Penúltimo capítulo de la enconada rivalidad Colo Colo-U de Chile

Festejando en soledad
Anteayer se disputó en Santiago de Chile uno de los derbys más calientes que se recuerdan los últimos años en el fútbol sudamericano, de por sí muy dado a clásicos donde la adrenalina de jugadores, afición y clubes en general se encuentra por las nubes. Colo Colo y U de Chile se enfrentaban en la ida de las semifinales ligueras en medio de un escenario atípico, ya que el Estadio Monumental contemplaba vacío e impasible el duelo entre los dos encarnizados rivales. 

Entrando brevemente en antecedentes, el partido se jugó sin público debido a los incidentes que protagonizaron las barras bravas colocolinas en una visita el mes pasado a Audax Italiano, hechos que acarrearon dos encuentros a puerta cerrada para El Cacique, cuyos hinchas volvieron a manifestarse violentamente el pasado sábado al no poder acceder al entrenamiento del equipo. 

Pero hay más. A finales de Abril los clásicos rivales ya se enfrentaron en uno de los últimos choques de la temporada regular. Poco antes del descanso Mauro Olivi se marchaba expusado en Colo Colo, llegando en el descuento el primer gol de la U, preludio de un festival durante la segunda mitad que hizo mucho daño a los albos. El baile acabó en 5-0, y las ganas de revancha aseguradas. 

Por todo ello el choque era muy especial para ambas hinchadas. La de la U vive uno de los mejores momentos de su historia, disfrutando con un cuadro campeón en casa y vencedor de la última Copa Sudamericana que pese a traspasos como los de Eduardo Vargas o Gustavo Canales ha liderado el torneo Apertura a la vez que dado espectáculo en la Copa Libertadores, en la que aún aspira a alcanzar la final. Por su parte, Colo Colo, que viviera hace pocos años momentos de gloria parecidos (si bien quizá menos brillantes), llegaba a la semifinal herido en su orgullo y con ganas de redención, algo que dejaron muy claro sus jugadores durante todo el encuentro. 

UN ENVITE MUY DURO 
Colo Colo salió con todo desde el vamos, adelantándose al cuarto de hora con un trallazo de Esteban Paredes desde fuera del área. Alegría opaca, sin hinchada festejando en las gradas. A partir de ahí, el duelo se envileció, especialmente por parte de los jugadores locales. Poco más allá de la media hora, Álvaro Ormeño se fue expulsado tras soltar un manotazo al universitario Roberto Cereceda, que acabó sangrando. 

Sin mayores variantes, tras el descanso Bryan Rabello batió por bajo a Jhonny Herrera para colocar el definitivo 2-0 pese a los constantes intentos y llegadas de una U frustrada por su mala fortuna, su desacierto de cara al arco y los palos del rival, que se quedó con nueve hombres tras la expulsión de Esteban Paredes por una dura entrada por detrás sobre Aránguiz. Ni por esas pudieron los de Sampaoli reducir distancias, aunque a las bajas de los dos expulsados se sumará para la vuelta la de Rafael Caroca en las filas colocolinas, cuya prueba de fuego para reverdecer laureles les exige salir vivos del Estadio Nacional.

             

Por cierto, curioso que los cuatro semifinalistas de la Copa Libertadores cayesen derrotados este fin de semana. Corinthians perdió ante Ponte Preta, Santos hizo lo propio ante Flamengo y Boca fue humillado en casa ante Arsenal de Sarandí, que lo sobrepasó en la tabla y prácticamente le ha despedido del campeonato en Argentina. 

El partido de vuelta de las semifinales chilenas se disputará el próximo domingo ante una enorme expectación, tan solo tres días después del decisivo choque en el mismo escenario entre los de Sampaoli y Boca Juniors por una plaza en la final de la Copa Libertadores. Desde aquí deseamos que haya pasión, alegría y espectáculo pero no haya que lamentar incidentes ni males mayores. Así sea, por la gloria del fútbol.

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