Centenario bajonero (?) en Vigo
El delantero griego Douvikas no tuvo su noche |
Tenía muchas ganas de ver un Celta campeón en el año de su Centenario. Es un club que me cae increíblemente bien. Es cierto que cierto factor derrotista, la flema gallega y el equipazo tremendo de inicios de siglo influye sobre mí, pero de veras que quería que esta vez sí, lograsen tocar metal.
Habría sido precioso. Un club que lleva años salvándose por los pelos, sin grandes alardes, con Iago Aspas (su gran crack histórico, con permiso de genios como 'Hermidita' o Pahiño) dándolo todo en el tramo final de su carrera para conseguir esa alegría, ese anhelo que han rozado varias veces, pero no ha llegado a darse. Tres veces subcampeones de Copa, hace un par de décadas fueron capaces de apalizar a Real Madrid (5-1), Benfica (7-0) o Juventus (4-0), alcanzando incluso unas semifinales de la Copa de la UEFA en los tiempos en que era una competición más potente que la actual.
Sin embargo siempre se les ha resistido ese título que honrase cien años de bella historia, y que sí lograron sus eternos rivales deportivistas en la época dorada de éstos. Por eso, anoche me dio pena cómo se desarrolló su encuentro ante la Real Sociedad (un club al que admiro y respeto profundamente, todo sea dicho).
Apenas un par de minutos habían transcurrido cuando Oyarzabal adelantó al cuadro donostiarra, rematando a placer desde el área pequeña. Un Celta tan acelerado por la excitación como desacertado no podía meterle mano en Balaídos a una Real mucho más curtida, más hecha a estos escenarios los últimos años. Al fin y al cabo, ganar la Copa en 2021, disputar competiciones europeas con regularidad (jugarán octavos de Champions ante el PSG el mes que viene), tener una plantilla de nivel medio-alto más que consolidada así como un técnico que lleva años siendo referente del club, otorga un poso competitivo que se nota.
Una contra permitió a Sheraldo Becker anotar en el mano a mano el 0-2, logrando estrenarse con gol en su debut con la camiseta txuri-urdin. Aún así los celtiñas nunca bajaron los brazos. La entrada en el tramo final de encuentro de Strand Larsen renovó unos ánimos que el propio punta noruego se encargó de insuflar con sus acciones. Y llegó el gol de la esperanza, un poco tarde, pues en el 90+1 un disparo cruzado de Luca de la Torre redujo distancias.
Quedaban 4 minutos, pocos aunque quizá suficientes, mas en ningún momento llegaron a generar esa ocasión que pudiera acercarles al empate. Para mayor zozobra, la mala clasificación liguera (inmerecida, pues juegan mucho mejor de lo que su puntuación indica) les tiene bordeando los puestos de descenso. Sería una mala broma del destino acabar en Segunda justo un año que debía ser de celebración. Esperemos que al menos lo que queda de temporada les sirva para ir tirando para arriba... y ojalá algún día les llegue esa anhelada Copa.
Comentarios