Malasia 1997 – Montevideo 2012

Nicolás Olivera (Defensor Sporting)
Recuerdo estar comiendo puchero en casa de mis abuelos mientras veía expectante en su vetusto televisor los partidos del exótico Mundial sub20 que se disputaba en Malasia aquel lejano 1997. Yo apenas era un pre-adolescente, pero aún recuerdo a Ofori-Quaye, Adaílton, Owen, Henry, Trezeguet, Duff, Farinós, Albelda, Nakamura o Riquelme, muchos de ellos protagonistas importantes de la primera década futbolística de lo que llevamos de siglo XXI. No fueron los únicos futbolistas de relumbrón que participaron en la cita asiática, pero si los que por alguna extraña razón ha conservado mi mente, a la que hoy han regresado por una razón muy diferente que nos transporta ya en la actualidad a la otra punta del mundo. 

Aquellos meses de Junio y Julio de 1997 una de las selecciones que más llamó mi atención fue la de Uruguay. La Celeste fue subcampeona mundial de la categoría tras perder 2-1 la final ante Argentina, con gol charrúa para el batallador Pablo García. Pero sobre todo se me grabaron a fuego el nombre de dos delanteros cuya trayectoria ha sido un tanto ‘particular’, Marcelo Zalayeta y Nicolás Olivera, Balón de Oro del torneo éste último. Solo dos meses más tarde de aquella tarde malaya hacía eclosión un talentoso punta al que apodaban ‘El Chino’ que anotaba un gol maradoniano a Wanderers vistiendo la zamarra de Nacional. 

Por aquel entonces, Zalayeta ya jugaba en Peñarol aunque muy poco después iniciaría su periplo europeo en la Juventus, donde nunca obtuvo la regularidad que deseaba, llegando a jugar cedido en varios equipos entre los que destacan Sevilla y Nápoles. Quizá su actuación más recordada con la Vecchia Signora fue un gol decisivo con el que superaron al Real Madrid en una prórroga de Champions League. Tras jugar en el Kayserispor turco el año pasado regresó a su amado Peñarol, en el que vuelve a ser protagonista y referencia. 

Olivera se desempeñaba en Defensor Sporting pero poco tardó en salir del plantel violeta. El Valencia CF se hizo con un fichaje del que se esperaba mucho pero rindió bastante menos de lo esperado. Pronto salió al Sevilla, donde coincidió con su amigo Zalayeta durante dos años antes de que éste regresase a Italia. Valladolid, Córdoba, Albacete y un puñado de clubes mexicanos con dos etapas en su Defensor del corazón entre medias, club al que regresó el año pasado y con el que el pasado fin de semana se proclamó campeón del torneo Clausura uruguayo anotando un gol en la victoria 3-0 sobre El Tanque Sisley. 

Un semestre antes de ellos había partido Álvaro Recoba al Inter de Milán. Su aparición es una de las más fulgurantes que se recuerdan en el primer nivel. Primera jornada de la Serie A 97-98, un cuadro nerazzurro plagado de estrellas como Djorkaeff, Pagliuca, Simeone o Winter encabezados por Ronaldo Nazario da Lima cae momentáneamente ante el modesto Brescia de Hubner y un tal Andrea Pirlo. Hasta que entra al campo ese desconocido punta uruguayo que llega como promesa pero tiene algunas cosas que decir:

                  

¡Locura en San Siro! Aquella temporada el Inter perdería el Scudetto en una polémica tarde en Delle Alpi, pero al ‘Chino’ le quedaba aún mucho recorrido por delante. La cesión al Venezia la siguiente campaña demostró que tenían ante sí un diamante en bruto, pero tras varias temporadas con goles impresionantes y demasiados altibajos acabó abandonando el Inter para pasar sin pena ni gloria por Torino y Panionios. Anhelando su hogar, regresó a Danubio, club que le diera la alternativa en primera en 1993, para volver a Nacional meses más tarde. En el Tricolor vuelve a ser y a sentirse importante, logrando goles esenciales como los dos últimos anotados a Peñarol, uno de ellos hace escasas fechas para culminar una remontada que dejó a su eterno rival sin opciones de campeonato. 

Hoy, 15 años después de aquello el que esto escribe empieza a dar sus primeros pasos en el periodismo mientras aquellos chavales a los que admiraba van finalizando sus carreras. Con diversa fortuna todos han vivido sus momentos de gloria en los grandes escenarios futbolísticos aunque todos ellos podían haber dado más de sí, especialmente un Recoba al que siempre se esperó pero casi nunca llegó. Actualmente ellos tres vuelven a ser referencia en sus históricos clubes, regresando a sus orígenes para demostrar que el fútbol no entiende de edades. Y también, que 15 años no son nada.

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