Un cuento de hadas con acento kazajo
Sé que para muchos de primeras será difícil, pero no los confundan con el millonario Shakhtar Donestk ucranio. No, esta pequeña ONU afincada en la provincia de Karagandy (Kazajistán), en pleno corazón de Asia, ha escrito hoy una de las páginas más brillantes de su breve trayectoria europea apeando a uno de los que por derecho propio se había ganado la vitola de favorito sobre el césped no ya para eliminarlos sin demasiados problemas, sino para acceder a la fase final de la Champions League 2013/14, un sueño aún lejano para el Shakhter, complicadísimo... pero posible.
Fundado en 1958 pero sin éxitos destacables durante la pertenencia de su país al fútbol soviético, ha sido apenas hace un par de años cuando lograron su primer campeonato liguero, lo que les dio derecho a participar en la previa de la Champions League 2012/13, siendo apeados en segunda ronda por el Slovan Liberec checo tras una prórroga. En esta ocasión el equipo de la región minera que les otorga similar sobrenombre encaraba de nuevo el reto tras lograr su segunda liga kazaja durante la temporada anterior.
Nada benévolo con sus intereses, el sorteo les encuadró con el BATE Borisov, campeón bielorruso con mucha más experiencia en estas lides. Tal es así que participaron en la fase de grupos en cuatro de las cinco últimas ediciones de la Champions League, derrotando incluso al Bayern Múnich el curso pasado. Un reto supino para los hombres dirigidos por el ruso Viktor Kumykov, pero no imposible.
Orden, solidaridad, un punto de fortuna y el acierto del atacante Sergei Khizhnichenko les otorgó una sorprendente victoria (0-1) en terreno rival en el choque de ida disputado hace una semana. Tras ello los jugadores del BATE afirmaron que la eliminatoria no estaba decidida, como bien han demostrado hoy durante bastantes minutos en el choque de vuelta. Poco concisos en su juego, muy discontinuos pero con mayor calidad en sus filas, los bielorrusos dominaron todo un primer tiempo sin apenas sobresaltos pese al remate de semichilena de Rodionov al travesaño.
El paso por vestuarios revitalizó a un Shakhter que se lanzó al ataque, en ocasiones concediendo peligrosas e innecesarias contras dada la ventaja de la que gozaba en la eliminatoria. Una mano prodigiosa del portero Mokin a disparo de Krivets sobrepasada la hora de juego antecedió a un penalti cometido por el propio guardavallas instantes después. El propio Krivets quiso tomarse la revancha de la jugada previa, pero Mokin engrandeció su figura para entrar en la leyenda del Shakhter.
Pero aún había más. Con el BATE volcado sobre la meta rival asistimos a un momento mágico. O cómico, según se aprecie. Un balonazo despejado desde el área local llegó al centro del campo, adonde había salido el portero Gorbunov, cuya pifia permitió a Zenkovich anotar a placer el tanto que sentenció el histórico pase del Shakhter Karagandy a una tercera ronda en la que se enfrentará al vencedor del duelo entre Neftçi (Azerbaiyán) y Skënderbeu Korçë (Albania), llave que les dejará en la antesala de la Champions League 2013/14.
Una vez más la democracia que planteó Platini da sus frutos. Habrá quien diga que son equipos mediocres, y no le faltará razón, pero un campeón siempre tendrá más derecho a jugar una competición llamada Liga de Campeones que los segundos, terceros y cuartos clasificados de cualquiera otro campeonato nacional. Es lógico, democrático y además logrado sobre el césped con un balón de por medio, el único que entiende de justicia verdadera en el fútbol.
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