La leyenda de Eidur

"Guddy" en el PSV Eindhoven.
Eidur siempre fue considerado un pionero para la gente de su país a la vez que un extraño en la élite del fútbol. No por incapaz, si no por algo tan ridículo como su origen. Como si Weah no hubiera podido golear con el Milan por ser liberiano o el 'Mágico' González embaucarnos eternamente a todos por haber nacido en El Salvador. El islandés Eidur debutó en su selección nacional sustituyendo a su padre (algo que siempre les amargó a ambos pues el presidente de su federación no permitió que jugasen juntos). Aquello sucedió en 1996, unos meses antes de cumplir los 18 años. 

Por entonces su carrera se encontraba en pleno despegue. Tras debutar muy joven en el Valur, se marchó al PSV Eindhoven, donde coincidió con un tal Ronaldo Nazario. Pese a las expectativas depositadas en él apenas pudo jugar por la feroz competencia, su inexperiencia en un salto de nivel tan grande y una maldita lesión de tobillo en Mayo de 1996 que amenazaba con crearle una tendinitis. Los neerlandeses le liberaron, regresando a casa para enrolarse en las filas del KR Reykjavik, donde tras unos pocos encuentros se uniría a la gira veraniega del Bolton Wanderers, donde demostró su valía ganándose un contrato.

El crecimiento profesional en la Premier League fue un hecho durante casi una década, llegando a un Chelsea con el que obtuvo los títulos, la fama y el merecido reconocimiento. Raro pareció su movimiento al Barça de Rijkaard, pero entre él y Guardiola extrajeron lo mejor de un segundo actor de reparto maravilloso que esos años se convirtió en el  máximo goleador de su selección a la vez que alzaba la Champions League. Nunca un islandés llegó a tanto como Eidur Gudjohnsen. Probablemente, nunca ninguno lo mereció tanto como él.

Su salida de Barcelona pareció iniciar su declive, pero nada más lejos de la realidad. Él nunca pensó en si mismo como una gran estrella, si no como otra pieza que ayudase al engranaje del conjunto, jugase, asistiese o golease más o menos. Tottenham, Stoke City, Fulham, AEK de Atenas... el peregrinaje parecía no tener fin, hasta que llegó a Bélgica, lugar idóneo para relanzar su carrera. El buen papel llevado a cabo en el Círculo de Brujas hizo que el gran club de la ciudad flamenca se fijase en él, llevándoselo el Brujas para año y medio. Tras finalizar su contrato comenzó a entrenarse con el Bolton a principios de otoño, firmando de nuevo por ellos en Noviembre de 2014. Poco a poco ha ido entrando en los planes de su técnico, ha vuelto a meter algunos goles, ha contribuido a levantar al equipo de un mal arranque y se divierte compartiendo delantera con otro viejo rockero como Emil Heskey. Pero aquí no acaba la cosa.

Si bien sus logros y trayectoria a nivel de clubes son notables, su gran espina ha sido siempre la selección de Islandia. Los Strákarnir okkar nunca habían representado un rival a tener en cuenta en el ámbito europeo. Hasta ahora. Desde hace años muchos jugadores han seguido la senda de Gudjohnsen, permitiendo a muchos clubes echar sus redes sobre el incipiente talento islandés. Las Islas Británicas o los países del entorno nórdico no son ya sus únicos destinos, encontrándonos con jugadores en Rusia, Italia, España o los Países Bajos (entre otros).

La experiencia de sus compatriotas unida a su calidad individual se pusieron al servicio del colectivo islandés, que no ha dejado de crecer los últimos tiempos hasta presentarse como una realidad palpable, como demuestran los resultados obtenidos en el último lustro. De hecho, a finales de 2013 rozaron la clasificación para el Mundial de Brasil. Sin embargo cayeron en la repesca ante Croacia por un global de 2-0. Aquella tarde Gudjohnsen, a sus 35 años, lloró desconsolado sobre el césped del Maksimir. Se retiraba de su selección sin poder culminar su sueño de representar a Islandia en un gran torneo internacional.

Hasta éste sábado. Lars Lagerbäck, viendo el déficit goleador de los suyos en un momento clave de la fase clasificatoria, convocó a Eidur tras más de un año retirado del equipo nacional. Jugando en la segunda división inglesa y ante el buen hacer de los suyos, probablemente nunca esperó (ni pidió) otra oportunidad de enfundarse la zamarra con los colores de su país. Pero viajó con los suyos hasta la lejana Astaná, capital de Kazajistán, para partir desde el inicio formando dupla atacante con Sigþórsson (Ajax), once años menor que él. A los 20 minutos de partido sucedió esto:


El máximo goleador de la historia de Islandia regresó a lo grande (vencieron 0-3), cuando ni él ni nadie lo esperaba. Seis años llevaba sin marcar un gol para su país, pero ahora la selección nórdica respira optimismo ocupando el segundo lugar del complicado Grupo A. Alcanzado el ecuador de la fase clasificatoria solo un punto les separa del líder República Checa, el único conjunto que ha sido capaz de batirles pero que aún debe visitar Reykjavik, todo un fortín donde ya han hincado la rodilla tanto Turquía como los Países Bajos.

La esperanza ha vuelto a renacer para Eidur, un tipo que ha elevado el apellido de su orgulloso padre a la categoría de leyenda.

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