Diablos decadentes
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Eran otros tiempos en Old Trafford. |
Creo que la cuarta o quinta camiseta que adquirí para mi colección fue la del Manchester United, allá por mayo de 1999. Ya tenía la de mi Málaga, la de la selección española que disputó el Mundial un año antes, y la del Inter de Djorkaeff, mi ídolo de adolescencia. No soy hincha de los Red Devils, aunque durante un tiempo me encandilaron. Era muy difícil escapar a su encanto, con un equipo que se caracterizaba por un fútbol ofensivo que le llevó a dominar la Premier durante el tiempo suficiente como para convertirse en uno de los clubes más ricos e influyentes del mundo. Esto último prevalece, aunque en el aspecto deportivo hace demasiado que no están a la altura.
Alguno igual me dice que oye, la pasada campaña disputaron Champions (les eliminaron Galatasaray y Copenhaguen) y ganaron la FA Cup. Vale. También es cierto que la de esta noche será su tercera final de la Europa League en menos de una década. Vamos a recapitular: 1985 fue el último año en que el United disputó la Copa de la UEFA, hoy reformada en Europa League, antes de dar el salto en los 90 a una Champions de la que se hizo habitual. Superada la sanción a los clubes ingleses debida a Heysel, no fue hasta 2012 que volvieron a pisar la segunda competición continental. Siendo los vigentes campeones ingleses, quedaron terceros de su grupo de Champions por detrás de Benfica y Basel (el Oțelul Galați rumano fue colista), por lo que cayeron a UEL. Aquello fue una rareza, ya que todavía fueron competitivos alguna campaña más, incluso ganando la Premier de nuevo en 2012-13.
El caso es que sin saberlo acababan de inaugurar una tendencia. En 6 de las 10 últimas temporadas, incluida la que está por concluir, han participado en la Europa League. Esta va a ser su tercera final, tras ganar la edición 2016-17 con Mourinho al mando, perdiendo posteriormente ante el Villarreal en 2021, con Solskjær en el banco. Y aunque sus hinchas lo sienten como una vergüenza, especialmente en comparación con Liverpool, Manchester City y Arsenal, lo cierto es que se han convertido en uno de los mejores clubes de la última década del segundo escalafón continental. Porque seamos honestos, mucho dinero y marketing, pero esto último es lo único que diferencia al United de la decadencia que vivió el Milan (y en la que sigue inmerso) tras la brillante primera década de este siglo.
De no ser así, no sería esta la tabla de salvación de una temporada más que mediocre, nefasta e inaceptable. Con 18 derrotas tan solo en Premier League, a falta de una jornada son 16º, con un punto más que su adversario para el duelo de Bilbao, un Tottenham que tampoco está para tirar cohetes (un punto de los últimos 18 en Inglaterra). Más de medio siglo hacía que los Diablos Rojos no acumulaban tal cantidad de derrotas en el campeonato inglés, cuando descendieron en la 1973-74.
En fin, quizá ganen hoy, y estará bien, será merecido tanto en su caso como en el de los Spurs. La remontada en Old Trafford en la prórroga ante el Olympique de Lyon fue tan increíble como extraordinaria. En semis, superaron al Athletic Club con un acierto de cara a puerta que pocas veces han mostrado durante el curso. Parece que se sienten liberados al no jugar la Premier, pero si quieren alzar la copa van a tener que derrotar precisamente a un rival que les ha vencido las dos veces que se han enfrentado esta campaña. A ver qué United vemos esta noche.
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