Oda a la Copa en Mestalla
Caer eliminado en una competición por eliminatorias no es ni de lejos tan grave como perder la categoría o alejarse de los objetivos más ambiciosos de la temporada. Quizá es por esta razón por la que jugadores y técnicos se permiten ciertas licencias así como alegrías ofensivas que normalmente no ponen en práctica durante el campeonato de liga.
Puestos en contexto realicemos por un momento un breve ejercicio de imaginación en el siguiente contexto: el magnífico Valencia-Rayo Vallecano disputado anoche en la capital del Turia con un aluvión de goles en el que ni la emoción ni la polémica arbitral estuvieron ausentes. ¿Y si hubiera sido un choque a partido único como tanto reclaman los aficionados desde hace años? Qué maravilloso habría sido...
Cabe recordar que el conjunto ché había vencido 1-2 en el partido de ida (y que tres días antes se había impuesto por 3-0 al mismo adversario en el mismo escenario), por lo que puso en escena a un equipo mixto entre titulares habituales y algunos jugadores suplentes. Por su parte Paco Jémez fue más allá con un once que sabía a oportunidad para aquellos que no suelen ser de la partida en liga. Y qué bien lo hicieron: por momentos pusieron patas arriba Mestalla, llegando a poner contra las cuerdas a un rival que acabó pidiendo la hora y que tuvo que tirar de épica para acceder a octavos de final.
El fenomenal espectáculo solo lo arruinó una actuación arbitral poco feliz. Ni culpo ni pretendo vertir ninguna sospecha sobre el trencilla y sus compañeros, errar es humano además de parte del juego, pero aún comprendiendo la difícil naturaleza de su labor me lamento de que no estuvieran un poco más acertados.
Ya que estábamos imaginando pensemos por un momento que diría la prensa de haber recibido el Real Madrid o el Barcelona un arbitraje como el de ayer contra un equipo pequeño como el Rayo. Los medios levantinos solo arden cuando entiende que su equipo ha sido desfavorecido contra algún grande, pero esconde la cabeza en la madriguera cuando se da la situación opuesta, algo que por desgracia ocurre mucho más a menudo de lo que sus palmeros pueden esconder.
Pero para no cerrar con bronca os invitamos a un café con dos azucarillos anhelando que el resto de la Copa del Rey siga por el mismo camino: emoción, sorpresas y espectacularidad.
Comentarios
Y si. Como espectador neutral ayer fue un partidazo. De los que dignifican una competición. Enhorabuena al Rayo por su garra y su actitud