Un Villarreal v Celta delicioso
Ayoze intenta controlar el balón en presencia de un jugador del Celta. |
El público que acudió anoche a La Cerámica de Vila-Real no lo sabía, pero iba a presenciar un encuentro que difícilmente olvidarán. Ahí acudía el Celta, líder de la Liga y único equipo que junto al Barça había ganado en las dos jornadas disputadas, visitando a un Villarreal con un perfil muy similar al del propio conjunto gallego: fútbol ofensivo, desenfadado, aunque no especialmente férreo en defensa (por no decir que ambos tienden a conceder facilidades atrás).
Los que probablemente son ahora mismo los dos equipos más divertidos del campeonato se enfrentaron anoche para abrir la 3ª jornada de la Liga 24/25, dos horas de un fútbol estupendo que merecen al menos unas líneas en este humilde rincón de la red.
Con modificaciones obligadas al tratarse de una jornada intersemanal, los vigueses reservaron al emblemático Iago Aspas, además del incipiente talento de Hugo Álvarez, como piezas más destacadas. Entraron eso sí un Alfon que dejó su sello, y Borja Iglesias, que ha vuelto a casa tantos años después. En cambio, en la formación groguet regresaba Gerard Moreno a la titularidad, como hecho más destacado.
El encuentro no decepcionó en momento alguno. Así, a los 12' Alfon se dio una buena carrera para robarle la cartera a Diego Conde, aprovechando Borja Iglesias para anotar su primer gol en La Liga Española desde hace más de un año (en la 23/24 pasó media temporada en el Bayer Leverkusen). Tras tener que remontar los dos envites anteriores, el Celta comenzaba mandando esta vez. Pero el Villarreal ha salido respondón. ¿Cómo no, con los muchos y variados argumentos ofensivos que maneja Marcelino? A los 26', un córner botado por Baena lo cabeceó Gerard Moreno, sirviendo en bandeja a Sergi Cardona el 1-1. Tan solo cinco minutos más tarde, Mingueza sorprendió con un golazo de falta para volver a poner en franquía a los celestes. Alfon estuvo a un tris de lograr el tercer tanto para los suyos, pero Albiol sacó el balón bajo palos. En seguida, un centro de Baena fue cabeceado por Yeremi Pino al poste.
El 1-2 del descanso tan solo sirvió como aperitivo para una segunda mitad antológica. Qué pena que no se tratase de una final de Copa, o un duelo de Champions, porque no habría desentonado. Aunque estaba por delante del marcador, el Celta no salió a guardar la ropa. Mucho menos el Villarreal, que no quería perder la imbatibilidad en casa tan temprano. Por ello, Marcelino movió el banquillo, dando entrada a Nicolas Pépé y Thierno Barry. El impacto fue inmediato, igualando Barry de cabeza un minuto después, al hacer bueno un centro de Sergi Cardona. Casi al momento, en una jugada vertiginosa de Pépé por la derecha, éste colocó un pase envenenado para Ayoze, si bien fue Jailson el que introdujo en su propia portería el 3-2 en favor del Villarreal.
Podían haberse rendido, mas nada más lejos de la realidad. El Celta se volcó, empatando nuevamente gracias a un gran testarazo de Starfelt. Luego, gol anulado a Comesaña que habría vuelto a poner por delante a los amarillos. El Villarreal acusó el doble palo. A partir de ahí, sucesión de ocasiones para los de Giráldez, a los que primero el poste, y luego varias notables intervenciones de Diego Conde bajo palos, negaron el gol. Hasta que llegó la traca final. Al ataque Nicolas Pépé, que desborda a Hugo Álvarez. Éste, superado, le agarra para que no enfile el área, pero la inexperiencia pudo con el joven talento celeste, pues acabó cometiendo un penalti innecesario. Dani Parejo disparó, Iván Villar acertó a despejar, pero la mala fortuna (o buena, según se vea) devolvió el esférico al madrileño, que cerró el encuentro con el 4-3 en el 90+8.
Al Celta le queda el sabor agridulce de una gran actuación sin premio, aunque es para que estén orgullosos. El sábado tendrán ocasión de desquitarse ante Osasuna, en el complicado feudo de El Sadar. Para el Villarreal, ahora mismo líder antes de la disputa del resto de la jornada (al menos Rayo o Barça le van a igualar o superar), el derbi ante el Valencia en Mestalla será una dura prueba para explorar la seriedad del equipo de Marcelino.
Eso sí, si algo podemos concluir es que tanto unos como otros nos van a divertir mucho este curso.
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