Roberto Mancini, el amasador mediocre

Mancini en su primera experiencia en la Fiorentina
Ayer por la tarde saltaba la noticia: Roberto Mancini renovaba hasta 2017 con el Manchester City. Para no ser menos, Twitter ardía. Pero antes de entrar en materia hagamos un repaso por su trayectoria. Mancini fue un gran delantero, un artista del balón que nos dejó algunas obras de arte maravillosas con la camiseta de la Sampdoria así como algunas perlas más esporádicas pero igualmente bellas en la Lazio. A su retirada tras un breve paso por el Leicester City, sustituyó a Fatih Terim en la Fiorentina en Marzo de 2001, iniciando su trayectoria en los banquillos con un empate 2-2 en Perugia.

En aquel conjunto Viola jugaban entre otros Mijatovic, Rui Costa, Torricelli y Toldo. Cogió a la Fiorentina 11ª y la dejó 9ª. Con poco tiempo por delante, apenas cumplió. Al año siguiente fue destituido al perder 1-3 ante el Perugia en el último partido de la 1ª vuelta. La Fiorentina, sumida en graves problemas económicos y penúltima a tres puntos de la salvación, acabaría descendiendo. En aquel equipo ya no estaban ni Toldo (Inter) ni Rui Costa (Milan), pero seguían Mijatovic y Di Livio, además de estar presentes Manninger, Morfeo, Nuno Gomes, Chiesa y Baronio. Está claro, no era un equipazo, pero tampoco el plantel de tuercebotas que parecieron ser bajo el mandato de Mancini.

Aprovechando la idolatría por sus años laziales y ante la salida de Alberto Zaccheroni, la Lazio se hizo con sus servicios por las dos siguientes temporadas. En la primera de ellas su equipo se desinfló tras una primera vuelta en la que había terminado a tres puntos del líder para acabar cuarto a doce de la Juve, que se apoderó del Scudetto. No le fueron mejor las cosas la siguiente campaña, cuando fue sexto a 26 puntos del campeón, y lo que es más doloroso para su hinchada, a 15 de la Roma. En la Champions acabaron colistas de un grupo con Chelsea, Sparta de Praga y Besiktas, aunque al menos ganó la devaluada Coppa d’Italia. Comenzaba a demostrar unas amplias lagunas que marcarían su carrera.

Títulos que no convencen
¿Cómo es posible que un técnico ganador de tres ediciones consecutivas de la Serie A más dos copas y otras tantas supercopas en un periodo de cuatro años no sea idolatrado e indiscutido? Ese fue el “gran” bagaje de Roberto Mancini en el Inter, una saca llena de títulos pero también de sinsabores. Varios fueron los factores que permitieron a La Bienamada dominar el Calcio en aquellos momentos. Por un lado, el Moggigate que lastró a la Juventus, permitiendo al Inter pescar a Vieira e Ibrahimovic en aguas revueltas. Por otro, el aplastante equipo que poseía en relación a sus competidores, lo que les valió triunfos locales y enormes trastazos en Europa, donde el Inter acumulaba cuatro décadas sin levantar la Orejona.

Al final de la 2007-08, con su tercer Scudetto seguido bajo el brazo, Mancini no renovó con la entidad nerazzurra. Su sucesor logró más en dos años, tanto en títulos (no por la cantidad, algo imposible en ese margen de tiempo, sino por la calidad de los mismos) como en el cariño de una hinchada que lo tiene en el mismo pedestal que Helenio Herrera. Probablemente ni cien años le hubieran otorgado ese estatus a Mancini.

A finales de 2009 tomó las riendas de un Manchester City de cuya inversión esperaban los jeques mayores réditos de los que estaba consiguiendo con Mark Hughes. El equipo pasó de la octava posición a la quinta a final de campaña. Un plantel repleto de estrellas de la talla de Tévez, Kompany, Bellamy, Robinho, Given, M.Richards, Vieira, Adebayor o Kolo Touré no fue capaz de entrar en puestos Champions al vencer únicamente uno de sus últimos cinco encuentros, perdiendo la plaza a favor del Tottenham.

En verano Dzeko, Yayá Touré, Silva, Balotelli, Milner, Kolarov y J.Boateng reforzaron aún más un plantel ya incomparable dentro de las Islas Británicas. Con semejante pléyade Mancini cayó prematuramente en E.League ante el Dinamo de Kiev, hizo lo propio ante el WBA en Carling Cup y se llevó la FA Cup con un solitario tanto de Yayá Touré ante el Stoke City. En Premier se mantuvo siempre en los puestos de honor, si bien finalizó tercero a 9 puntos de un Manchester United en el que Alex Ferguson volvió a ofrecer un máster en administración de recursos.

Llegamos a la pasada campaña. A todo lo que había suman a Nasri, Clichy y Agüero como fichajes más destacados. En plena temporada estival se llevan el primer disgusto cuando caen en la Community Shield ante los Red Devils luego de ir venciéndolos 2-0. El fracaso en Champions es rotundo, quedando terceros de grupo, lo que les condujo a una Europa League de la que el Sporting portugués les apearía en octavos de final. En Enero, Manchester United y Liverpool les echaron de FA Cup y Carling Cup, quedándoles la Liga como único objetivo de la temporada.

Campeón de la Premier 2011/12
Cuatro pinchazos entre las jornadas 28 y 32 convierten la situación en crítica. Parece no quedar nada de aquella escuadra que aplastó 1-6 al United en Old Trafford. Desde el segundo puesto a ocho puntos del líder a falta de seis partidos se veía casi imposible conseguir un título que se les daba por ganado meses antes. Sin noticias de Mancini, pese a quien obraron un milagro, hecho que no puede calificarse de otra forma. Entre medias una nueva victoria ante los vecinos les acercó a un título que primero tiró Mancini, gesto que repitió amablemente Ferguson y finalmente se jugaron a quien marcase más goles en los últimos encuentros.

Como no, faltaba la traca final. El City of Manchester Stadium a reventar para recibir al QPR, ante el que esperaban festejar el tercer título de su historia. Un afortunado tanto de Zabaleta les da ventaja antes del descanso, pero tras el mismo dos tantos de Cissé y Mackie dan una vuelta inesperada a la trama. Pasaban los minutos, el United vencía y concluía su partido siendo campeón salvo remontada épica del City, que entra perdiendo al descuento. Los goles de Dzeko y Agüero cambian la historia, dan al “hermano pobre” de la ciudad la alegría de sus vidas y… dos meses después renueva Mancini.

¿De dónde nace la fascinación por el técnico italiano? ¿De su exquisita elegancia al vestir? ¿De sus buenos modales? Sinceramente no creo que sea de sus planteamientos tácticos ni del recuerdo ante sus brillantes inexistentes gestas (?). Habrá quien tire de palmarés, un puñado de títulos que podría ser más amplio y admirado. Las malas lenguas dicen que su amistad con el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan son las que le han mantenido en un banquillo en el que se permiten cambiar a las estrellas por Nigel de Jong así como ganar algún que otro título local mientras se desperdicia el talento a raudales que emanan sus jugadores. Su renovación, dicen, es la mejor noticia para sus rivales. Para mí, no es una afirmación demasiado arriesgada, algo que el propio Mancini se encargará de confirmarnos los próximos meses tal y como lleva haciendo desde hace una década. Mientras tanto, yo seré de aquellos que alucine con un plantel que pese a que su potencial sea tan extremadamente potente se muestre incapaz de cumplir como un grande. Es lo que tiene aguantar en el banquillo a un mediocre amasador de títulos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aunque sé que no tiene nada que ver el artículo, mirando vídeos por YouTube he descubierto a un jugador bastante interesante. Dejo aquí dos vídeos suyos:

-http://www.youtube.com/watch?v=NE2_TUGuo38

-http://www.youtube.com/watch?v=Apza9R-bAmI