El fútbol vive



Sí, creo que el título de este post no es nada metafórico. Creo firmemente que el fútbol sigue vivo, aunque todas las noticias que se perciben de un tiempo a esta parte parecen venir con un halo de negatividad. Nos hablan de la "necesidad" de una liga europea, de cómo las distancias entre los - cada vez más- grandes y los mal llamados pequeños se van haciendo insalvables. Y de momento, en el plazo de cuatro días, el fútbol nos da cuatro sopapos, de momento, para recordarnos que la pelota es igual de redonda, con independencia de los millones que valga el empeine que la chuta.

Porque, cómo si no, puede explicarse uno la hazaña del VVV-Venlo holandés del pasado fin de semana frente a todo un PSV Eindovhen. En caso de existir, me imagino a un Dios del fútbol inspirando al japonés Maya Yoshida para que consiguiera uno de los tantos de la temporada en Holanda con una volea imposible. Sí, el PSV consiguió empatar, in extremis, pero el VVV ya había disfrutado de sus cuarenta minutos de gloria, absolutamente inesperados por todos.



En Italia, el comienzo de la Serie A trajo consigo una (desagradable) sorpresa para un Inter de Milan reforzado con la llegada de Forlán y Zárate (sí, y debilitado con la marcha de Etoo). Antes del inicio de la jornada, pocos veían al Palermo con posibilidades de meter mano a un equipo varios peldaños por encima suyo. Menos aún tras ver como su estrella Pastore ponía rumbo a París, como metáfora, esta sí, de lo volátil del amor por unos colores. Mire usted por donde, los de la camiseta rosa, los que habían visto volar a Pastore, lograron cuatro goles como cuatro soles (mal que me pese por mi cierta afinidad neroazzurri).

En España, nada que ninguno de los aquí presentes no sepa a estas horas.El Barcelona, por los motivos que sean o por los que cada uno argumente, veía como la Real Sociedad le remontaba un 0-2. Anoche, en Champions League, y curiosamente (por lo inusual) también el Barcelona veía como se le escapaba una victoria que había tenido en su mano frente al AC Milan una vez remontado el relámpago inicial de Alex Pato. Pero hasta ese punto hemos llegado, a concebir incluso diferencias insalvables entre los más grandes. La segmentación de la segmentación.

Este artículo no trata de hacer una recopilación de excepciones que más o menos confirmen una regla, se trata de que no perdamos la ilusión de ver una sorpresa sobre el verde, que ocurre con más frecuencia de la que nos sugerimos a nosotros mismos. Empiezo a tener una teoría que asemeja el fútbol con la crisis económica que afecta a occidente: vemos tantas noticias negativas sobre el estado del fútbol por argumentos como los anteriormente señalados que nos olvidamos de mirar la realidad, y de afrontarla, mientras nos lamentamos de cómo las noticias nos describen el fútbol, o la economía. Acabamos convirtiendo la noticia en dogma, sobreestimando los casos en que esas perspectivas negativas correlacionan con la realidad. Un ejemplo: la tormenta que se desató tras la disputa de la segunda (en realidad la primera jugada) jornada de liga BBVA con las goleadas de Real Madrid y Barcelona, incluso con los presidentes del resto de equipos reuniéndose (para, como se comprobaría a posteriori, simplemente volver a citarse en próximas fechas) ante la situación, con debates en medios de comunicación sobre la viabilidad de una Supercompetición. ¿Alguien recuerda semejante maremagnum la temporada pasada tras el empate del Real Madrid en Mallorca y la victoria del Barcelona en Santander?

Es obvio que la situación del fútbol es muy mejorable. Pero estos días, el Dios del Fútbol, si es que existe, volvió a empeñarse en recordarnos a todos que no hay resultados que se puedan dar por seguros por mayor o menor diferencia de presupuesto, por mayor o menor diferencia de edad, por mayor o menor plasticidad de las propuestas de cada equipo.

Ayer incluso tuvo prisa, y solo tardó unos pocos segundos.



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