La Copa clandestina

Pachuca celebra su victoria ante Botafogo en un estadio vacío.

Querido/a lector/a de Café Fútbol, ¿sabías que el 22 de septiembre comenzó la Copa Intercontinental 2024? Ese día Al Ain, campeón de Asia, goleó 6-2 a Auckland City, monarca de Oceanía. Cuatro meses después, nos encontramos en la víspera de una final que enfrentará el miércoles 18 de diciembre al Real Madrid con el ganador del duelo entre Pachuca, vencedor de CONCACAF, con Al Ahly, que como casi siempre se coronó en África, y que superó anteriormente a Al Ain por 3-0 en El Cairo (el 29 de octubre).

Lo demás, o se ha jugado en Doha (Pachuca imponiéndose 3-0 a un agotado Botafogo), o se va a jugar... en Doha. La ciudad qatarí se halla a miles de kilómetros de los hinchas de los clubes participantes (un poco menos en el caso de Al Ahly), lo cual es una falta de respeto por los clubes participantes, como ya se demostró el miércoles cuando el cuadro mexicano derrotó al brasileño. Acerca de este duelo nos preguntamos cómo es posible que la FIFA realice apuestas tan arriesgadas con el calendario, ya que si Pachuca hubiera alcanzado la final de la Liga Mexicana, ¿qué habría hecho? ¿Desdoblarse? ¿Renunciar? ¿Jugar el miércoles en Qatar y el jueves en Pachuca, que se encuentra a casi 14 000 km de distancia? ¿Pedir un aplazamiento imposible?  

Hay muchos aficionados que todavía desconocen que el miércoles 18 se disputará la final de un torneo que tampoco saben que se llama como la antigua Intercontinental, la que enfrentaba tan solo a los campeones de UEFA y CONMEBOL. Eso sí, se parece a lo que hasta el año pasado era el Mundial de Clubes. Sí, ese mismo que en 2025 volverá a tener a todos los participantes de la actual Intercontinental (?), más otro puñado de clubes de todos los continentes hasta completar los 32. El asunto es tan serio que Infantino ha decidido invitar al Inter Miami de Leo Messi. ¿Y por qué no al Juventud de Torremolinos o al Universitatea Cluj? Ah, claro, que se disputa en Estados Unidos, como el Mundial de selecciones masculinas en 2026. Y donde se jugará la segunda edición en 2029, según se rumorea. Cualquier elección es buena para la FIFA mientras ellos reciban dinero.

El caso es que quizá concentrándolo en unas pocas semanas, con una localía sorteada entre los adversarios (algo de lo que solo ha gozado hasta ahora Al Ahly), tendría más aliciente y seguimiento que si se separa a los equipos de sus aficiones, imponiéndoles destinos muy lejanos con incluso varias horas de diferencia, como en el Pachuca v Botafogo, que se jugó entre semana en horario laboral de ambos países. O como será la final, algo más cercana para el Real Madrid y sobre todo para Al Ahly si supera a Pachuca. De hecho no descartamos que los egipcios sí desplacen un buen contingente de hinchas toda vez que entre El Cairo y Doha hay vuelos directos a escasas tres horas y media de distancia. En caso contrario, quizá la presencia de las estrellas madridistas levante la expectación en la capital del emirato árabe, pero incluso a nivel global es escasa la atención a una Copa Intercontinental que da la impresión de tratarse de una competencia clandestina.