desde entonces año a año el equipo se mantuvo siempre ahí, aunque sin acabar de cuajar sus grandes actuaciones en trofeos que festejar. Cayendo inexplicablemente ante rivales menores (digno de estudio como se perdió hace unos meses ante el Birmingham City la Carling) unido a multitud de desafortunadas lesiones han sido parte de la explicación para excusarse ante la sequía acuciante desde 2005.

Pero no solo eso. Los últimos años el Arsenal ha pasado de ser un referente al que temer a ser ese ‘equipo simpático’ que forma jóvenes de gran nivel que luego se marchan en el mejor momento de sus carreras a clubes con mayores ambiciones (muy recomendable en este aspecto el artículo de Pol Gustems en DDF). Porque si, debemos recordar que los Gunners han invertido grandes sumas en la construcción del Emirates Stadium, algo que los ha lastrado en comparación con el resto. Pero no se pueden escudar siempre en lo mismo. Los recientes veranos han ingresado una barbaridad de dinero por bastantes jugadores (la mayoría de estos destino Barcelona) como Henry, Hleb, Cesc o ahora Nasri, confirmado en las últimas horas como nuevo jugador citizen. Una tendencia que se mantiene desde hace un lustro, coincidente con el tiempo sin festejar nada importante.


¿Quién ha llegado entre medias de la salida del capitán y del talento francés? Un jovencito de 18 años llamado Alex Oxlade-Chamberlain, proveniente del Southampton de la Championship. No es lo que se dice un fichaje de relumbrón (aún con los 18 millones de libras que ha costado), pese a que un día pueda llegar a ser un referente.

Si lo podría ser alguno de los nombres que suena con fuerza estos días al norte de Londres. Los Kaká, Bryan Ruiz, Tévez, Hazard o Jádson son solo algunos de los que más suenan, alguno de ellos muy ilusionantes para una afición golpeada que ve como sus rivales no paran de crecer y arrebatarles jugadores propios o en competición con ellos, ¿o acaso si a usted tiene el ofrecimiento de una empresa de primer orden mundial se iría a una bastante buena pero menos competente en comparación?

En cuanto a Wenger, su figura está más en entredicho que nunca. La pose de hastío y abatimiento tras la derrota del pasado sábado 0-2 ante el Liverpool no la había mostrado nunca, o al menos hasta un punto tan bajo. Sin embargo, pese a que creo que últimamente ha errado algo más de la cuenta, también opino que él es la persona ideal para sacar adelante un proyecto con aspecto de caduco pero que aún puede revitalizarse exprimiendo lo mejor de los Van Persie, Jack Wilshere (auténtico corazón pese a su insultante juventud), Vermaelen, Walcott o Song, más el previsible refuerzo (o varios) que aterrice en la escuadra estos días.

¿Y el Manchester City? Llega otro gran jugador que se suma a un plantel estelar, posiblemente el mejor de Inglaterra en su conjunto y uno de los más competentes del mundo. Sin embargo aún mantienen al mando del timonel a un hombre sospechoso de lastrar a un equipo repleto de estrellas que no acaba de funcionar como debiera pese al par de victorias del inicio de temporada. Hablamos como no del técnico Roberto Mancini, del cual dicen las malas lenguas que se mantiene ahí entre otras cosas por su amistad con los dueños del club. Supongo que también influyen la FA Cup lograda así como la clasificación a la próxima Champions League. Ellos estuvieron ‘ahí’, pero pincharon en los momentos claves en la pelea por la Premier, objetivo inexcusable de esta recién iniciada temporada. Todo lo que no sea imponerse en el torneo doméstico junto a una gran participación en la máxima competición continental será considerado un fracaso, y perdónenme la pose de mal adivino, pero dudo que con el entrenador italiano se logren las metas propuestas.

Así pues se dibuja a corto plazo un futuro complicado para el Arsenal, que debe reconstruir su columna vertebral en tiempo récord para pelear por mantenerse en el Big Four (ojo que el Liverpool este año vuelve), así como un reto formidable pero lleno de presiones y obligación moral y deportiva para el City.

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