Ludogorets-Slovan Bratislava. De viejos clásicos y nuevas hornadas.
Lo pensaba mientras veía al Ludogorets pasar por encima del Slovan Bratislava: hay un fútbol clásico que ya no volverá. La época en la que un plantel compuesto en su gran mayoría (a veces en su totalidad) por jugadores nacionales y/o de la zona fue preciosa, encumbró a muchos clubes míticos cuyos nombres conocemos de memoria, pero cada día amenaza con mayor fuerza con permanecer para siempre en el pasado.
Los búlgaros del Ludogorets pelean por el sueño de hacerse un hueco entre los grandes de Europa. Fallaron el año pasado pero en éste aún conservan las esperanzas. Por su parte los eslovacos pugnan por parecerse aunque sea remotamente al gran equipo que alguna vez llegaron a ser, uno de los principales de la antigua Checoslovaquia que incluso conquistó una Recopa de Europa ante el FC Barcelona. Aquellas son historias para viejos y románticos, que a veces son lo mismo. Salvo que un milagro (o un magnate/jeque) lo arregle, rara vez volveremos a disfrutar de un Anderlecht, un Steaua, un Estrella Roja o un Göteborg poderoso sin nada que temer ante nadie en el Viejo Continente.
Dos minutos de juego se habían consumido en la provincia norteña de Razgrad cuando una tijereta de Stonyanov adelantó al conjunto búlgaro. La confianza de los locales, que ya fueron mejores en la ida pese a la derrota por 2-1, les llevó a apretar a un Slovan que acusó duramente el golpe. El segundo tanto no tardó en llegar, esta vez obra del extremo español Dani Abalo en una contra. El desacierto de los atacantes búlgaros así como el buen hacer del portero Putnocký evitó que la diferencia aumentase antes del descanso, algo vital para las aspiraciones eslovacas de levantar una eliminatoria que tenía muy mala pinta.
Poco o nada cambió tras el paso por los vestuarios. El Ludogorets expuso continuamente su superioridad, llegando en un constante goteo de ocasiones que acabó traduciéndose en el definitivo 3-0, obra nuevamente de Dani Abalo. Pese a algún infructuoso intento visitante fueron los búlgaros los que pudieron lograr una goleada aún mayor. Ahí acabó un nuevo intento del Slovan de Bratislava por disputar una máxima competición continental cuya fase final no alcanza desde el siglo pasado, quizá porque sus tiempos de gloria ya pasaron. ¿Será que llegan los del Ludogorets? Seguramente tampoco, pero se agradecería un soplo de aire fresco entre la élite europea. Parece que llegan buenos vientos desde el Este.
Poco o nada cambió tras el paso por los vestuarios. El Ludogorets expuso continuamente su superioridad, llegando en un constante goteo de ocasiones que acabó traduciéndose en el definitivo 3-0, obra nuevamente de Dani Abalo. Pese a algún infructuoso intento visitante fueron los búlgaros los que pudieron lograr una goleada aún mayor. Ahí acabó un nuevo intento del Slovan de Bratislava por disputar una máxima competición continental cuya fase final no alcanza desde el siglo pasado, quizá porque sus tiempos de gloria ya pasaron. ¿Será que llegan los del Ludogorets? Seguramente tampoco, pero se agradecería un soplo de aire fresco entre la élite europea. Parece que llegan buenos vientos desde el Este.
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