Un genio para cambiar el curso de la historia
Neymar, en su presentación con el PSG |
No son pocas las ocasiones en que un equipo ha pasado al imaginario colectivo gracias al aporte de un grupo de jugadores encabezado por un futbolista magnífico, uno de esos peloteros de época que nadie olvida por más que pasen las décadas. Si hablar de Garrincha es hacerlo de Botafogo, si hablar de Maradona es hacerlo del Nápoles, si el apellido Maldini está asociado al Milan tanto como Moratti al Inter (en este último caso en el palco), hoy un brasileño se ha presentado en la capital de Francia para alterar el curso de los acontecimientos venideros.
¿Quieren un paralelismo? En las últimas horas pensé en Johan Cruyff a su llegada al Camp Nou en 1973. El por entonces mejor jugador del mundo llegó precisamente a un FC Barcelona cuya última conquista liguera databa de 1960, por lo que su paso por la Copa de Europa (de la que fue subcampeón en 1961) fue escaso, si bien obtuvo en tres ocasiones la Copa de Ferias (no oficial). Por entonces los blaugranas acumulaban un buen bagaje con 8 ligas y 17 copas. Se iba a un club importante, pero que en aquel momento no estaba en la élite nacional ni internacional.
Por su parte Cruyff abandonaba el campeonato que había ganado las 4 últimas Copas de Europa (¿no os suena?), el que dominaba el continente y cuya selección estaba a punto de maravillar a todo el globo en Alemania'74. ¿Qué le convenció para el cambio de aires? Según relata en su recomendable autobiografía, la ciudad de Barcelona y su club más representativo como oposición al poder central capitalizado en Madrid (que no en sus clubes) por parte del dictador Francisco Franco, razón por la que eligió al FC Barcelona en vez de a un Real Madrid que también pugnó por él, si bien Santiago Bernabéu reconoció alguna vez sentirse estafado por el Ajax.
El legendario Johan Cruyff en su primer año en el Barcelona |
¿Y Neymar? Bueno, los tiempos han cambiado mucho, pero existen ciertos paralelismos. No creo que el brasileño se convierta en uno de los técnicos más revolucionarios de la historia del fútbol el día que cuelgue las botas, aunque imagino que como jugador sí que ganara más en París que lo que pudo ganar el bueno de Johan en tierras españolas. Por tanto, ¿a qué equivalencias me refiero? Creo que es obvio que abandona la liga más competitiva del mundo por la que actualmente sería la 5ª de las 5 grandes europeas (como Cruyff en su momento). Esto no tiene porqué ser algo malo, ya que el francés es un campeonato precioso, cierto que menos exigente pero no por ello sencillo, donde pasa a capitanear un proyecto enfocado claramente en subir otro peldaño más para pelear frontalmente contra cualquier rival por la ansiada Orejona. Tampoco el palmarés de la entidad parisina es para tirar cohetes: 6 ligas, 11 copas y 1 Recopa como triunfos más destacados, una dimensión muy parecida a la del Barcelona a mediados de los 70, si bien con muchísimo más dinero para crecer.
El PSG ya había dado visos los últimos años de estar madurando, aunque el proceso le ha valido algunos varapalos por el camino. Quizá con un Ibrahimovic más joven (aunque al sueco nunca se le dieron del todo bien las competiciones europeas) hubieran dado antes ese paso. Parecían preparados cuando hace dos años remontaron en Stamford Bridge al Chelsea de Mourinho en desventaja tanto numérica como en el marcador. Hace unos pocos meses destrozaron al Barcelona por 4-0 en el Parque de los Príncipes, lo que pareció anunciar que estaban preparados, pero su cataclismo posterior demostró que aún les faltaba camino por recorrer.
Para convertirlos en un cuadro fiable, competitivo, llega Dani Alves, experto, ganador y aún hambriento, junto a Neymar, punta de lanza de un proyecto que girará en torno a él para que el brasileño les lleve a la cima mundial y él mismo pueda codearse cara a cara con Messi y Cristiano Ronaldo. Si el genio brasileño ha llegado para cambiar el curso de la historia lo descubriremos en los años más emocionantes que promete el París Saint Germain a todo el fútbol mundial. Toca disfrutar del reto.
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