Desnudos en Turín
Haber pasado diez días en Italia durante el periodo navideño me ha acercado aún más a su fútbol. No solo la información es más directa, sino el propio contacto con la realidad de sus clubes. Ves sus noticias, asistes a debates, charlas con sus hinchas. Personalmente mi único lamento es no haber podido acudir a un partido de la Pro Vercelli, pero esa es otra historia (y otra espina que intentaré sacarme más adelante).
Sin embargo el haber estado cerca de unos colores que adoro como los del Inter (así como el Calcio en general) no me harán renegar de una realidad que anoche fue más palpable que nunca en otra edición del Derby d'Italia: el fútbol transalpino sigue bajo niveles históricos. Muchas son las pistas que llevan a tan sencilla conclusión: el juego de unos y otros, las lagunas tácticas, la pobreza de las actuaciones en Europa, la crisis estructural de la Lega Calcio o el estado de los estadios. Hoy en día son muchas menos las grandes estrellas que juegan en Italia si lo comparamos con otros campeonatos punteros (o con ellos mismos ya fuera hace una década o dos).
¿Cómo fue el choque? El resumen rápido afirmaría que cada plantel dominó un tiempo, una realidad que esconde muchos matices. La Juventus salió fortísimo como cabía esperar, para algo eran locales además de líderers. Su clásico rival, a un abismo de puntos y puestos en la tabla clasificatoria, no debía ser la presa más difícil del mundo, pero anoche muchos nos llevamos una sorpresa inesperada.
Como decíamos, la Juve salió con todo. En menos de dos minutos una gran combinación por el sector derecho acabó en un remate excesivamente cruzado de Llorente. Poco después, otra vez por la derecha, un tremendo control orientado de Vidal le permitió asistir de Tévez para que abriera la lata. Aunque en los siguientes minutos el Inter tuvo el balón y generó alguna llegada, fueron los hombres de Allegri los que dominaron por completo un primer tiempo que tan solo las paradas de Handanovic así como el desacierto de sus atacantes evitó que finalizase con un resultado más amplio. Por cierto, esos 45' iniciales de Arturo Vidal son para enmarcar. Una joya.
Nada más reanudarse el encuentro poco parecía cambiar, con la posesión para la Vecchia Signora pero con las revoluciones más bajas. Empero, unos minutos más tarde la primera sustitución de Mancini surtió efecto al entrar Podolski por Kuzmanovic. El germano debutó con buena nota, penetrando constantemente por una banda izquierda en la que se convirtió en un puñal contra la zaga turinesa.
No sería hasta superar la hora de partido cuando un fenomenal pase en profundidad de Guarín acabaría en las redes tras anotar Icardi en su primera ocasión de la noche (y prácticamente también la primera de los suyos). Morata, que acababa de entrar, aportó entusiasmo pero poca claridad en el ataque del campeón. No obstante, ya habían cambiado las tornas. Parecía otro choque totalmente diferente porque así lo fue durante gran parte del tramo final. Una y otra vez el Inter llegaba con peligro, gozando de varios contraataques muy claros para desnivelar la balanza a su favor.
La roja de Kovacic en el 84' supuso el epílogo a un duelo en el que poco más sucedió pero que demostró que el Inter puede hacer muchísimo más que lo que su vergonzosa clasificación apunta (undédimos) y que a la Juventus, referente italiano de los últimos años, le falta tanto carácter como oficio, quizá dos de los grandes males de un campeonato que siempre promete mucho más de lo que acaba ofreciendo, con consecuencias terribles que toda la Serie A acaba pagando a nivel europeo por su escasa competitividad. Paradójicamente el estadio del vigente monarca, el más brillante e innovador del país, desnudó las carencias del Calcio en su día más llamativo, una triste realidad de la que ojalá escapen pronto.
A la Juventus el empate le permite seguir liderando en solitario, si bien ahora tan solo un punto por encima de la Roma (que venció con polémica en Udine). Por su parte el Inter se aleja a 8 puntos del tercer puesto que da acceso a Champions, ocupado a la par por Lazio y Nápoles. Eso sí, la próxima jornada dejará un buen puñado de citas interesantes: Torino-Milan, Inter-Genoa, Nápoles-Juventus y Roma-Lazio prometen un fin de semana memorable.
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