La única corona centroeuropea
El gran Young Boys de finales de los 50 |
El curso que viene se cumplirán seis décadas exactas desde el nacimiento de las competiciones europeas de clubes, buen momento para recapitular en cuanto a cifras, estudiar ciclos y tendencias históricas, observar porqué unos dominan, otros lo hacían y ya no, cómo y de dónde surgen las nuevas potencias, etcétera. Daría para un amplísimo estudio a la vez que interesante, pero el tema que nos ocupa si bien tiene relación no tocará esas variantes. No, más bien vamos a centrarnos en el desempeño de los clubes de la Europa Central en los tres grandes torneos, desde la Copa de Europa nacida en 1955, la aparición de la Recopa en la 1960-61 (hasta su extinción en 1999) y la primera Copa de la UEFA en la 71/72 tras tomar el máximo organismo europeo el control de una competición, la Copa de Ferias, cada vez menos amistosa pero aún no oficial. Lástima teniendo en cuenta que Ferencváros y Dinamo de Zagreb la ganaron.
Haciendo un cálculo rápido, en algo menos de 150 ediciones entre las tres copas tan solo una vez hubo un campeón centroeuropeo. Esto no sucedió en la prestigiosa Copa de Europa, a cuya final no llegó nunca ninguno de los representantes de la zona. Me van a perdonar pero el espítitu de esta web nos pide homenajear a todos aquellos que lo intentaron sin éxito, a todos aquellos grandes a los que se mira con despecho desde el primer mundo futbolístico, el mismo que idolatra a muchos genios surgidos precisamente de esos clubes. Tirando de cronología el Vasas de Budapest húngaro (Dezső Bundzsák, Lajos Csordás...) fue semifinalista en la tercera edición, si bien les enguyó el imperial Real Madrid de Di Stéfano. Tocando a su fin la década de los cincuenta el Young Boys suizo (Ernst Wechselberger, Eugen Meier...) rozó la final. Lo mismo le sucedió poco después al Rapid de Viena austríaco, que cayó ante el incipiente Benfica de Eusebio y compañía. En 1964 el Zurich suizo se encontró con un Real Madrid que les vapuleó (global de 8-1 para los merengues), al año siguiente el Győri ETO caería contundentemente ante el Benfica, en 1967 el Dukla de Praga checo cayó contra un Celtic camino de su primera y única corona, cosa que también le sucedería a sus compatriotas del Spartak Trnava dos años más tarde con el sinsabor de casi eliminar al Ajax de Cruyff.
Prosigamos. Uno de los últimos en pasar por ahí fue el Újpest Dózsa magiar, eliminado por un Bayern Múnich que poco después obtendría su primer cetro. El Zurich suizo repitió en 1977 contra el Liverpool, que comenzaba así su reinado. Un único tanto evitó que el Austria Viena austríaco llegase hasta el encuentro decisivo en la 78/79. El último que quedó "cerca" fue el Sparta Praga checo ya en la década de los 90 y en formato Champions League justo el curso en que el Barça alzó su primera copa. Los culés fueron primeros del grupo en el que estaba encuadrado el Sparta, pero al no haber semifinales accedieron directamente a la final. De aquello hace más de 20 años, pues ninguna otra entidad de la zona ha llegado tan lejos desde entonces. Cero con el cambio de siglo, una tendencia que será casi imposible de revertir salvo milagro deportivo (o económico).
En su momento la Copa de la UEFA también permitió a muchos llegar lejos, disputando la final incluso el Videoton húngaro y el por entonces Casino Salzburgo, superados por Real Madrid (1985) e Inter de Milán (1994) respectivamente. Por fin, la Recopa aparece como ése lugar que por imposible ya está extinto, donde sí, varios centroeuropeos fueron finalistas e incluso uno se alzó campeón. Pero por él iremos luego, pues esta entrada persigue homenajear a esos grandes clásicos que alguna vez tuvieron potencia para sembrar el terror de sus adversarios latinos, anglosajones, germanos o beneluxencenses (?). En la 1963/64 el MTK Budapest húngaro casi logra la Copa de Campeones de Copa (nombre oficial de la UEFA), aunque sucumbió en el partido de desempate ante el Sporting portugués. Once años más tarde los también magiares del Ferencváros cayeron 3-0 ante el Dinamo de Kiev. En 1978 el Anderlecht daría buena cuenta del Austria Viena austríaco, muy desafortunado en aquella época (ver párrafo anterior). De ése mismo país fue el Rapid de Viena, finalista en 1985 ante el último gran Everton y también en 1996 ante el PSG. Huelga decir que en ambas ocasiones perdieron.
¿Y el campeón, la excusa para este artículo? El mismo fue el Slovan de Bratistava eslovaco (por entonces checoslovaco), que en 1969 enorgullecería a su país al derrotar en Suiza a un FC Barcelona al que le seguía siendo esquiva la gloria europea, al menos a nivel oficial. Meses antes debieron superar una serie de pruebas en el duro invierno europeo para alcanzar el ansiado trofeo. La primera ronda les enfrentó al FK Bor yugoslavo, un desconocido y pequeño equipo cuyo pase consiguió pese a perder 0-7 la final de su copa (mayor goleada histórica) ante el Estrella Roja, si bien estos les cedieron su lugar al disputar Copa de Europa. Aunque el Slovan lo creyó todo hecho con el 3-0 de la ida, en la vuelta lo pasaron mal para apearles ya que el 2-0 de los balcánicos les puso contra las cuerdas.
Aunque más duro en apariencia, en octavos de final batieron al Oporto luso por un global de 4-1, todo ello pese a perder el encuentro de ida. La solvente remontada les animó de cara al difícil compromiso de cuartos de final ante el Torino italiano, al que vencieron en ambos encuentros pese al poderío del Calcio y lo fuertes que comenzaron los turineses el duelo de ida en el Comunale. Los hombres de Michal Vičan prosiguieron su camino firme hasta las rondas decisivas, plantándose en semifinales ante el Dunfermline Athletic. Los escoceses, que vivían su edad dorada, venían de vencer a Olympiacos y West Bromwich Albion entre otros, siendo también para ellos la primera vez que alcanzaban las semifinales de una competición continental. Ello implicó que la eliminatoria fue altamente complicada, adelantándose el cuadro que entrenaba George Farm con un tanto de Fraser justo antes del descanso. Uno de los gemelos Čapkovič, Jan, el delantero centro, igualó el duelo a pocos minutos de la conclusión, lo que les otorgaba ligera ventaja para resolver en casa. Así fue, de pues nuevo Jan Čapkovič resolvió con un solitario tanto que sellaba su pase para la final de Basilea.
Les esperaba el FC Barcelona, un gran contrincante que había dejado por el camino al Lugano, el FK Lyn y el Köln, de gran capacidad ofensiva pero con ciertas lagunas atrás que podía aprovechar el Slovan. Los dos planteles llegaban con la presión añadida de salvar una campaña repleta de sinsabores a nivel local. El Barça nunca peleó por una Liga que obtuvo con facilidad el Real Madrid por delante de Las Palmas, mientras la Real Sociedad les eliminó muy pronto de la Copa del Generalísimo. Por su parte el Slovan perdería la liga a manos de Spartak Trnava, uno de sus rivales tradicionales. Tampoco en la copa checoslovaca les fue mejor. Por ello, la final suponía un cara o cruz para ambos contendientes.
El duelo se disputó el miércoles 21 de Mayo de 1969 en el St.Jakob Stadium de Basilea (Suiza), arbitrado por el neerlandés Laurens van Ravens. El dinámico bloque de Michal Vičan se adelantó pronto en el marcador merced a una jugada que partió de la banda izquierda, en los pies de Josef Jokl, el cual cedió para la irrupción por el centro de Jozef Čapkovič, abriendo la contienda Ľudovít Cvetler a los dos minutos de juego. Atónito, el Barça tardó en reaccionar aunque niveló el choque al cuarto de hora cuando Zaldua remató pase de cabeza de Rexach. Pero una vez más se vinieron arriba los checoslovacos, que a la media hora volvieron a tomar ventaja con una veloz transición por el carril central que culminó un afortunado. Antes del descanso una inteligente combinación entre Jokl y Jan Čapkovič permitió a éste batir a Sadurní con un disparo cruzado. Ya en el segundo tiempo pese a que el Barcelona apretó con todo y logró reducir diferencias con tiempo suficiente para remontar (Rexach de gol olímpico en el 52') Alexander Vencel agigantó su figura en el arco checoslovaco, haciendo imposibles los esfuerzos blaugranas por remontar. El Slovan de Bratislava era campeón de la Recopa de Europa.
Aquella corona por muchos olvidada de un torneo que ya no existe es aún motivo de orgullo en la hinchada del Slovan, mejor equipo eslovaco de siempre no solo por el gran hito continental, si no también por ser durante décadas el mejor competidor en la antigua Checoslovaquia para el poderío de los clubes de Praga. Aunque la Recopa haya muerto, aquí siempre permanecerá vivo el recuerdo de los que alguna vez engrandecieron éste maravilloso deporte.
Prosigamos. Uno de los últimos en pasar por ahí fue el Újpest Dózsa magiar, eliminado por un Bayern Múnich que poco después obtendría su primer cetro. El Zurich suizo repitió en 1977 contra el Liverpool, que comenzaba así su reinado. Un único tanto evitó que el Austria Viena austríaco llegase hasta el encuentro decisivo en la 78/79. El último que quedó "cerca" fue el Sparta Praga checo ya en la década de los 90 y en formato Champions League justo el curso en que el Barça alzó su primera copa. Los culés fueron primeros del grupo en el que estaba encuadrado el Sparta, pero al no haber semifinales accedieron directamente a la final. De aquello hace más de 20 años, pues ninguna otra entidad de la zona ha llegado tan lejos desde entonces. Cero con el cambio de siglo, una tendencia que será casi imposible de revertir salvo milagro deportivo (o económico).
En su momento la Copa de la UEFA también permitió a muchos llegar lejos, disputando la final incluso el Videoton húngaro y el por entonces Casino Salzburgo, superados por Real Madrid (1985) e Inter de Milán (1994) respectivamente. Por fin, la Recopa aparece como ése lugar que por imposible ya está extinto, donde sí, varios centroeuropeos fueron finalistas e incluso uno se alzó campeón. Pero por él iremos luego, pues esta entrada persigue homenajear a esos grandes clásicos que alguna vez tuvieron potencia para sembrar el terror de sus adversarios latinos, anglosajones, germanos o beneluxencenses (?). En la 1963/64 el MTK Budapest húngaro casi logra la Copa de Campeones de Copa (nombre oficial de la UEFA), aunque sucumbió en el partido de desempate ante el Sporting portugués. Once años más tarde los también magiares del Ferencváros cayeron 3-0 ante el Dinamo de Kiev. En 1978 el Anderlecht daría buena cuenta del Austria Viena austríaco, muy desafortunado en aquella época (ver párrafo anterior). De ése mismo país fue el Rapid de Viena, finalista en 1985 ante el último gran Everton y también en 1996 ante el PSG. Huelga decir que en ambas ocasiones perdieron.
Jozef Čapkovič |
Aunque más duro en apariencia, en octavos de final batieron al Oporto luso por un global de 4-1, todo ello pese a perder el encuentro de ida. La solvente remontada les animó de cara al difícil compromiso de cuartos de final ante el Torino italiano, al que vencieron en ambos encuentros pese al poderío del Calcio y lo fuertes que comenzaron los turineses el duelo de ida en el Comunale. Los hombres de Michal Vičan prosiguieron su camino firme hasta las rondas decisivas, plantándose en semifinales ante el Dunfermline Athletic. Los escoceses, que vivían su edad dorada, venían de vencer a Olympiacos y West Bromwich Albion entre otros, siendo también para ellos la primera vez que alcanzaban las semifinales de una competición continental. Ello implicó que la eliminatoria fue altamente complicada, adelantándose el cuadro que entrenaba George Farm con un tanto de Fraser justo antes del descanso. Uno de los gemelos Čapkovič, Jan, el delantero centro, igualó el duelo a pocos minutos de la conclusión, lo que les otorgaba ligera ventaja para resolver en casa. Así fue, de pues nuevo Jan Čapkovič resolvió con un solitario tanto que sellaba su pase para la final de Basilea.
Les esperaba el FC Barcelona, un gran contrincante que había dejado por el camino al Lugano, el FK Lyn y el Köln, de gran capacidad ofensiva pero con ciertas lagunas atrás que podía aprovechar el Slovan. Los dos planteles llegaban con la presión añadida de salvar una campaña repleta de sinsabores a nivel local. El Barça nunca peleó por una Liga que obtuvo con facilidad el Real Madrid por delante de Las Palmas, mientras la Real Sociedad les eliminó muy pronto de la Copa del Generalísimo. Por su parte el Slovan perdería la liga a manos de Spartak Trnava, uno de sus rivales tradicionales. Tampoco en la copa checoslovaca les fue mejor. Por ello, la final suponía un cara o cruz para ambos contendientes.
El duelo se disputó el miércoles 21 de Mayo de 1969 en el St.Jakob Stadium de Basilea (Suiza), arbitrado por el neerlandés Laurens van Ravens. El dinámico bloque de Michal Vičan se adelantó pronto en el marcador merced a una jugada que partió de la banda izquierda, en los pies de Josef Jokl, el cual cedió para la irrupción por el centro de Jozef Čapkovič, abriendo la contienda Ľudovít Cvetler a los dos minutos de juego. Atónito, el Barça tardó en reaccionar aunque niveló el choque al cuarto de hora cuando Zaldua remató pase de cabeza de Rexach. Pero una vez más se vinieron arriba los checoslovacos, que a la media hora volvieron a tomar ventaja con una veloz transición por el carril central que culminó un afortunado. Antes del descanso una inteligente combinación entre Jokl y Jan Čapkovič permitió a éste batir a Sadurní con un disparo cruzado. Ya en el segundo tiempo pese a que el Barcelona apretó con todo y logró reducir diferencias con tiempo suficiente para remontar (Rexach de gol olímpico en el 52') Alexander Vencel agigantó su figura en el arco checoslovaco, haciendo imposibles los esfuerzos blaugranas por remontar. El Slovan de Bratislava era campeón de la Recopa de Europa.
Aquella corona por muchos olvidada de un torneo que ya no existe es aún motivo de orgullo en la hinchada del Slovan, mejor equipo eslovaco de siempre no solo por el gran hito continental, si no también por ser durante décadas el mejor competidor en la antigua Checoslovaquia para el poderío de los clubes de Praga. Aunque la Recopa haya muerto, aquí siempre permanecerá vivo el recuerdo de los que alguna vez engrandecieron éste maravilloso deporte.
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