El PSG se reivindica en Anfield

Donnarumma detiene el penalti a Darwin Núñez.

Hace unos meses el Liverpool estaba arrasando, culminando su gran momento con una convincente victoria ante el Real Madrid en la que fueron muy superiores a los blancos. En aquel momento eran probablemente el mejor equipo de Europa, quizá del mundo. Y si bien los resultados han seguido siendo muy buenos para los de Arne Slot desde entonces, su juego ha dejado algunas dudas recientemente, culminando con una dolorosa eliminación en octavos de Champions League en su propio hogar.

¿Quién habría dicho que ser el mejor equipo de la primera fase traería un regalo tan envenenado? El PSG, que tuvo que disputar la eliminatoria de dieciseisavos (o repesca, como prefieran), encaraba el cruce con gran optimismo. Los de Luis Enrique habrían crecido en enero y febrero, llegando al choque de ida en el Parque de los Príncipes convencidos de sus posibilidades. Así lo mostraron sobre el terreno de juego, siendo muy superiores al Liverpool. Pero como este juego se trata de meterla, fueron los ingleses los que se impusieron con un gol de Elliott en los instantes finales. Un jarro de agua fría que podía hacer mella en el cuadro parisino.

Superado el fin de semana con victorias esperadas para ambos en las competiciones nacionales, Anfield se presentaba como escenario para el segundo acto de una batalla inconclusa. Más igualado que en París, pero con los visitantes creciendo a medida que transcurría el juego, Dembélé culminó una contra con el gol del 0-1. El Pool pasó a controlar más el esférico, llegando aunque sin tino. Tampoco acertaban los galos, que desperdiciaban contras para tomar ventaja.

La tónica no cambió demasiado en el segundo tiempo, si bien el Liverpool se fue empequeñeciendo. Sea por pánico a una caída en casa tras la ventaja que traían, por cansancio, o por el empuje del PSG, lo cierto es que ni Salah aparecía ni los reds funcionaban. Así se llegó a una prórroga en la que las mejores ocasiones fueron para los parisinos, ante un Liverpool que no se sentía nada cómodo ni lograba controlar a su rival. Solo el desacierto de la delantera del PSG, y una extraordinaria parada de Alisson evitaron un nuevo gol que habría sido lapidario. 

Los minutos finales recalcaron la tónica, con el PSG volcado ante un timorato Liverpool, que vio en los penaltis su inevitable tabla de salvación. Más fuertes psicológicamente, y con el beneficio de disparar primero, el PSG anotó por medio de Vitinha. Salah empató, en lo mejor y casi único que hizo en más de 210 minutos de una eliminatoria muy decepcionante del egipcio. Gonçalo Ramos, que había entrado en el 120', marcó con convicción. Ahí emergió la figura de Donnarumma, que ya había dejado buenas sensaciones durante el encuentro. Primero, detuvo el disparo de Darwin Núñez. Luego hizo lo propio con el de Jones. Como Dembélé cumplió, el prometedor Doué (19 años) culminó la faena, clasificando al PSG en una noche histórica de Copa de Europa.

El triunfo reivindica a varios futbolistas del conjunto galo, así como a un Luis Enrique valiente y atrevido en los dos envites. Donnarumma, al que se achaca que erró en la ida, ha sido decisivo en el momento más importante. Dembélé, que está realizando un 2025 impresionante (e impensado), anotó el gol del triunfo, rozando el doblete. Al gran Kvaratskhelia solo le faltó un gol que estuvo a punto de llegar varias veces. Vitinha comandó con autoridad y jerarquía en el centro del campo. Y no podemos dejar de destacar la excepcional actuación del ecuatoriano Willian Pacho en la zaga.

La celebración del PSG con su hinchada en Anfield.

El PSG probablemente se enfrentará al Aston Villa en cuartos de final, toda vez que los villanos vencieron 1-3 en Bélgica al Club Brugge. Si se confirma, será una gran eliminatoria entre el coraje de un Luis Enrique lanzado ante el reputado estratega Unai Emery. Lo estamos deseando.