Comienzo de ensueño para Sérgio Conceiçao

La plantilla milanista festeja el título obtenido.


2024 concluyó con un terremoto en el AC Milan. El 30 de diciembre, la entidad rossonera anunciaba la destitución de Paulo Fonseca. El técnico luso, que arribó a la capital lombarda apenas unos meses antes tras un exitoso curso 23-24 en el OGC Nice francés, nunca acabó de hacer funcionar al equipo. Dejó dos victorias para el recuerdo, ambas a domicilio: el derby ante el Inter (1-2), y el asalto al Bernabéu (1-3). Sin embargo, aunque su Champions ha sido decente, el desempeño del equipo en Serie A está muy lejos de lo que cabe esperar de un gigante.

Su compatriota Sérgio Conceiçao tomó el relevo con unos escasos días de margen para preparar la Supercoppa que se disputaría en Arabia Saudí. Su primer adversario iba a ser nada menos que la Juventus. Sí, cierto, la Vecchia Signora no es tan fuerte como antaño, pero tampoco el propio Milan (aunque ambos están disputando la actual Champions). El caso es que pese a que la Juve se adelantó en el primer tiempo, el Diablo le dio la vuelta al encuentro con una remontada que le llevó a la final.

Ahí se encontraría con el Inter, que se había llevado las tres últimas ediciones (y es vigente campeón de Italia). Los de Simone Inzaghi apearon en semifinales a la Atalanta, plantándose en el duelo decisivo como favoritos. Un primer tiempo con un Milan más conservador se encaminaba al empate a cero, hasta que el Inter aprovechó un error de su enemigo íntimo para lanzar una contra fulminante, que culminó Lautaro Martínez tras asistencia de Taremi.

Nada más regresar de vestuarios, en el 47' de juego, el propio Taremi establecía el 2-0 batiendo a Maignan con suavidad por abajo. Con el gol del iraní el escenario se presentaba propicio para la Bienamada, aunque apenas cinco minutos después un gol de tiro libre de Theo Hernández reabrió el encuentro. La falta la había forzado una incursión de Rafael Leão, que acababa de incorporarse al choque.

El partido entró en un divertido toma y daca, con el Inter amenazando con un gol que cortase la reacción milanista, y un Milan amagando con un empate que no llegaba. Hasta que una gran carrera de Theo Hernández por el carril izquierdo dio con Pulišić en el corazón del área, cuya gran maniobra le permitió empatar 2-2. A partir de ahí el cuadro rossonero tomó precauciones, echándose atrás para proteger el botín obtenido. La igualdad conllevaría penaltis, pues por el reglamento del torneo no habría prórroga, pero aunque el Inter tomó la iniciativa y generó alguna ocasión de cierto peligro, fue el Milan el que sorprendería con un gol de Tammy Abraham en el 90+3 que dejó sin reacción a los de Inzaghi.

De esta manera el Milan conquistaba su 8ª Supercoppa, igualando en el palmarés al Inter (ambos tienen una menos que la Juventus). Un comienzo inmejorable para la era de Sérgio Conceiçao, capaz de batir en muy poco tiempo a sus dos máximos rivales, con el mérito de remontar ambos encuentros para sumar su primer título como milanista tras apenas una semana en el cargo.

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