OPINIÓN: Sobre naturalizados y descendientes en selecciones nacionales
Shaqiri, el mejor de Suiza (descendiente de albanos), en el partido de hoy |
Originalmente esto viene de varias conversaciones cruzadas en Twitter. No obstante, la imposibilidad de exponer con amplitud una serie de pensamientos al respecto me lleva a escribir algo breve pero que creo necesario estos días que vuelven a estar en boga las selecciones nacionales ante la disputa de la Copa América y la Eurocopa de Naciones. Pero sobre todo a raíz del Albania-Suiza que se disputa mientras escribo estas líneas.
¿Por qué? Básicamente porque Shaqiri, Dzemaili, Mehmedi, Granit Xhaka y Behrami, de raíces albanesas, han comenzado el partido jugando ante la patria de sus antepasados. Esto no es que me parezca mal, mas bien es que no me gusta, que no es lo mismo. Paso a explicar mis razones hablando en términos generales, no solo respecto al choque mencionado:
La principal, que para mi se desnaturaliza el sentido de "selección nacional". Si un combinado patrio reúne lo mejor de ése país, ¿lo son los brasileños que jugaban al fútbol sala para Italia o para Kazajistán los últimos años en los Europeos de la modalidad? No hablo de uno o dos, sino de una legión que copaba aquellas escuadras. Eso es algo que espero no ver nunca en la mía, ya que, ¿qué sentido tendría apoyar a un plantel en el que todos nacieron a miles de kilómetros de distancia? Eso sería un combinando internacional, pero no España. Y sin identificación ni raíces se pierde el sentido.
En el caso que nos ocupa, además se debilita a un tercero que hoy está frente a ellos y que probablemente tendría más posibilidades siendo más fuerte con esos cinco jugadores que enfrentándose a una selección que se vale de su talento, y que sin ellos seguramente sería más débil.
¿Es respetable lo que hace Suiza? Sí, y también legal. Otra cosa es compartirlo, especialmente para aquellos a los que no nos cae bien un país con el que tengo relación al tener ahí familia política, que he visitado varias ocasiones y en el que no me he sentido bien tratado al no tener su acento (hablo italiano, alemán y francés) pero sobre todo al ser un no suizo, o un pobre españolito, como les gusta catalogar a todos lo no nacidos en aquellas tierras. Ellos, que siempre se han nutrido de gentes de todo el mundo para mantener engrasada su maquinaria multicultural, que son una nación tan modélica en tantas cosas, son también unos cínicos que apoyan a un equipo en el que casi no hay 'suizos' a la vez que violan el Acuerdo de Schengen que permite la libre circulación de trabajadores europeos dentro de las fronteras continentales, incluidas las suyas, que para ello lo firmaron en su momento.
El gol decisivo, las uvas (?) de Berisha. |
Ojo, escribo esto sin olvidarme de jugadores que en el último cuarto de siglo jugaron mundiales y/o eurocopas durante años con mi selección, como Pizzi, Donato, Pernía o mi adorado Marcos Senna. Sin embargo, creo que no es exactamente lo mismo, básicamente porque uno o dos futbolistas pueden representar una parte residual de un equipo, mientras cinco jugadores, todos ellos de campo y además titulares, representan la mitad de un equipo, y sin pretender reducir esto a números ni a porcentajes, creo que todos estaremos de acuerdo (o eso supongo) en que habiendo casos y casos, una cosa es tener un jugador nacionalizado (o nacido ahí siendo hijo de inmigrantes) y otra que la base de tu selección no tenga demasiado que ver con la misma.
Dicho lo anterior, Suiza ha vencido 1-0 a Albania gracias a un testarazo de Fabian Schär al comienzo del partido. Un error garrafal de Berisha propició el tanto helvético. Curiosamente, luego el propio portero albano ha tenido una actuación colosal, pero su fallo privó a los suyos de un empate que es lo mínimo que han merecido. Aún así sería injusto cargar en él toda la responsabilidad de una derrota a a todas luces injusta. La selección balcánica ha tenido hasta tres mano a mano para al menos igualar un encuentro que disputaron con 10 hombres tras la tonta expulsión de Cana a la media hora del primer tiempo. Sin duda, es el camino a seguir para los hombres de Gianni De Biasi, cuya presencia ya es histórica, habiendo sido su actuación inolvidable para los suyos pese al desacierto en ambas áreas. Suiza en cambio tendrá que mejorar mucho sus prestaciones si quiere mejorar su historial en un torneo en el que generalmente no les va bien. Jugando como hoy tendrán difícil hacerlo.
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