Los egipcios no la saben meter (?)

Otra derrota de Al Ahly. Y van...

Parafraseando a la famosa película norteamericana (que en España tradujeron como les dio la gana) hoy sacamos tal maldad a colación del nuevo fracaso de Al Ahly en el Mundial de Clubes, contrastando con uno de sus ancestrales rivales continentales, el Raja de Casablanca, que saborea un éxito inesperado con la ilusión de poner la guinda a una participación sublime.

¿Por qué entonces el título del post? Porque Los Faraones siempre insinúan mucho más de lo que acaban cumpliendo. Por lo general desde hace casi una década suelen dominar las competiciones más importantes tanto de clubes como de selecciones, lo que no está nada mal. El combinado nacional venció consecutivamente las Copas de África de 2006, 2008 y 2010, no clasificándose para las dos últimas ediciones. Por su parte Al Ahly ha estado presente en 6 de las últimas 9 finales de la Champions de la CAF, obteniendo un botín de cinco títulos que les han disparado en el palmarés del torneo. Son además los vigentes bicampeones.

Sin embargo algo sucede cuando se trata de dar el siguiente paso. Hay cierto atasco que recuerda al que sufría España hasta hace poco, o el Barcelona hasta su primera Champions, Uzbekistán actualmente o lo que vive México que pese a sus excelentes generaciones juveniles no logra un hito en la Copa del Mundo. Y no me cabe duda que es todo una traba psicológica que acaba trasladándose al colectivo, ya sea hinchada, cuerpo técnico, directivos y/o jugadores: "cumplimos", "lo dimos todo pero no pudo ser", "merecimos mejor suerte"... no digo que haya que irse al otro extremo para hablar de fracaso, pero a veces hay que ser menos conformistas y más ambiciosos. Eso no significa no ser realistas ni faltar al respeto al rival, sino que siendo conscientes de las propias virtudes y limitaciones ir un paso más allá. En definitiva lo traduciría como "competir mejor" basándome en una "fortaleza mental" que no parece existir en algunos de los ejemplos anteriormente mencionados ni en los protagonistas de este post.

Egipto cayó recientemente por tercera vez consecutiva en la carrera mundialista cuando se daba por hecho que habían aprendido de los errores del pasado. Hubo mala fortuna en el sorteo al quedar emparejados con Ghana, pero recibir 6 goles a domicilio lo dicen todo. Pese a la hegemonía continental no aparecen por una Copa del Mundo desde 1990 en Italia. ¿Será en Rusia? Ojalá, particularmente me encantaría, pero me apenará mucho que ya no estará el gran Mohamed Aboutrika.

Presuntamente el mítico atacante natural de Guiza se retirará estos días tras una nueva decepción en el Mundial de Clubes de Marruecos. Esta vez Al Ahly tenía mucho más cerca a su gente, su cruce ante el Guangzhou Evergrande (campeón de Asia) no era inasumible y estaba el aliciente de la semifinal ante el Bayern. Pero ni por esas. Los hombres de Marcello Lippi fueron muy superiores al cuadro egipcio, que sumó la enésima caída antes de tiempo con un deshonroso 3-0, si bien ayer encajaron un 5-1 aún peor ante el Monterrey mexicano (otro que siempre llega pero nunca cumple).

En definitiva habrá que seguir esperando por si un día los egipcios (en términos generales) son capaces de dar ése paso adelante que les lleve a dar guerra en el Mundial de Clubes, como el Mazembe en su momento o el Raja Casablanca actualmente, o les lleve como selección a clasificarse de una vez por todas para un Mundial. Los que adoramos la técnica, el desparpajo y la calidad de Los Faraones del desierto tendremos que armarnos de paciencia... al menos durante unos años más.