Golpe macedonio en Bucarest
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Jugadores y cuerpo técnico del Shkendija celebran el pase. |
Las previas de las competiciones europeas nos dejan historias fascinantes cada temporada. Equipos modestísimos que debutan ante gigantes históricos, otros que rompen todos los pronósticos superando varias rondas hasta alcanzar las fases finales, eliminatorias con sabor veraniego que determinarán el curso con el sueño de seguir dando la pelea en plazas italianas, españolas o alemanas. La esencia de lo que siempre fueron, hasta que el dinero tomó el mando de la mano de las principales ligas, cuya avaricia se nutre del resto para generar un abismo deportivo y económico prácticamente insalvable, además de ser mayor cada año. Por eso son tan importantes estas rondas, porque representan la oportunidad para la inmensa mayoría, da igual si hablamos de grandes en horas bajas o de modestos en busca de sus primeras tardes de gloria. Aquí hay democracia e igualdad de oportunidades. Si se alcanza la fase final ya llegarán la hora de las desigualdades, pero hasta entonces toca disfrutar e ilusionarse.
En esas anda el KF Shkëndija. Campeones de Macedonia del Norte en la 24-25, en Totevo, localidad del noroeste del país, sumaban el quinto título liguero con el ambicioso objetivo de llegar lo más lejos posible. Respaldados por una amplia comunidad albanesa, país con el que comparte frontera, los rojinegros empezaron desde lo más bajo. Primero, empataron 0-0 en su primer choque del curso europeo ante el The New Saints, en tierras galesas. Ya en casa, necesitaron de una prórroga para superar a sus rivales británicos por 2-1. Pese a la victoria, no parecía que fueran a tener demasiadas opciones ante un contrincante que se preveía mucho más fuerte como el FCSB rumano.
Sin embargo, lograron prevalecer en el Toše Proeski Arena (de la capital Skopje, no de Totevo) gracias a un gol de nigeriano Adamu Alhassan mediado el segundo tiempo. Un 1-0 esperanzador para viajar al Arena Națională de Bucarest. A un gran estadio, nada menos que el hogar de un campeón de Europa con aspiraciones de recuperar el tiempo perdido. De hecho, salieron fuertes los locales en el choque de vuelta, acumulando ocasiones hasta Cisotti les puso en ventaja a los 28' de juego. Parecía que se le venía la noche a los macedonios, que respondieron con entereza. A los 33' de partido, un corner botado por Krasniqi acabó en el gol de empate de Lafiti.
El FCSB se volcó en busca del gol que les permitiera restablecer el equilibrio en la eliminatoria, dejando mucho espacio a la espalda. Así, pese a la presión constante sobre el área macedonia, éstos lanzaron varias contras muy peligrosas que amenazaban con sentenciar el cruce. En una de estas, un disparo de Krstevski desde la frontal del área tocó en el ghanés Baba Alhassan, creando una parábola imposible para Ștefan Târnovanu, guardameta del campeón rumano que nada pudo hacer para evitar el definitivo 1-2.
En pleno homenaje, saltó al césped el legendario Besart Ibraimi, que a sus 38 años tendrá la ocasión de disputar por fin la fase de grupos de una máxima competición continental, ya que el triunfo del FK Shkendija les va a permitir jugar la fase de liga o bien de la Champions, de la Europa League o de la Conference. Tras caer en última ronda en 2016, 2017 y 2018, por fin logran el anhelado objetivo tras tantos intentos.
Su adversario en la tercera ronda previa será nada menos que el Qarabağ FK, del que ya hablamos la semana pasada. El conjunto azerí, con experiencia en la máxima competición continental, es por tradición un equipo duro. Lo sabe el Atlético de Madrid, que no fue capaz de vencerles cuando se enfrentaron hace unos años en fase de grupos. Sin duda, será una prueba muy difícil para los soñadores del FK Shkendija, que ya han superado las expectativas previas e irán al doble duelo con poco que perder y mucho que ganar.
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