Jornada de ensueño para Botafogo

Tiquinho Soares festeja el 0-2

Los últimos meses no estaban siendo sencillos para el líder del Brasileirão. Pese a su privilegiada posición, que les permite soñar con un título que no alzan desde 1995, el carrusel de entrenadores (han tenido tres, y van por el cuarto) llevó por el camino de la amargura al cuadro botafoguense. Los jugadores tuvieron una reunión la semana pasada que derivó en la salida de Bruno Lage, con el que no estaban satisfechos ni los futbolistas ni la torcida.

Habían visto como su ventaja menguaba, acercándose peligrosamente varios rivales, mientras su moral se iba resintiendo. Sin embargo lo sucedido en la 26ª jornada puede suponer un importante punto de inflexión. Flamengo, uno de los perseguidores (y que les derrotó hace poco) había empatado ante Corinthians. Anoche a las 21h, Botafogo rendiría visita a Fluminense, jugándose simultáneamente Palmeiras-Santos e Internacional-Grêmio. Una derrota, unida a triunfos de Palmeiras y Grêmio, podía ser fatal.

En esta ocasión, Botafogo se reencontró consigo mismo. Antes de la media hora de juego dos veloces contraataques culminaron en tantos que la torcida celebró enloquecida, obra de Júnior Santos y Tiquinho Soares (máximo goleador del campeonato, con 15 goles). Fluminense, que estaba de resaca por su clasificación a la final de la Copa Libertadores, lo intentó de todas formas. Casi reduce distancias cuando un disparo tocó el poste, justo antes del descanso. Tras el paso por vestuarios, los dirigidos por Lúcio Flávio gozaron de varias ocasiones para sentenciar del todo el choque, aunque el 0-2 no se movió.

Por su parte, Palmeiras cayó 1-2 en casa ante Santos. Tampoco le fue bien a Grêmio, que perdió 3-2 ante Internacional. La guinda para el Fogo fue el empate del Red Bull Bragantino en su visita a Athletico Parananense, lo que sumado a la igualada de Flamengo que antes mencionamos, ha significado que con una jornada menos por disputarse el alvinegro ha aumentado en 2 y 3 puntos su ventaja respecto a su nutrido grupo de perseguidores.

Veremos si tras su reciente mala racha esto es tan solo un oasis, o significa que Botafogo recupera la esencia y su solvencia, para atar un título que vuelve a despertar las esperanzas de su sufrida torcida.




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