El último gran Everton
Los últimos años hemos vivido una tendencia que el cambio de siglo ha confirmado drásticamente: en las tres ligas más fuertes de Europa solo vencen los megapoderosos, dejando en casos contados y extremadamente esporádicos algún resquicio a la sorpresa, cada vez menor y más imposible en los tiempos que corren. Antaño, una buena generación de jugadores de casa junto a una labor decente por parte de la secretaria técnica podía augurar una época exitosa, sin necesidad de invertir sumas ingentes de dinero.
A día de hoy, aquello queda en meras fábulas ante las asombrosas cantidades que mueven los pocos que manejan el cotarro, multicampeones megalómanos que arrasan con todo pequeño brote de oposición a la vez que crece de forma exponencial su poderío e ingresos. Si no hace tanto podíamos ver un Valencia, una Roma o un Leeds United pelear de igual a igual e incluso proclamarse campeón, actualmente eso no es más que una quimera. Pero no siempre fue así.
Los que anhelamos esos tiempos que difícilmente volverán, donde la competitividad reinaba en los grandes torneos, siempre podemos bucear en un pasado que colma nuestras expectativas con bonitas historias que nos recuerdan lo grande que ha sido siempre este deporte. Es por ello que hoy me apetecía hablar del Everton FC, un grande del fútbol inglés que va para dos décadas sin ganar nada pese a la gran labor de David Moyes desde principios de siglo. Fueron uno de los fundadores de la liga (jugó el primer campeonato en la 1888-89), son el cuarto club con más entorchados ligueros de la historia inglesa, de donde salieron cracks como Wayne Rooney y que cuenta con leyendas del peso de Alan Ball o Dixie Dean. Toda una institución.
Cambio radical
Los que anhelamos esos tiempos que difícilmente volverán, donde la competitividad reinaba en los grandes torneos, siempre podemos bucear en un pasado que colma nuestras expectativas con bonitas historias que nos recuerdan lo grande que ha sido siempre este deporte. Es por ello que hoy me apetecía hablar del Everton FC, un grande del fútbol inglés que va para dos décadas sin ganar nada pese a la gran labor de David Moyes desde principios de siglo. Fueron uno de los fundadores de la liga (jugó el primer campeonato en la 1888-89), son el cuarto club con más entorchados ligueros de la historia inglesa, de donde salieron cracks como Wayne Rooney y que cuenta con leyendas del peso de Alan Ball o Dixie Dean. Toda una institución.
Cambio radical
Cuenta la leyenda que un desalentador empate sin goles en casa ante el Coventry en el que los jugadores acabaron abucheados, supuso el punto de inflexión para el equipo. El técnico era Howard Kendall, ex jugador de la entidad que cumplía su tercera temporada al cargo e incluso estuvo a punto de ser destituido a inicios de 1984. Sin embargo, en aquel momento la situación comenzó a mejorar ostensiblemente, escalando en la tabla hasta un meritorio séptimo puesto que aderezaron con grandes actuaciones en las copas nacionales, alcanzando el subcampeonato en la League Cup (1-0 les venció el indomable Liverpool en el replay jugado en Maine Road) y levantando la FA Cup en Wembley ante el incipiente Watford de un tal John Barnes.
Por aquel entonces ya estaba configurada la base sobre la que se cimentarían los éxitos del futuro: en la puerta el galés Neville Southall, línea de cuatro con Gary Stevens, John Bailey, el también galés Kevin Ratcliffe (capitán) y Derek Mountfield. En el medio Peter Reid, Trevor Steven y Kevin Richardson, con los Adrian Heath y los escoceses Graeme Sharp y Andy Gray en punta de ataque, una alineación que con ciertos retoques estaba llamada a escribir con letras de oro los años venideros.
The best season ever
Por aquel entonces ya estaba configurada la base sobre la que se cimentarían los éxitos del futuro: en la puerta el galés Neville Southall, línea de cuatro con Gary Stevens, John Bailey, el también galés Kevin Ratcliffe (capitán) y Derek Mountfield. En el medio Peter Reid, Trevor Steven y Kevin Richardson, con los Adrian Heath y los escoceses Graeme Sharp y Andy Gray en punta de ataque, una alineación que con ciertos retoques estaba llamada a escribir con letras de oro los años venideros.
The best season ever
La 84/85 se presentaba con el impulso anímico del buen final anterior, una sensación que invadió a equipo y afición para llevarlos en volandas en la que ellos mismos bautizaron como ‘The best season ever’. Sobran las palabras. Como preludio, ademàs, se llevaron la Charity Shield ante el Liverpool gracias a un autogol de Bruce Grobbelaar.
Tras 15 años sin reinar en Inglaterra, donde el dominio de sus archirrivales reds estaba en pleno apogeo, aquella campaña arrasaron. Pese a un par de tropiezos iniciales ante Tottenham y WBA, se llevaron la First Division con cinco jornadas de antelaciòn tras un 2-0 sobre el QPR, obteniendo 13 puntos màs que su inmediato perseguidor (el propio Liverpool) y dejando para el recuerdo partidos inolvidables, como las dos victorias en el derby del Merseyside, los 5-0 sobre Manchester United y Nottingham Forest o el fabuloso 4-5 en Watford.
Si bien cayeron sorprendentemente ante el Grimsby Town en League Cup, en la FA Cup se propusieron defender el título hasta el final. Tras eliminar con más incertidumbre de la que cabía esperar a Ipswich Town y Luton Town, el Manchester United esperaba en la final. Pese a jugar con uno más por la expulsión del central mancuniano Kevin Moran, los Toffees no fueron capaces de retener la corona ya que un solitario tanto en la prórroga del norirlandés Norman Whiteside les privó de ello. Se les escapaba la posibilidad de Triple Corona...
¿Alguien dijo triplete? Así es. El recorrido en la Recopa fue memorable. UCD dublinés, Inter de Bratislava y Fortuna Sittard dieron paso a unas semifinales contra el Bayern Munich, que tras empatar sin goles en la capital bávara caería en Goodison Park (3-1) en un choque magnífico con remontada incluida.
El duelo definitivo sería en De Kuip (Rotterdam) contra el Rapid de Viena, donde destacaba la presencia de Hansi Krankl así como la del veterano Antonin Panenka, que contaba por entonces 35 primaveras. Un primer tiempo sin goles dio paso a una segunda mitad donde el conjunto inglés acabó imponiéndose sin demasiados apuros. Gray y Steven pusieron tierra de por medio, Krankl recortó en los instantes finales pero apenas un minuto más tarde Sheedy puso el definitivo 3-1 que otorgaba al Everton su primer (y hasta ahora único) trofeo europeo.
Aquello sucedió el 15 de Mayo de 1985, por eso existía la opción de triplete, ya que debían enfrentarse el 18 de ese mismo mes al Manchester United en la anteriormente mencionada final de FA Cup. Aunque restaban todavìa tres partidos para finalizar el campeonato liguero del que ya eran campeones, aquel supuso el punto final a la temporada.
Sin embargo, faltaba un epílogo doloroso en el que sin ser ellos protagonistas acabarían pagando los platos rotos. El 29 de Mayo la tragedia de Heysel instantes previos a la disputa entre Liverpool y Juventus por la Copa de Europa llevó a la UEFA a sancionar a los clubes ingleses con 5 años de suspensión en las competiciones europeas (hasta la 91-92). Aquel gran Everton, considerado uno de los conjuntos más fuertes del Viejo Continente, no solo no pudo corroborar tal axioma, sino que ni se les permitió disputar la Supercopa Europea ante la Vecchia Signora, quedando un regusto amargo tras la que habìa sido su mejor temporada.
Tras 15 años sin reinar en Inglaterra, donde el dominio de sus archirrivales reds estaba en pleno apogeo, aquella campaña arrasaron. Pese a un par de tropiezos iniciales ante Tottenham y WBA, se llevaron la First Division con cinco jornadas de antelaciòn tras un 2-0 sobre el QPR, obteniendo 13 puntos màs que su inmediato perseguidor (el propio Liverpool) y dejando para el recuerdo partidos inolvidables, como las dos victorias en el derby del Merseyside, los 5-0 sobre Manchester United y Nottingham Forest o el fabuloso 4-5 en Watford.
Si bien cayeron sorprendentemente ante el Grimsby Town en League Cup, en la FA Cup se propusieron defender el título hasta el final. Tras eliminar con más incertidumbre de la que cabía esperar a Ipswich Town y Luton Town, el Manchester United esperaba en la final. Pese a jugar con uno más por la expulsión del central mancuniano Kevin Moran, los Toffees no fueron capaces de retener la corona ya que un solitario tanto en la prórroga del norirlandés Norman Whiteside les privó de ello. Se les escapaba la posibilidad de Triple Corona...
¿Alguien dijo triplete? Así es. El recorrido en la Recopa fue memorable. UCD dublinés, Inter de Bratislava y Fortuna Sittard dieron paso a unas semifinales contra el Bayern Munich, que tras empatar sin goles en la capital bávara caería en Goodison Park (3-1) en un choque magnífico con remontada incluida.
El duelo definitivo sería en De Kuip (Rotterdam) contra el Rapid de Viena, donde destacaba la presencia de Hansi Krankl así como la del veterano Antonin Panenka, que contaba por entonces 35 primaveras. Un primer tiempo sin goles dio paso a una segunda mitad donde el conjunto inglés acabó imponiéndose sin demasiados apuros. Gray y Steven pusieron tierra de por medio, Krankl recortó en los instantes finales pero apenas un minuto más tarde Sheedy puso el definitivo 3-1 que otorgaba al Everton su primer (y hasta ahora único) trofeo europeo.
Aquello sucedió el 15 de Mayo de 1985, por eso existía la opción de triplete, ya que debían enfrentarse el 18 de ese mismo mes al Manchester United en la anteriormente mencionada final de FA Cup. Aunque restaban todavìa tres partidos para finalizar el campeonato liguero del que ya eran campeones, aquel supuso el punto final a la temporada.
Sin embargo, faltaba un epílogo doloroso en el que sin ser ellos protagonistas acabarían pagando los platos rotos. El 29 de Mayo la tragedia de Heysel instantes previos a la disputa entre Liverpool y Juventus por la Copa de Europa llevó a la UEFA a sancionar a los clubes ingleses con 5 años de suspensión en las competiciones europeas (hasta la 91-92). Aquel gran Everton, considerado uno de los conjuntos más fuertes del Viejo Continente, no solo no pudo corroborar tal axioma, sino que ni se les permitió disputar la Supercopa Europea ante la Vecchia Signora, quedando un regusto amargo tras la que habìa sido su mejor temporada.
Resignaciòn...
En verano el ídolo Andy Gray se marchó al Aston Villa, aunque su recambio no iba a desentonar. Por 800.000£ llegaba Gary Lineker desde el Leicester City para jugar la que sería su única temporada como jugador toffee, en la que acabó anotando 30 goles, pero no pudo reeditar los laureles recientes. De todas formas, los comienzos fueron prometedores, logrando la Charity Shield por 2-0 contra los Red Devils, ante los que se vengaban por la FA Cup perdida unos meses atrás.
Debido a la sanción de la UEFA, la Football League ideó una competición para paliar el impacto económico negativo que sufrirían a los 6 cuadros ingleses que debían haber disputado competiciones europeas, dando origen a la Screen Sports Super Cup, que disputaron Everton, Liverpool, Tottenham, Norwich City, Manchester United y Southampton, divididos en dos grupos de tres de los que saldrían semifinalistas y posteriores finalistas.
El torneo fue un fracaso de público, no cuajó y no fue acogido con el entusiasmo que se esperaba. Incluso su primera edición (que también sería la última) duró 12 meses y 13 días, acabando con una final a doble partido en la que el Liverpool se impuso con claridad al Everton por 3-1 y 1-4.
La campaña liguera se inició de forma irregular, con algunas goleadas en las que Lineker hizo lo que mejor sabía, y derrotas inesperadas como el 3-0 ante QPR que los alejó 13 puntos del líder Manchester United, con puntaje perfecto tras 10 jornadas. Sin embargo, en Navidades comenzó una remontada que los mantuvo invictos durante 18 partidos, encumbrándolos al primer puesto. El campeón retomaba su lugar, aunque la temporada no colmó las expectativas ya que fueron subcampeones de liga (por apenas dos puntos) y de copa, en ambas ocasiones por detrás del eterno rival, un Liverpool con el que la rivalidad aquellos días alcanzaba su cénit.
... y resurrección
Sin perdón de la UEFA y sin Lineker, que emigró al Barcelona tras el Mundial de México, el Everton echaba a rodar empatando ante los Reds en la Charity Shield, tomándose la salomónica decisión de que ambos compartieran los honores de campeón. El camino por las copas no fue tan bien como otras veces, cayendo 0-1 ante el Liverpool en cuartos de la League Cup y 3-1 ante el Wimbledon en octavos de FA Cup.
El torneo fue un fracaso de público, no cuajó y no fue acogido con el entusiasmo que se esperaba. Incluso su primera edición (que también sería la última) duró 12 meses y 13 días, acabando con una final a doble partido en la que el Liverpool se impuso con claridad al Everton por 3-1 y 1-4.
La campaña liguera se inició de forma irregular, con algunas goleadas en las que Lineker hizo lo que mejor sabía, y derrotas inesperadas como el 3-0 ante QPR que los alejó 13 puntos del líder Manchester United, con puntaje perfecto tras 10 jornadas. Sin embargo, en Navidades comenzó una remontada que los mantuvo invictos durante 18 partidos, encumbrándolos al primer puesto. El campeón retomaba su lugar, aunque la temporada no colmó las expectativas ya que fueron subcampeones de liga (por apenas dos puntos) y de copa, en ambas ocasiones por detrás del eterno rival, un Liverpool con el que la rivalidad aquellos días alcanzaba su cénit.
... y resurrección
Sin perdón de la UEFA y sin Lineker, que emigró al Barcelona tras el Mundial de México, el Everton echaba a rodar empatando ante los Reds en la Charity Shield, tomándose la salomónica decisión de que ambos compartieran los honores de campeón. El camino por las copas no fue tan bien como otras veces, cayendo 0-1 ante el Liverpool en cuartos de la League Cup y 3-1 ante el Wimbledon en octavos de FA Cup.

La doble victoria del Manchester United sobre el Liverpool (la más significativa y decisiva el 20 de abril de 1987) junto a la fenomenal racha del Everton, que sumó 10 victorias en los 12 últimos encuentros ligueros, permitieron a los 'evertonians' reeditar el título con antelación al vencer 0-1 al Norwich City en Carrow Road gracias a un solitario tanto del central belga (pero nacionalizado galés) Patrick Van Den Hauwe.
Poco después, la marcha de Howard Kendall al Athletic Club supuso el final de una era victoriosa que aún hoy se recuerda con nostalgia en los alrededores de Goodison Park. Su mano derecha, Colin Harvey, tomò el mando para vivir algùn buen momento aunque no consiguiò devolverles a la gloria como su mentor. De hecho, desde entonces nadie lo ha hecho con la ùnica excepciòn de la FA Cup conquistada en 1995.
A inicios de la 2003-04 y como parte de los festejos por la celebraciòn del 125 aniversario del club, los aficionados escogieron el mejor once de la historia toffee, donde se encontraban nada menos que siete de los once integrantes del recordado plantel de los años 80 (N.Southall, Stevens, Labone, Ratcliffe, Wilson, Trevor Steven, Alan Ball, P.Reid, K.Sheedy, Dixie Dean, G.Sharp), una muestra màs del impacto y la categorìa de aquellos futbolistas legendarios.
Comentarios
Pues de la última liga del Everton ha pasado mucho pero es que la última del Liverpool creo fue en el 90 que también ha llovido.
Si, la ùltima del Liverpool es apenas un poco màs reciente, aunque si bien tienen ese (gran) lunar al menos han seguido "estando ahì", con logros como alguna UEFA, la Champions y varios trofeos màs. Por desgracia, desde el 95 el Everton no saborea uno ... ojalà que rompan pronto esa mala racha ;)
Casi siempre se ha creido que el Liverpool ha sido el mejor equipo y que el Everton nunca tuvo su epoca de grandeza, pero esto desmuestra que no siempre fue asi.
¡Un saludo!