La noche más feliz de San Marino
Los jugadores de San Marino festejan su victoria en Liechtenstein. |
Seguro que lo has escuchado en el ascensor, en la cafetería, incluso a los niños en el parque. Hoy no se habla de otra cosa (?). Anoche San Marino venció 1-3 en Liechtenstein en el marco de la última jornada de la Nations League. Una victoria histórica para ellos, pues ha supuesto todo esto:
- Ascenso a la Liga C de la Nations League.
- Primera vez que anotan tres goles en un encuentro.
- Dos triunfos oficiales en un mismo torneo.
- Dos victorias seguidas ante el mismo rival.
- Primera vez que ganan a domicilio.
- Primera ocasión que remontan para vencer un partido.
Nada desdeñable para una selección que comenzó a competir en 1990, cuando perdió ante Suiza en choque clasificatorio para la Eurocopa 1992. Su gran hándicap es lo que les hace más especiales: se trata de un microestado en pleno corazón de Italia, con una población de poco más 33.500 habitantes, más otros 12.000 sanmarinenses repartidos por el mundo. Una muestra diminuta para conformar un equipo de garantías, no digamos ya una selección nacional.
El caso es que el partido en Vaduz representaba una oportunidad única para lograr un hito. Tras dejar escapar en casa la ocasión de ascender si hubieran vencido a Gibraltar (empataron 1-1), anoche una victoria podría otorgarles el soñado ascenso de categoría. Empero, no fue sencillo, pues Liechtenstein ganaba al descanso gracias a un trallazo de Sele que se coló por la escuadra. Los sanmarinenses se conjuraron en el vestuario para darle la vuelta. Así, Lazzari empató en el primer minuto del segundo acto, dándole la vuelta Nanni con un penalti transformado en el 66'. Era el gol de la victoria, si bien ésta se confirmó definitivamente en el 76' cuando Golinucci anotó junto al poste con un disparo raso, aprovechando una asistencia de Sensoli.
¡Lo lograron! Lo que hace unos meses parecía impensable se convirtió en un triunfo tangible, noventa minutos que jamás olvidarán jugadores, técnicos y aficionados sanmarinenses. La peor selección del mundo es hoy la más feliz.
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