Copa América 2024: tenemos que hablar de México
El rostro de otra eliminación mexicana. |
Algún día habrá que abrir el melón del fútbol mexicano. Habrá que hacerlo entrando directamente a la yugular, pues si se quiere hacer las cosas bien es indispensable extirpar primero el cáncer que lastra al más grande de la CONCACAF.
Esa enfermedad no tiene otro nombre que dueños y directivos de clubes y Federación Mexicana de Fútbol. Una rémora tremenda que está destrozando un fútbol con potencial en términos cualitativos para ser top 10 mundial, y que actualmente se arrastra ya no solo en grandes competiciones, sino incluso contra los adversarios locales a los que históricamente había dominado con facilidad.
Que ganasen sendos Mundiales sub17 en 2005 y 2011, más el oro en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, no fue nada casual. Es la constatación de la buena materia prima azteca. La misma que los directivos se empeñan en fastidiar constantemente con políticas que van no solo en contra de los jugadores, de los clubes y de la propia selección, incluso de ellos mismos.
Si tuvieran un mínimo de inteligencia empresarial, se habrían dado cuenta que copiar el modelo USA de liga puede funcionar en el vecino norteño por su cultura deportiva de siempre, pero en México se necesitan otras cosas. Por ejemplo, dar oportunidades a los jóvenes talentos nacionales, no seguir ampliando la cuota de jugadores extranjeros permitidos, y sobre todo reestructurar la Liga (de urgencia extrema) para que haya ascensos y descensos de categoría, aumentando la competitividad de un campeonato que sufre por la ausencia de la misma. También, por favor, eliminar o modificar los playoffs. ¿Qué tipo de mediocridad es esa que permite al 12º clasificado pelear el título? Qué vergüenza tan grande.
Ya son muchos años de fracasos, con el Mundial 2026 a la vuelta de la esquina, y en el que serán uno de los anfitriones. No es culpa, o al menos no solo del seleccionador Jaime Lozano, del enésimo batacazo, en esta ocasión en una Copa América en suelo del adversario tradicional. El único gol que anotaron les sirvió para vencer 1-0 a Jamaica, perdiendo el siguiente compromiso ante Venezuela. Anoche, necesitados de un nuevo tanto ante Ecuador para clasificarse a cuartos de final, quedaron impotentes de nuevo, con otro cero que hay que hacer extensible a todos los responsables del fútbol mexicano. Porque eso es lo que llevan años demostrando ser, un cero a la izquierda.
El mayor enemigo del fútbol mexicano, qué duda cabe, está en casa.
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