Una reflexión sobre el fútbol femenino

Las jugadoras culés celebran un gol ante el Hammarby en Champions.

Los últimos años un servidor viene consumiendo cada vez más fútbol femenino. Es una propuesta muy diferente a la de sus pares masculinos, muchas veces más caótica y divertida, lo que convierte los partidos en amenos, con un carácter generalmente ofensivo y poco especulativo. En España ha tenido un boom los últimos años reforzado por la irrupción de estrellas mundiales como las ganadoras del Balón de Oro, Alexia Putellas y Aitana Bonmatì, las Champions League obtenidas por el Barça, así como los éxitos de una selección española Campeona del Mundo y de la Nations League.

Como tal, al llevar disputándose muchas décadas menos que el masculino, es lógico que su desarrollo sea diferente. De hecho me parece injusto compararlos, además de innecesario. Es fútbol, sí, pero tiene el mismo sentido que poner en una balanza el modo en que jugaba la selección uruguaya campeona olímpica de la década de 1920 con el Milan de Sacchi a finales del pasado siglo. Mismo deporte, otro contexto en todo sentido.

Todo lo anterior viene por algo que me ha llamado poderosamente la atención en las últimas semanas. En la Liga F, el Barcelona ha masacrado a dos rivales ante los que perdía al descanso. No ha remontado, no ha goleado a secas. Ha destrozado a sus adversarios. No es la primera vez que sucede en la historia del fútbol (da igual el sexo del que hablemos), pero que haya sucedido dos veces seguidas en un periodo de tan solo una semana, creo que significa algo: una de las ramas de mejora en el fútbol femenino es la defensiva. Por cierto, los partidos a los que hago referencia: el sábado 5 perdían 1-0 ante el Madrid CFF, y acabaron aplastando 1-8. A la semana, el domingo 13, caían en el derby catalán 0-1 ante el Espanyol, al que destrozaron 7-1. La guinda a este espectacular estado de forma llegó este miércoles, cuando machacaron al Hammarby en la Champions con un contundente 9-0 (ver vídeo abajo).

Sin duda, si los sistemas defensivos, los marcajes personales, e incluso aquello que Luis Aragonés llamaba "el otro fútbol" se perfeccionan, los mejores equipos seguirán ganando prácticamente con la misma frecuencia y superioridad actual, pero probablemente con marcadores más cortos, lo que se traducirá en una mayor competitividad ante una subida de nivel en este aspecto

Que no se entienda esto como un menosprecio al FC Barcelona Femenì. Si son las vigentes bicampeonas de Europa, además de llevar años arrasando en España, es porque son las mejores. De hecho son las protagonistas de este artículo por sus impresionantes goleadas, consecuencia de su enorme talento y calidad, lo que las convierte en el que probablemente es el mejor equipo de club del mundo. Pero es evidente que sus grandes actuaciones ponen de relieve la importancia de la mejora en este aspecto, el defensivo, en el fútbol femenino. Cuando suceda, algo que confío que será pronto, vendrá la respuesta por el lado contrario, con técnicos y jugadoras buscando respuestas para romper entramados dispuestos a no encajar goles. Y el fútbol femenino será todavía mejor. 

Mientras tanto, seguimos aprendiendo y divirtiéndonos.

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